En La Horma sobra ánimo para trabajar la tierra

En las comunidades Las Malaguetas, Los Arroyos y La Horma de San José de Ocoa falta de todo.

En las comunidades Las Malaguetas, Los Arroyos y La Horma de San José de Ocoa falta de todo. Aquí hay ánimo de sobra para cultivar las tierras y mejorar los niveles de vida de sus residentes, pero eso requiere dinero y asesoría técnica, dos elementos que están ausentes.

La mejor prueba de que aquí la gente odia la vagancia, la aporta Radhamés Castillo, un padre de seis hijos que se envolvió desde “chiquito” en las actividades agrícolas, aunque los resultados obtenidos han sido tímidos, según dice.

La tierra que labra Radhamés no es propia, sino que él y otras personas la tienen arrendada desde hace años y por lo cual pagan 120 mil pesos cada año para cosechar guandules. El grupo de personas asegura que envió una carta al presidente Danilo Medina donde le piden que el Gobierno compre los predios y se los done. “Esperamos que el Gobierno haga una visita por aquí a ver si nos ayuda. Queremos que se apiade de nosotros. Hemos visto pasar cantidades de ciclones y otras cosas malas y ni siquiera un dulce ha aparecido para que la comunidad se lo coma”, sostiene Castillo, con dejo de desesperanza, mientras se le acercan otros vecinos con experiencias muy similares.

Uno de ellos es Juan Mordán, otro pequeño productor de guandules, yuca, batata, aguacate y auyama, cuyas conversaciones giran en torno a las dificultades existentes en Las Malaguetas. “Cuando uno logra producir algo los beneficios no son muchos. Primero no contamos con transporte para recorrer grandes distancias y segundo, tenemos en mal estado un chucho de carretera como de ocho kilómetros que hay que caminar hasta las tierras. En ese caso, lo bueno sería que el Ministerio de Agricultura o cualquier otra institución nos dé la mano”, sostiene Mordán. Cuando usa el término chucho se refiere a distancia.

Las tres comunidades citadas pertenecen al municipio Sabana Larga, que según el Censo de Población y Vivienda de 2002 tiene una población total de 11,443, de los cuales 5,927 son hombres y 5,516 mujeres. En Los Arroyos, Las Malaguetas y La Horma, situadas a orillas de la carretera que conduce a Constanza, por Ocoa, el clima es agradable y las tierras son fértiles, pero recorrer la zona no es tarea fácil. En esa polvorienta vía se cuentan cerca de 20 puntos críticos, los principales entre La Horma y La Pirámide de Valle Nuevo.
 
En las tres comunidades se produce cerca del 40% de la cebolla que genera el país, de acuerdo a informes recogidos. El transporte para quienes aspiran salir de esos lejanos campos es en camionetas, en ocasiones destartaladas, pero con neumáticos capaces de resistir el paso por sitios pedregosos. Para Dionisio Ramos el mal estado de la carretera no es un problema grave, pues él prefiere recorrerla a caballo. “Yo cuido mil tareas que no son mías, donde se produce zanahoria, habichuela y maíz. Las aguas son pocas pero ahí están las cosechas”, sostiene. Ese problema que cita Dionisio podría resolverse si el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos se da una vuelta por la zona. El agricultor tiene cuatro hijos, dos de ellos viven en Nizao, de Baní, uno en Santo Domingo y el otro se ha quedado en Las Malaguetas.  

Representante comunitario

El representante del Bloque de Asociaciones Campesinas de la Provincia San José de Ocoa y presidente de la Asociación de Productores Hortícolas de La Horma, César Méndez, sostiene que “es el momento de pedir al presidente Danilo Medina que inicie cuanto antes la reconstrucción de la carretera que conduce desde Sabana Larga a Constanza”.

Esa vía que resalta Méndez tiene una importancia capital para los productores agropecuarios porque por ella se carga la mayoría de los vegetales y hortalizas que se consumen en San José de Ocoa y los mercados nacionales. La carretera se inició en 1959.

En el centro del problema

Radhamés Castillo
Agricultor
“Desde que nací estoy en la agricultura. No me ha ido bien en ninguna pero me mantengo luchando todavía. Los agricultores están abandonados  totalmente en esta zona. Uno siempre escucha que dicen que hay ayudas, pero nada para los agricultores”.

José Melo
Agricultor
“Tengo 54 años de edad, más de 40 de ellos trabajando agricultura. Eso de trabajar desde pequeño no hace daño, lo que no se puede es poner un niño a trabajar forzado ni sacarlo de los estudios, pero hay que crear la costumbre del trabajo”.

Luilli Mejía Beltré
Conductor
“En La Horma no puede llover, cuando eso ocurre comienzan a irse pedazos de carretera. Yo viajo todos los días al pueblo cargando pasajeros en mi camioneta y eso es un problema para el vehículo. Lo peor es para sacar los productos”.

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