Puerto Plata. El dominicano Jacobo Minaya es uno de los beneficiados del proyecto Villa Esperanza de Los Algodones que construyó la fundación Samaritano. Minaya rechazó que las casas fueran entregadas solo a familias haitianas como han denunciado algunos sectores. Por el contrario, aseguró que el proyecto vino a dignificar a todos los que laboraban en el ingenio Montellano y vivían en casuchas de cartón y yagua.
Minaya, quien es chofer de la ruta B en Montellano, reconoció que la mayoría de los beneficiados son haitianos, pero precisó que estos llegaron al país hace más de 30 años, según el censo levantado por los mismos ocupantes.
En total, son 260 las familias que residen en el proyecto y más de 50 por ciento son dominicanos con documentos de identidad otorgados por la Junta Central Electoral.
Fernando Matelly es uno de los tantos descendientes de haitianos que muestra con orgullo sus documentos de dominicano. Teme que ahora busquen cualquier pretexto para a quitarle su nacionalidad.
“La mayoría de descendientes de haitianos son los beneficiados porque este proyecto se hizo para los que vivían en el viejo barrio Los Algodones, y en su mayoría eran los que trabajaban como cortadores de caña. Yo no le veo nada de malo en eso”, dijo Minaya.
Frente al proyecto Villa Esperanza conviven dominicanos y haitianos, algunos en casas con pocas condiciones, otros en una pensión.
Mientras en el centro de Puerto Plata y Sosúa, atribuyen la campaña en contra del proyecto a grupos que promueven la xenofobia o buscan confrontación entre dominicanos y haitianos.
El comunicador Junior Henríquez, lamentó que por sensacionalismo se llegara a esta situación que afecta a dominicanos descendientes de haitianos.
Recordó que esa misma fundación ha levantado otros proyectos a dominicanos y nadie se ha quejado. El proyecto tiene siete años operando, pero es ahora cuando han salido a relucir.
