El Gobierno con poco que mostrar en el sector eléctrico

El sector eléctrico es el centro del principal problema estructural que tiene la economía dominicana.

El sector eléctrico es el centro del principal problema estructural que tiene la economía dominicana. Un servicio eléctrico deficitario y caro desencadena una serie de costos que crean ineficiencias sectoriales que desembocan en ineficiencia colectiva que contagia incompetencia.

Un triángulo de dificultades se ha montado en las áreas de generación, distribución y de gestión con elevadas pérdidas financieras (por fraude y técnicas). El resultado de esa combinación ha sido el problema estructural más viejo y costoso de la economía dominicana, que solo en subsidios directos vía el presupuesto nacional, quema cerca de US$1,500 millones al año.

Al cumplir su primer año y teniendo el problema eléctrico como uno de sus principales desafíos, el Gobierno ha planteado una solución integral al problema eléctrico, abandonando la búsqueda de  soluciones parciales, las que tradicionalmente se han centrado en cuestiones coyunturales, mediáticas, como pagar deudas atrasadas, aumentar o disminuir la cantidad de energía suministrada según la situación financiera del momento de las distribuidoras de electricidad. Por  la nueva visión de buscar soluciones duraderas, los logros del Gobierno en materia eléctrica, en su primer año, lucen escasos. El tiempo de suministro de energía no ha podido ser extendido del promedio de los últimos tres o cuatro años: 85% de la demanda.

El vicepresidente ejecutivo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), Rubén Bichara Jiménez, ha diseñado y puesto en marcha un “Plan Integral del Sector Eléctrico”, el cual descansa en tres ejes básicos: modificación de la matriz de generación, reducción de pérdidas y en la eficiencia de la gestión. A cada uno de esos elementos le ha dado una valoración como componente del problema y la solución. La modificación de la matriz de generación es la base de la estructura diseñada por las autoridades eléctricas, con una puntuación de un 50%. La matriz está estrechamente vinculada al costo de generación, por la incidencia alta que todavía tiene el petróleo en ese proceso. El segundo elemento de importancia es la reducción de las pérdidas, meta que tiene una valoración dentro del esquema previsto por la CDEEE de un 35%, y en tercer lugar, con una puntuación asignada de un 15% figura la eficiencia de la gestión.

Enfocando la matriz

El foco de la estrategia oficial se ha centrado en el cambio de la matriz de generación, con la intención de hacerla más barata y eficiente. En sentido general, menos dependiente del petróleo. Para ese fin, las autoridades del sector han puesto la vista en dos combustibles: gas natural y carbón mineral.

La estructura o composición del parque de generación es lo que lo hace costoso. De la capacidad instalada de generación, un 49% corresponde a fuel oil, 20% a gas natural, 13% hidráulica,10% carbón mineral y 3% eólica. De la capacidad de generación instalada más de la mitad sigue dependiendo de fuel oil, el combustible más caro de la canasta utilizada en el mercado eléctrico local. Esa composición tiene una relación directa con los costos de compra de energía de las Edes. El 76% de la energía comprada está referenciado a derivados de petróleo, con el agravante de que la vinculación con el mercado spot, que representa el 21% de las compras de electricidad, es vía el fuel oil. Son marañas contractuales que arrastra el mercado. La cifra más concluyente que impulsa a las autoridades a modificar la matriz de generación es que las compras de energía, por la estructura del parque, promedian US$170 millones al mes, pero los cobros se quedan en unos US$100 millones. En general, las distribuidoras de electricidad dejan de cobrar el 37% de la energía que compran. Los esfuerzos históricos por mejorar los cobros han sido insuficientes. Del 2009 a la fecha se han aumentado 4 puntos porcentuales y 1.7 puntos con relación al 2012.

Nueva generación demanda millones US$

El centro del programa del Gobierno para el período 2013-2016 es agregar entre 1,700 y 2,000 kilovatios al sistema, con una inversión esperada de alrededor de US$5,000 millones. Hay dos escenarios en el programa. Uno es que si se instalan sólo 600 megavatios, se mantiene un abastecimiento de 84% de la demanda y si llega a 1,500 megas, entonces se logra un nivel de reservas cercano al 30% de los requerimientos.

En el programa de inversiones, la inversión pública oscilaría entre US$1,500   y US$2,000 millones, la privada a US$700 millones y la mixta a US$1,000.

Nueve empresas precalifican para plantas

El foco principal de la programación estatal para resolver el problema eléctrico, que es el aumento de la generación a costos competitivos, cuyo primer punto es la construcción de dos plantas a carbón con una generación entre más de 600 megavatios, ya tiene una parte del muñeco armado. La CDEEE hizo las licitaciones correspondientes, resultando precalificadas nueve de 46 empresas que participaron. Ya el tiempo para que las finalistas presenten sus ofertas está corriendo, informó la semana pasada el vicepresidente ejecutivo de la CDEEE.

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