Glorias

No todos conseguimos glorias supremas: pareja perfecta, el trabajo soñado, éxito político o económico, etc. Sí conseguimos todos otras muchas, menos sustanciosas, pero que modelan el lado amable de la vida y merecen ser celebradas. En mi adolescencia, fue grandioso sacarme un abanico de mesa, primera vez que acertaba una rifa, aunque me lo entregaron “a pura chepa”. Creía que sería del entonces pegadísimo Michael Jackson el “LP” que me obsequió un programa radial. Me entregaron uno de “Palito Ortega”. Lo tomé contenta, “a caballo regalao no se le mira el diente”. Hace seis años gané un celular Motorola que entonces “acababa”. Fueron “triunfos” sensacionales. Como ahora la correcta decisión de mudarme.