Las Grandes Ligas han implementado un sistema de repetición y unos ajustes a las reglas que, al menos a este seguidor del juego, no le convencen en su totalidad. MLB tiene una tareíta por realizar. Son repetidos los casos en los que durante la transmisión del partido se aprecia que el árbitro erró, ya sea en cantar fuera (out) o quieto (safe), y entonces nadie en el cuartel general de Nueva York hace la corrección de lugar y se mantiene una decisión original bastante alejada de la realidad.
En días recientes hubo que realizar una enmienda para aclarar los outs forzados en la goma y esta es la hora que no se ha podido explicar ni arrojar luz sobre cuándo la goma es del corredor o del receptor. Precisamente quiero que alguien me diga dónde se define la posesión del pentágono.
Me van a disculpar, pero en todos los años que tiene el béisbol las jugadas en el plato nunca han sido color pastel ni mucho menos son bizcocho. Es una zona que no admite dulzura. Si Buster Posey, el personaje por el que se desató este cambio de regla, no puede ser catcher, pues que juegue primera. Bate no le falta.
El sábado le cantaron un out a Melky Cabrera en una jugada en la goma ante Oakland que fue un equívoco del árbitro Bill Miller y ni hablar de la revisión que la mantuvo.
Puede que venga una disculpa por eso, pero ya ese partido se perdió, y aunque esa no fuese la razón de la derrota de Toronto. Siempre se ha dicho que los árbitros se equivocan. Ahora resulta que hasta las repeticiones traen sus fallas. Así no.
