Me preocupa la delincuencia, la violencia intrafamiliar, el tráfico de personas, el narcotráfico, la corrupción. Me preocupa la impunidad, el desastre del tránsito, los derechos humanos, la disfuncionalidad de la justicia, y el medioambiente. No conozco un solo dominicano que no esté de acuerdo con mis preocupaciones. ¿Pero quién nos defiende?
En los últimos años tuve la suerte de compartir a nivel personal con el embajador norteamericano Wally Brewster y su esposo Bob Satawake. Mientras se acercan los días de su partida y mientras veo el circo que nos arman con los casos de corrupción, francamente pienso que estamos perdiendo unos de los mayores aliados que tiene el pueblo dominicano. Aunque la mayoría de la gente lo conoce por su preferencia sexual o los escándalos mediáticos en sus confrontaciones con algunos miembros de la iglesia, el embajador Brewster ha sido uno de los embajadores más proactivos que hemos tenido y que más ha defendido los intereses del pueblo dominicano y promovido las relaciones bilaterales entre su nación y la nuestra.
A nivel personal, no recuerdo haber tenido un embajador tan carismático. Brewster visitó pueblos marginados, escuchaba a todos los que se le acercaban y luchó por el bienestar de nuestra nación. El embajador y su esposo vivieron la cultura dominicana desde el béisbol hasta ir a colmados y muchas veces usaban el término “nosotros” cuando se referían a República Dominicana en el marco internacional. Brewster abogó por los intereses de los Estados Unidos como es de esperarse de un embajador, pero también veló por el desarrollo de República Dominicana; desde la educación a la institucionalidad a la seguridad ciudadana a la justicia.
Creo que todos podemos admitir que el sistema de 911 es uno de los pocos programas de protección ciudadana que funciona en nuestro país. Muchos nos sorprendimos cuando se hacían llamadas al 911 y en minutos llegaba el auxilio necesario, o cuando por videos de las cámaras de este sistema se identifican atracadores y delincuentes. Este programa existe gracias al apoyo de los norteamericanos. La embajada también coordinó visitas de médicos estadounidenses para hacer cirugías gratis a dominicanos que no tenían los recursos para pagarlas, ofreció numerosas becas a través de fondos dirigidos por la USAID, estableció centros de apoyo y protección a la mujer, y tomó medidas de protección al medioambiente. Durante la gestión de Brewster se hizo la simplificación del sistema de solicitud de visa y se otorgaron la mayor cantidad de visas que ha emitido dicha embajada en su historia. Muchos pueden opinar que un representante de un Gobierno externo no debe involucrarse en asuntos nacionales ya que somos un país soberano. Pero la realidad es que alguien debe defender los intereses del pueblo y si no lo hace nuestro Gobierno, me alegro que lo haga otro. Brewster eliminó visas a personas corrompidas, dispuso del FBI de su nación para asistir con algunas investigaciones, trabajó en la prevención del narcotráfico, estableció mecanismos para ayudar con violencia intrafamiliar, hizo un nuevo tratado de extradición, no negociaba con los derechos humanos sin importar quién era la persona, y empujó para traer más compañías e inversiones norteamericanas a nuestro país.
Controversial o no, americano o no, homosexual o no; pocas personas han luchado por mis preocupaciones como el embajador Wally Brewster. Nos hará mucha falta.
