Hipólito 2000-2002

Cuando Hipólito asumió la Presidencia en el 2000, heredó una situación macroeconómica difícil. 

Cuando Hipólito asumió la Presidencia en el 2000, heredó una situación macroeconómica difícil.  Leonel, huyéndole el costo político del traspaso de los aumentos de los precios del petróleo a los precios internos de los combustibles, permitió que los ingresos del diferencial del petróleo que recibía el Gobierno, cayesen abruptamente.

Estos ingresos, que en 1998 ascendieron a RD$6,260 millones -el 16.3% de los ingresos corrientes-, colapsaron de tal manera, que con las recaudaciones al 16 de agosto, se proyectaba que terminarían en RD$2,300 millones en el 2000, apenas el 4.5% de los ingresos corrientes.

Leonel temía ser recordado como el Presidente que en su último año subió la gasolina.

Como era de esperar el déficit fiscal se disparó de 3.2% del PIB en 1999 a 3.6% a agosto del 2000, mientras que el déficit del sector público consolidado subía de 3.0% del PIB a 4.6%, pues el Banco Central (BC), para controlar las presiones inflacionarias generadas por el mayor déficit fiscal, sacó dinero de la circulación vendiendo más certificados.

La tasa de interés, que a final de 1999 era de 22.5%, saltó a 28.2% en agosto del 2000.  A pesar de la restricción monetaria, la inflación subió de 5.10% en 1999 a 8.97% a agosto del 2000.

Como si esto fuera poco, el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, producto en parte del creciente déficit fiscal, subió de 2.0% del PIB en 1999 a 4.8% en septiembre del 2000.

El Gobernador del BC de entonces le había dicho a Leonel que no se preocupara, que todavía quedaba oxígeno en el BC para que él no tuviese que subir los precios de la gasolina y el gasoil. 

El oxígeno eran las reservas netas del BC.  De US$547 millones que tenía el BC a final de 1999, habían colapsado a US$197 millones al 16 de agosto del 2000. La venta de reservas permitió al BC “estabilizar” la tasa de cambio, la cual subió de RD$15.93 por dólar en diciembre de 1999 a 16.33 en agosto del 2000.

Con tasas de interés elevadísimas y un dólar “controlado”, el negocio para las empresas y los bancos era endeudarse en dólares a tasas más bajas en el exterior. 

Eso explica el porqué al 16 de agosto del 2000, los bancos múltiples tenían reservas internacionales netas negativas en US$190 millones. 

Cuando se sumaban las reservas netas del BC con las de los bancos múltiples, se tenía que las reservas netas del sistema bancario apenas ascendían a 7 millones de dólares. 

Esas fueron las reservas que recibió Hipólito de Leonel a quien, dicho sea de paso, no le habían quebrado bancos en sus 4 años de gobierno.

Hipólito asume la Presidencia y pone en marcha un programa de austeridad fiscal, mientras hace aprobar una ley para despolitizar los precios de los combustibles. 

La disciplina impuesta por Hipólito permitió que el déficit fiscal en el 2000 cayese a 2.1% del PIB y el del sector público consolidado a 2.0%. 

En el 2001, el déficit fiscal cayó a 1.9%, subiendo ligeramente a 2.2% en el 2002.  La deuda del sector público consolidado, que  en 1999 ascendía a 21.7% del PIB, se mantuvo estable en el período 2000-2002, oscilando entre 21.0% y 22.9% del PIB.

La austeridad fiscal permitió al BC reducir su deuda interna de RD$6,372 millones en agosto del 2000 a RD$3,276 a final del 2001. La inflación, que había terminado en 8.99% en el 2000, bajó a 4.38% en el 2001, mientras la tasa interés cayó 8 puntos porcentuales. 

El déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos se redujo de 4.8% del PIB en septiembre del 2000 a 3.0% en el 2001.

Las reservas del BC aumentaron 424% de agosto del 2000 a diciembre del 2001.

La tasa de cambio se mantuvo estable, pasando de RD$16.33 en agosto del 2000 a RD$16.95 en agosto del 2001.

En agosto del 2002, sin embargo, el gobierno de Hipólito comenzó a percibir que algo olía mal en Dinamarca. 

La peor de las herencias dejadas por Leonel a Hipólito comenzaba a sacar la cabeza. 

El BC no sabía a ciencia cierta lo que estaba pasando y comenzó a proveer liquidez al Baninter.

La tasa de cambio en los últimos meses del 2002 aumentó a un ritmo más acelerado, terminando en RD$21.24 por dólar.

Esta depreciación más acelerada subió la inflación a 10.51% y la tasa de interés a 27.8% en la medida en que el BC se veía obligado a vender más certificados.

En el 2003, a Hipólito le explota la crisis bancaria más grande de nuestra historia, crisis que comenzó a engendrarse en 1989, se acrecienta en 1996 cuando, con la bendición de Leonel y el BC y la oposición de Persia Álvarez, Baninter compra Bancomercio y se acelera cuando el gobierno de Leonel y el BC del 1996-2000 estimulan el endeudamiento desbocado en dólares.

Después de dos años de manejo macroeconómico relativamente sano, todo colapsa en el 2003-2004 debido al fraude de bancos privados.  Y según Leonel, Hipólito es el culpable. ¡Qué timbales! l

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