Historia de la isla de Haití (VIII)

Porque la vida en el planeta se especula haber surgido en el supercontinente Vaalvará hace alrededor de unos tres mil quinientos millones de años, tiene sentido especular la existencia de vida en todos los que han existido, hasta Pangea.

Porque la vida en el planeta se especula haber surgido en el supercontinente Vaalvará hace alrededor de unos tres mil quinientos millones de años, tiene sentido especular la existencia de vida en todos los que han existido, hasta Pangea.

En https://www.uv.es/ivorra/Historia/Historia_Antigua/BigBang.htm, Carlos Ivorra nos presenta para los primates la siguiente secuencia: “La era terciaria o cenozoica se inicia hace 65 millones de años. Comienza con el paleoceno, en el que proliferan los mamíferos. En eleoceno (hace 60 millones de años) aparecen nuevas especies de animales (caballos y elefantes primitivos) así como de plantas. El oligoceno se inicia hace 35 millones de años. Proliferan las plantas con flores, aparecen muchos de los mamíferos actuales, entre ellos los primeros primates. Hace 25 millones de años, en el mioceno, se multiplican los primates, especialmente, abundantes en África”.

“Los primates vivían cómodamente en los árboles, alimentados de frutos, prácticamente sin predadores. Sin embargo, hace unos 14 millones de años las cosas empezaron a cambiar. Muchos primates se vieron obligados a abandonar su hábitat arbóreo. Tal vez su vida fácil condujo a la superpoblación y algunos grupos fueron expulsados de los bosques, hacia las sabanas, un ambiente hostil para unos animales incapaces de digerir hierba y pobremente dotados para la caza. De esta época datan los restos más antiguos conocidos de una especie de primate llamada Ramapithecus, que pobló buena parte de Europa, África y Asia (el primer ejemplar se encontró en la India). En su esqueleto se advierten vestigios de posición erguida. Podemos suponer que estos primates desplazados compensaron su debilidad formando manadas, al estilo de los mamíferos cazadores. La postura erguida favorecía que cada miembro de la manada pudiera mantener contacto visual con los restantes, de modo que podían avisarse más eficientemente si detectaban algún peligro. Así pues, la selección natural favoreció a los individuos mejor dotados para la ‘incómoda’ postura erguida”.

“El ramapithecus se extinguió hace 8 millones de años, pero no era el único primate expulsado del paraíso. Hubo más especies en sus mismas circunstancias que sobrevivieron más o menos tiempo. En general, estos monos cazadores reciben el nombre de homínidos. Desde hace unos 6 millones de años fueron apareciendo en el este de África varias especies de homínidos agrupadas por los biólogos bajo el género Australopithecus. En realidad son los primeros a los que se puede aplicar sin discusión el calificativo de homínido: paulatinamente, las distintas especies de Australopithecus fueron adquiriendo la postura erguida como postura habitual y su capacidad craneana -aun siendo pequeña en comparación con la del hombre actual- fue aumentando. Lo que estaba sucediendo era que los homínidos compensaban sus pocas dotes de supervivencia con un incremento de sus habilidades…”.

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