En la feria del libro, las exhibiciones que más llaman la atención nada tienen que ver con literatura. Los pabellones que representan las instituciones públicas son las más extravagantes.Puertas de cristal, piso alfombrado, cámaras de vigilancia y aire acondicionado son de las comodidades que tienen esos pabellones de organismos del Estado que dejan fascinados al público que asiste a la XV Feria Internacional del Libro.
La presentación de algunas instituciones abre la interrogante de si el evento se trata de una fiesta de la cultura para promover la lectura o es un espacio de competencia para determinar quién se exhibe con mayor suntuosidad.
Entre el stand y los materiales que distribuyen a los visitantes, la Corporación Dominicana de Empresas Estatales, junto a las empresas distribuidoras de electricidad y la Empresa de Generación Hidroeléctrica Dominicana, invirtió siete millones de pesos. El área de 9×16 metros tiene una recepción y un auditorio con capacidad para acomodar sentados a 150 niños. Allí se presenta un musical en el que se explica a los pequeños el peligro de las conexiones eléctricas ilegales.
“Tres mil niños disfrutan a diario del musical”, explica Ingrid Modeste, gerente de Comunicaciones de la CDEEE.
Muy cerca se encuentra el stand del Ministerio de la Mujer, en el que se invirtieron dos millones de pesos. El espacio ha servido para impartir charlas y conferencias sobre cómo prevenir el embarazo en la adolescencia y la violencia intrafamiliar.
La exuberancia se manifiesta plena en el pabellón del Ministerio de las Fuerzas Armadas, que tiene una entrada fastuosa con jardines de helechos y dos fuentes de agua. Adentro, diez pantallas presentan imágenes de las Fuerzas Armadas de los países de Centroamérica y de la labor que realizan los cuerpos castrenses dominicanos.
Contar con un espacio en la feria tiene su precio
El stand de la distribuidora “José Libros” es uno de los más grandes y visitados, de los del sector privado. Su propietario, José García, expuso que hace siete años usa la misma estructura de hierro y aluzinc, en la que gastó dos millones de pesos. Tener presencia en la feria le cuesta una inversión de casi medio millón de pesos que se van en pagar empleados y armar el stand.
