La historia entre lápidas y cruces

Un libro escrito en lápida, epitafios y cenotafios, es el cementerio de la Avenida Independencia. Allí  descansa parte de la memoria histórica del país, por eso fue declarado “Monumento Histórico” para fines de preservación y restauración,&#82

Un libro escrito en lápida, epitafios y cenotafios, es el cementerio de la Avenida Independencia. Allí  descansa parte de la memoria histórica del país, por eso fue declarado “Monumento Histórico” para fines de preservación y restauración, a través del decreto 557-87.Según expresa la socióloga Eulalia Flores, es el primer cementerio oficial dominicano, más bien, se podría decir que es el primer panteón,  inaugurado 20 años antes de la Independencia Nacional, o sea en 1824.

En él fueron enterrados los muertos durante los años de la ocupación haitiana, así como muchos de los caídos en las batallas por la separación de la República Dominicana y su liberación del yugo haitiano; los fallecidos durante la Guerra de la Restauración, luego de la Anexión a España, en 1861, y muchos fallecidos durante los días de la Revolución de abril de 1965. “Ahí están justamente los que han luchado por la patria”.

Una etnia sepulcral

En el Cementerio de la avenida Independencia hay lo que se podría definir como una etnia sepulcral, ya que en él hay haitianos, judíos, árabe, italianos, españoles, palestinos, norteamericanos, polacos, cocolos, africanos, franceses, ingleses y chinos, agrega la socióloga.

Eulalia Flores indica que éste es un punto referente para historiadores, geógrafos, sociólogos, antropólogos, ingenieros, arquitectos y, sobre todo, para políticos, ya que los patriotas que sepultados allí permanecen en la memoria histórica de la nación, debido a que no utilizaron el poder para su beneficio personal sino que murieron por la patria.

Este camposanto es calificado como un “banco de datos genéticos e históricos”, puesto que allí  también están los restos de próceres, intelectuales, educadores, munícipes, escritores, poetas, músicos, pintores, héroes nacionales y cientistas en general. Juana Flores, la primera persona que fue sepultada allí, llamada la varonesa, era una adolescente. El lugar ha tenido varias transformaciones, nombres y etapas.

En el terreno donde se encuentra el Cementerio de la Independencia, desde un principio, era utilizado para fusilar personas.

“Se traían personas de la Fortaleza Ozama, a los cuales paseaban por el Conde, los traían a la Sabana del Elegido, por diversas razones, en una mata de almendro lo amarraban, los fusilaban y ahí mismo los enterraban, o sea, esto salió destinado para ser un cementerio”, explicó doña Eulalia, quien resaltó que para ese entonces no existían los cementerios. “Mi interés es acercar a la gente al cementerio, especialmente a la juventud”, para que cuando pasen por ahí no lo vean como un depósito de osamentas, sino como un monumento histórico, tal cual fue declarado con el decreto 557-87, explicó la investigadora.

“Cuando digo que quiero acercar a la juventud, es porque es el segmento de la población que más necesita saber de nuestros ancestros, saber la historia, el cúmulo de conocimientos que hay en ese monumento”. Señaló que a las personas que se encuentran sepultadas allí, “no les llamaría muertos, porque muerto es aquel al que no lo recuerdan. Más bien les diría personas inhumadas”, puesto que hay una diferencia entre muertos y fallecidos. Observa, además, que el muerto por lo regular está muerto en el corazón de su familia y en el corazón del pueblo, en cambio, en el Cementerio de la Independencia, “ahí hay demasiado historias, demasiado sentimientos, demasiado sacrificios, de las personas que están allí, por lo cual podemos decir que vivos están esos muertos del cementerio de la Independencia”.

Ese lugar, es una ciudad rica, tiene riquezas culturales, arquitectónicas e históricas, pero lamentablemente muy mal mostradas, debido a que está en abandono y cada día los panteones se deterioran más, al igual que los diseños que los adornan, principalmente ángeles alados, cruces y vírgenes colocadas sobre las tumbas. Entre las cosas interesantes que se pueden encontrar en el camposanto se destaca un epitafio que dice “Don Osvaldo García de la Concha apóstol y mártir de la autonomía escolar”, donde además está escrita “la fórmula física llamada la cósmica, con la que  él rebatió la teoría de la relatividad de Albert Einstein”.

También hay exposición arquitectónica, artística, ya que el arte sepulcral está representado en sus máximas expresiones, puesto que existen unas tumbas con el arte de la casa de las raíces, una expresión de la cultura a principios del siglo pasado.

Llama la atención una tumba que no tiene cruz ni epitafio que identifique a quién pertenece. La socióloga entiende que ésa podría ser la tumba del soldado desconocido debido a la curiosa proximidad existente entre la misma y el monumento creado en su honor en la avenida independencia, cerca del Conde.

La tumba de don Cayetano Rodríguez, donde descansaban los restos de Eugenio María de Hostos, es una de las tumbas  más emblemáticas del lugar, ya que al destacado educador lo enterraron ahí porque él y Cayetano eran muy amigos.

En la lápida de este gran educador, hay tres fechas: una es 1839, referente a su nacimiento en Puerto Rico; 1875 que se refiere a la época en la cual entró al país por Puerto Plata, donde hizo gran amistad con los restauradores, y  1903 año en que murió en Santo Domingo.

En el año 1925 fue exhumado para llevar sus restos a la biblioteca del convento de los dominicos y de ahí fue llevado al panteón nacional, en 1986.

En el Cementerio de la avenida Independencia hay mucho arte funerario, porque además fueron enterradas allí las familias más ricas de la época, dejando entender que el monumento más bonito, no necesariamente corresponda a quien más mérito tuvo, ni fuera más destacado, sino a las familias de comerciantes que eran los que tenían más poder adquisitivo.

Doña Eulalia considera que a los estudiantes de las carreras de ingeniería y arquitectura, las universidades  deberían asignarles visitar ese monumento histórico, para que puedan ver la evolución del arte arquitectónico y percibir cómo han cambiado los materiales, así como las formas de construir.

“Cuando se muere en brazos de una patria agradecida, la muerte acaba, la prisión se rompe, y empieza al fin con el morir la vida”, es la frase escrita en un epitafio que invita a reflexionar.

Rateros saquean los mausoleos

Todas las lápidas, los mausoleos, los sarcófagos, las criptas y los panteones construidos en el Cementerio de la Independencia están hechos en piedras, ladrillos, mármol, granito y otros materiales que eran comunes en las construcciones de la época  que hoy se constituyen en objeto de gran valor histórico y para las personas que se dedican a la decoración.

Lamentablemente, este camposanto que cerró oficialmente en 1943 con la inhumación de Manuel Julio Flores, pero que tuvo un uso irregular en el 1965, luego de la Revolución de Abril. En la actualidad está en total estado de abandono pese a ser decretado “Monumento Histórico”.

Muchos de los panteones con características de monumentos por la majestuosidad de la arquitectura, han sido saqueados por desaprensivos que conocen el valor de los materiales utilizados en la época y profanan las tumbas para vender los objetos al mejor postor, sin que se conozca de acciones por parte de las autoridades municipales y de la Policía Nacional para proteger el lugar que más que un cementerio es un monumento histórico.

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