Los dominicanos ejercieron su libérrima voluntad cuando concurrieron a las urnas, como estaba previsto en el día de ayer.Lo primero que debe resaltarse es la tranquilidad con que se celebraron las votaciones.
Como viene ocurriendo en las últimas décadas, los electores acudieron temprano a los centros de votación. Durante toda la jornada se comportaron con un orden ejemplar.
No se puede hablar de incidentes y los escasos hechos lamentables que se produjeron no siempre estuvieron vinculados a las votaciones o a los centros donde se efectuaban.
Lo que más resaltó durante las primeras horas del desempeño electoral fue el retraso para iniciar las votaciones, principalmente en el Distrito Nacional, la provincia Santo Domingo y Santiago.
La ausencia de los llamados auxiliares para manejar los pequeños equipos de registro de los electores, en unos casos, o la dificultad para poner a funcionar esos aparatos, fueron las causas aparentes que determinaron un retraso de más de dos horas en algunos centros de votación.
Las explicaciones que brindó el presidente de la Junta Central Electoral (JCE) sobre esa situación, como la renuncia de no menos de tres mil técnicos o funcionarios de las mesas electorales, en la víspera de las votaciones, resulta bastante extraña.
Pasado el momento clave es necesario que se explique con la calidad debida qué realmente determinó la ausencia de esos técnicos y las causas del retraso del inicio de las votaciones en el Distrito Nacional, la provincia Santo Domingo y Santiago.
Por lo demás, hay que felicitar al pueblo dominicano por el comportamiento asumido durante todo este proceso, y singularmente el día de las votaciones, caracterizado por el orden, la paz y la libertad.
Todos debemos felicitarnos de que los hechos se hayan desarrollado sin violencia, sin nada grave que lamentar.
Con las elecciones, se fortalece la institucionalidad dominicana. Ahora hay que esperar que los participantes, especialmente candidatos y líderes, respeten los resultados, en consonancia con la actitud cívica del pueblo dominicano.
