La Ley Monetaria y Financiera que rige el sistema de banca múltiple faculta a los bancos del país, sean de capital nacional o extranjero, a financiar actividades relacionadas con las exportaciones y el comercio exterior en sentido general, lo que hace innecesario la creación de un nuevo y costoso aparato burocrático estatal.
Expertos consultados en relación con el proyecto de ley que convertiría el Banco Nacional de la Vivienda (BNV) en un Banco de Promoción de las Exportaciones (BANDEX) señalaron que el primer aspecto que se debe resaltar es el referente a la necesidad de crear una entidad especializada para financiar las exportaciones.
“La creación de ese banco correría la misma suerte de otras instituciones estatales, como fue el caso del quebrado Banco de los Trabajadores, que dejó a miles de familias sin sus ahorros, sin ninguna penalidad para los responsables de ese fraude monstruoso, y como ha pasado ya decenas de veces con otros organismos burocráticos cuyas operaciones son fruto de repetidas capitalizaciones a costa de los contribuyentes”, dijo un ex miembro titular de la Junta Monetaria, quien pidió reservas de su nombre.
Agregó que la desviación de fondos de pensiones para financiar las operaciones de ese banco “pondría en peligro la estabilidad de todo el sistema de la seguridad social, ya que no existirían garantías del uso racional de esos recursos, con una administración de esencia política partidista que terminaría hipertrofiándola y haciéndola inoperante, sin que esa predicción constituya un prejuicio, sino el resultado de nuestra experiencia con otras entidades muy similares”.
En relación con los aspectos a tomar en cuenta para la creación mediante ley del BANDEX, otras fuentes consultadas consideraron que “la respuesta parecería ser que no es necesario ya que, en efecto, la Ley Monetaria y Financiera que rige el sistema de banca múltiple, faculta a los bancos del país (nacionales y extranjeros) a ejercer ese y otros tipos de actividades”.
Indicaron que precisamente la banca múltiple surgió por la necesidad de romper con un esquema de “banca especializada”, que se agotó en la misma medida en que se demostró que el uso de fondos subsidiados era más pernicioso que eficiente, al generar pérdidas fiscales al Estado, que en última instancia pagaba esos subsidios.
“Por esa razón, volver a la banca especializada sería retomar u camino que ya fue abandonado y cedido a la banca de servicios múltiples”, agregó.
La opinión fue compartida por ejecutivos de varias instituciones financieras, quienes entienden que los exportadores dominicanos no necesitan un banco especializado para que les financie sus operaciones, señalando que de crearse algún fondo público que los apoye, como un incentivo a ese sector”, debería ser administrado por el Banco de Reservas”.
También señalaron que los bancos privados podrían acceder a esos fondos públicos si con ello pueden apalancar recursos adicionales de su propia cartera, lo que equivaldría a compartir los riesgos tal y como operaron los fondos FIDE e INFRATUR en el pasado.
En relación con las facilidades actuales de crédito, los expertos consultados dijeron que los cuatro grandes problemas del sector exportador no tienen nada que ver con el acceso a las fuentes de financiamiento, al margen de que cualquier facilidad financiera pueda ser de mucho provecho.
Esos problemas son los siguientes:
a. Un peso sobrevaluado, lo que limita tremendamente la capacidad competitiva de las exportaciones. Esa sobrevaluación ronda en la actualidad el 14% y saca de cualquier mercado al exportador más eficiente. Una tasa real en este momento no debe ser inferior a los RD$ 49.00 por dólar (sobre la base del modelo de paridad de poder de compra) y eso obviando la deuda del Banco Central que es mayormente de largo plazo.
b. El costo laboral que afecta todo el sector productivo y no solo exportador, debido a la doble cotización que se paga al trabajador. Este es otro costo que reduce la competitividad de nuestros productos en los mercados cuando se trata de competir en el exterior.
c. Una energía demasiado cara y de mala calidad, donde los exportadores pagan otro sobrecosto respecto a sus competidores externos. La tarifa eléctrica está entre un 15% y 35% sobre la que se aplica en Centroamérica.
d. Las trabas burocráticas y la corrupción que impera en el aparato estatal y que genera también costos adicionales. Muchos pensarán que esto se repite en casi todos los países subdesarrollados de la región con la que competimos, pero quizás no en el grado en que aquí se registra.
Según los expertos consultados, ninguno de esos problemas se resuelve con un banco para las exportaciones y menos si esa institución fuera manejada por políticos y no por técnicos tal y como ha ocurrido con los que han desfalcado el hoy llamado Banco Nacional de la Vivienda y la Producción, que se reconvertiría en el BANDEX. Otro ejemplo elocuente es el Banco Agrícola, concluyeron. l
Según los expertos consultados, ninguno de esos problemas se resuelve con un banco para las exportaciones y menos si esa institución fuera manejada por políticos y no por técnicos”.
