Hacia la renovación de la política

Apesar de la creciente pérdida de credibilidad en el sistema político dominicano, la ciudadanía debe tomar consciencia de que es desde la política que se pueden lograr los grandes cambios que requiere el país. Por eso el gran desafío hoy, es…

Apesar de la creciente pérdida de credibilidad en el sistema político dominicano, la ciudadanía debe tomar consciencia de que es desde la política que se pueden lograr los grandes cambios que requiere el país. Por eso el gran desafío hoy, es cómo lograr un reencanto con la actividad política. Esto supone una clara comprensión de las razones que explican la pérdida de confianza en la política y en aquellos que la ejercen, apostando por la renovación de esta práctica.

Desde mi punto de vista, son tres las causas que explican este desencanto. En primer lugar la crisis de legitimidad del sistema electoral, la cual viene dada por la influencia determinante del dinero en los comicios y por la inequidad en la competencia política. En segundo lugar, podemos hablar de la crisis de representatividad de los partidos políticos.

Una tercera razón tiene que ver con la existencia de un Estado que adolece de una profunda debilidad institucional. Esta debilidad se pone de manifiesto por las prácticas extendidas de corrupción y clientelismo, pero al mismo tiempo, por la ausencia de políticas sociales universales e inclusivas y por la inexistencia de un real Estado de derecho. Ahora bien, no sólo los políticos son responsables de esta situación de desencanto generalizado en lo público. Otros actores y acontecimientos concretos también lo son. Así lo evidencia el predominio, durante décadas, de una visión del desarrollo que procuró el achicamiento del Estado, la cual impidió que éste asumiera su responsabilidad de cara a la ciudadanía. Con el propósito de reducir el déficit público y de que la competencia privada ganara espacio, se promovieron diversos programas dirigidos a reducir el tamaño del Estado.

Son conocidas además, las acciones dirigidas a procurar la captura de esferas importantes del gobierno, por parte de determinados intereses corporativos. En la administración pública persisten prácticas que se constituyen en un claro conflicto de interés. Para nadie es un secreto que existen ministerios, superintendencias y direcciones gubernamentales, que responden más a grupos privados que a la ciudadanía que dicen representar.

Insistimos en que es desde la política, sus instituciones y actores, que se llevan a cabo los cambios fundamentales que se requieren para el bienestar de la sociedad. Para ello se necesita una activa participación política y social, dirigida a promover una profunda renovación de la política, reformando sustancialmente el sistema electoral, transformando los partidos políticos y demandando un Estado más eficiente y moderno, que sea capaz de cumplir con su rol de garante de los derechos fundamentales de los dominicanos y las dominicanas.

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