Hipólito Mejía ha librado varias batallas dentro del PRD, pero por alguna razón, se resiste a buscar la presidencia de ese partido, pese a que algunos dirigentes de su corriente se lo han planteado.Incluso en esta coyuntura, cuando la prioridad del expresidente, según él mismo confiesa, es sacar a Miguel Vargas del cargo, él prefiere apoyar a otro dirigente.
En otros procesos, seguidores de Mejía lo han estimulado a que busque el principal puesto directivo, pero él lo ha rechazado.
En la última renovación dirigencial, que se produjo en el 2009, Mejía se mantuvo al margen, consciente de que el momento era de Vargas, quien finalmente fue electo por consenso.
Cuatro años antes, la presidencia se la disputaron Ramón Alburquerque, Virgilio Bello Rosa y Enmanuel Esquea. Finalmente ganó el expresidente del Senado, en parte por el apoyo de los seguidores de Mejía.
En esta ocasión, se pensó en algún momento que el exmandatario decidiría ir detrás de la posición dirigencial que ocupa Vargas, sobre todo cuando se proclamó “líder de la oposición”.
Pero no ha sido así. El pasado lunes, Mejía anunció que apoyaría una plancha para dirigir el PRD. Era un secreto a voces, ya que varios dirigentes con aspiraciones han desfilado por la residencia del exgobernante para obtener su respaldo.
Esquea, Tony Peña y ahora Alfredo Pacheco figuran en la lista de aspirantes a dirigir el PRD.
