Haití profundiza su condición de Estado fallido

Puerto Príncipe. La historia de Haití de estos meses pasados se puede resumir en una palabra, ingobernabilidad.

Puerto Príncipe. La historia de Haití de estos meses pasados se puede resumir en una palabra, ingobernabilidad.Motines protagonizados por las extintas fuerzas armadas, dos primeros ministros en cuatro meses, un presidente bloqueado en el legislativo y soportando una campaña de descrédito y deslegitimación, miles de personas afectadas por el cólera y cientos de miles aún sin techo. Esa es la crítica situación del único país iberoamericano que corre el riesgo, si es que no lo es ya, de convertirse en Estado fallido.

El nuevo comandante militar de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), el brasileño Fernando Rodrigues Goulart, destacaba este hecho cuando confirmaba que “la seguridad y la estabilidad son los mayores problemas” que padece este país.

Haití sigue sufriendo un cúmulo de crisis dos años después del terremoto y cinco meses desde el cambio presidencial que elevó a la jefatura de Estado a Michel Martelly, símbolo de la renovación y de la esperanza pero que aún no ha encontrado el sendero para conducir a su país hacia la estabilidad, base de la recuperación.

Por encima de todo, la nación caribeña padece una crisis humanitaria pese a que la ONU ha desembolsado 2,380 millones de dólares, claramente insuficientes pues se comprometió a invertir, entre 2010 y 2011, 4,500 millones.

Es una crisis humanitaria por las falencias de una reconstrucción sin recursos que ha adolecido de escasa coordinación y problemas de logística. Sobre este problema se ha alzado el de la extensión del cólera. Desde octubre de 2010 más de 7,000 personas han muerto en Haití a causa de esta enfermedad.

Esa ausencia de Estado se puede comprobar en otros rubros. La oficina del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) en Ouanaminthe (Haití) ha alertado de un aumento en el tráfico de inmigrantes haitianos hacia República Dominicana: en el pasado mes de febrero 3,353 haitianos, entre ellos 345 niños, fueron víctimas de la trata y del tráfico ilegal de migrantes en la frontera norte.

Una crisis política

El sistema político no ayuda a solucionar la crisis humanitaria. La presidencia de Michel Martelly se encuentra entrampada. En primer lugar, es víctima de sus propias promesas y de haber generado altas expectativas: “pueblo haitiano una nueva era comienza en Haití y me comprometo a hacer de ella la más bella página de mi vida”.

Sin mayoría en el legislativo, Martelly padece un claro bloqueo instrumentado por el partido mayoritario, Initié de René Preval, el expresidente y su principal rival político.

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