Muchos de los que siguen desde fuera a los partidos emergentes y que se auto denominan alternativos, principalmente de las izquierdas, se preguntan por qué Guillermo Moreno no suscribió el acuerdo para llevar una candidatura unitaria a los próximos comicios.
Hay varias hipótesis sobre la ausencia del ex fiscal del Distrito en ese conglomerado, pero corre por debajo una versión que aparenta tener todas las características de un chisme y que obedecería, según versiones, a diferencias de carácter personal entre uno de los firmantes del acuerdo y Guillermo, por lo que bien podría decirse que “ellos son camaradas y se entienden…”.
Rememorando
Un amigo con experiencia en el estudio del comportamiento de los grupos de izquierda durante finales de los años 60s y los tres lustros subsiguientes me recordó que el fraccionamiento de esas organizaciones, selladas hasta con la violencia en ese período, “no siempre se originó en diferencias de carácter y corte ideológico”.
Rememorando esos años, hay que concederle la razón porque la verdad es que, guardando siempre las naturales excepciones, aquella época de “la lucha contra el gobierno yanqui-balaguerista y el imperialismo norteamericano” sirvieron no solo para que se hicieran muchas travesuras y bellaquerías en nombre de la revolución, sino también para crear algunas riquezas solapadas en alegados principios revolucionarios, de los que aún hay algunos farsantes que viven pregonando su pasado. Prefiero dejailo de ese laigo, como decían por mi campo…
“Quillao”
Sergio Vargas sigue “quillao” porque para las fiestas navideñas de instituciones gubernamentales prefieren contratar a Héctor Acosta (El Torito) antes que a él, que esgrimiendo su militancia política tiene una tarifa más alta que la del pequeño de Bonao, aunque éste último está más pegado en el gusto de la gente. ¡¿Qué cosa? ¿Eeeh..?!
