Giro estratégico de la inversión del 4%

“En América Latina o inventamos o nos equivocamos”. Simón Rodríguez.De acuerdo con el Índice de…

“En América Latina o inventamos o nos equivocamos”. Simón Rodríguez.

De acuerdo con el Índice de Competitividad Global 2012-2013, la calidad de la educación primaria de la República Dominicana se encuentra en el lugar 143 de 144 países evaluados, sólo supera a Yemen. La hermana República de Haití, a pesar de sus grandes adversidades, ya supera a República Dominicana con 4 puntos, ocupando el lugar 139. Mientras que Costa Rica ocupa el lugar 26, superando a Reino Unido, Alemania, Austria, Noruega, Francia y Estados Unidos.

La inversión del 4% del PIB en la educación preuniversitaria es una gran oportunidad para revertir tan grave situación. Para tal propósito se ha constituido la Iniciativa Dominicana por una Educación de Calidad (IDEC) integrada por representantes del Gobierno, la sociedad civil, organismos internacionales y el sector privado. Desde esa loable iniciativa hay que prestar profunda atención al hecho puesto en evidencia de que la deficiente gerencia de la educación ha sido tan grave como la poca inversión.

Si bien desde el IDEC se estudian diez grandes áreas ya identificadas, lo innovador sería que cada una de esas áreas se enfoque desde estrategias de aprendizaje propias de las  nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), a partir de las cuales -por ejemplo- una niña hoy puede acceder y dominar conocimientos antes que sus padres y mejor que sus propios profesores.

Se requiere sobre todo de creatividad, la cual debe ser entendida en su sentido más profundo. Como entendía la creatividad Oscar Niemeyer, llamado “el arquitecto de la audacia”, o Albert Einstein, para quien la imaginación era más importante que el conocimiento y de quien William Sciana, uno de los fundadores de la cosmología moderna, dice que “Einstein  creó la Teoría General de Relatividad, quizás la concepción científica más original que haya podido elaborar la mente de un solo hombre”. O la creatividad de Gabriel García Márquez, que el escritor chino Mo Yan, Nobel de Literatura del 2012, admite que le llegaron sus destellos hasta influirlo. O especialmente la creatividad y gran giro estratégico de Costa Rica que el 1 de diciembre de 1948, cuando nadie en la región era capaz de imaginarlo, abolió el Ejército y otorgó la máxima prioridad a la educación de calidad para ocupar hoy en el mundo tan alto sitial de honor.

Sólo un giro estratégico fundado en una auténtica creatividad que no es nada superficial o simple y que es contraria a toda forma de corrupción, puede sacar a la educación dominicana del atolladero. Parafraseando a Simón Rodríguez, el admirado maestro de Simón Bolívar, “o inventamos o nos equivocamos”.

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