El hospital modelo existe y está en Sabana Grande de Boyá

Sabana Grande de Boyá.- 10:23 a.m. Es lunes. Inicio de la semana. Yunilda Cepeda y su familia esperan bajo la sombra de un árbol a que el contador computarizado avance hasta el número 20 para entrar a la consulta de odontopediatría…

Sabana Grande de Boyá.- 10:23 a.m. Es lunes. Inicio de la semana. Yunilda Cepeda y su familia esperan bajo la sombra de un árbol a que el contador computarizado avance hasta el número 20 para entrar a la consulta de odontopediatría del Hospital Municipal Pedro Heredia Rojas.

Viene desde Monte Plata con su niña de seis años tras el especialista que no le ofrece el remodelado Hospital provincial Ángel Contreras Mejía.

Como ella, aguardan dentro y bajo aire acondicionado, ancianos, embarazadas, mujeres con niños en brazos y hombres del pueblo, de los bateyes y hasta de otras provincias, que han llegado hasta allí en busca de un servicio de salud, cuya calidad y trato humanizado ha trascendido más allá de las fronteras de este municipio situado al este del país.

Han transcurrido seis años desde que su director, Jesús Mejía, creara las condiciones para habilitar este centro asistencial hasta convertirlo en un prestador de salud con la misma calidad de una clínica privada, logrando que catorce Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) contrataran sus servicios.

En momentos en que las quejas por el deficiente servicio hospitalario se multiplican por todo el territorio nacional, este centro se erige como un modelo de gestión exitoso, lo cual pudo ser constatado por reporteros de elCaribe, que visitaron sin previo aviso sus instalaciones.

Consultas llenas, área de emergencia despejada, pisos relucientes, baños limpios, habitaciones climatizadas, cocina y comedor impecables, personal médico motivado y pacientes satisfechos. ¿Cuál es la clave? -La habilitación. Responde el galeno, especialista en epidemiología, con una maestría en Salud Pública y diplomado en Gerencia Hospitalaria.

Llegar hasta aquí no ha sido fácil, reconoce Mejía, quien al principio encontró la resistencia de un personal con más de 20 años de servicio acostumbrado a lidiar con las precariedades casi inherentes a lo público, sumado a la desconfianza de las ARS negadas a contratar con los hospitales por su mala fama.

“Prácticamente tuvimos que traerlos de la mano para que ellos vieran las instalaciones, los servicios que aquí se ofrecían. La primera ARS que entró fue SENASA, pero ellos no creían en esto, fue casi bajo amenaza. A partir de ahí, las otras fueron entrando”, narra el director del primer hospital de segundo nivel en lograr la habilitación.

¿Privatización de servicios?

La misma desconfianza sentían los munícipes, quienes creían que había llegado la hora de la privatización de los servicios de salud.

“Eso me costó a mí muchas declaraciones a la prensa. El mismo personal no entendía lo que estaba pasando. No entendían, y hasta llegaron a tomarles fotos a los pacientes con las facturas para mandarlas a la prensa, diciendo que aquí estábamos cobrando, sin fijarse, porque aquí a todos los pacientes se les da una factura para crearles conciencia, que sepan cuánto el hospital, el Estado está invirtiendo en ellos”, narra.

Cambiar la mentalidad de la gente no fue tarea fácil, por lo que tuvo que implementar un componente educativo: “aquí la gente venía sin cédula, sin seguro, y tuvimos que concientizarlos, explicarles que a ellos se les estaba descontando todos los meses un dinero para un seguro de una ARS y no lo usaban. Entonces, creamos una línea telefónica con un listado con todas las ARS para que ellos hablaran con su seguro y les exigieran que contrataran al hospital o de lo contrario tendrían que pagar por los servicios, excepto que fuera una emergencia”.

“Hoy en día a nadie se le ocurre venir sin su identificación y su seguro. Ellos saben el método, hemos cambiado hasta la mentalidad de la gente, ya ellos cuidan su hospital. Si ustedes se fijan, aquí no hay gente escribiendo en las paredes. Le hemos creado conciencia de que este es su hospital, y los servicios que se implementan es para beneficio de ellos. Incluso, hasta la forma de reclamar los servicios es diferente, ya la gente viene hacerlo en forma de sugerencias, no vienen como antes que era a echar un pleito”.

Personal capacitado

El hospital ofrece consultas de todas las especialidades que corresponden a este nivel de atención y se han agregado otras por requerimientos de la propia población que demanda sus servicios, como urología, ortopedia, cardiología y gastroenterología.

El horario de atención es de lunes a viernes desde las 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, y los sábados de 8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía.

Asimismo, hay guardias presenciales las 24 horas del día, los siete días de la semana, con un ginecobstetra, un pediatra y un anestesiólogo. Asegura que esta ha sido la clave para que la tasa de mortalidad infantil y materna sea de cero.

Allí se realizan cirugías de hernias, cesáreas, histerectomías, vesícula, quistes y otras. Los referimientos únicamente se realizan cuando la vida del paciente se vea comprometida.

El hospital cuenta con 41 médicos, en su mayoría especialistas, cuatro licenciadas en enfermería y médicos generales que prestan servicio en el área de emergencia.

“Aquí no se deja la emergencia en manos de pasantes. Aquí somos muy respetuosos con eso”, asegura.

Pese a presentar su carnet de seguro médico cuando solicitan un servicio, a los usuarios del hospital Pedro Heredia Rojas no se les cobra diferencias por consulta, pruebas de laboratorios y otros estudios de imágenes, excepto los de Rayos X, explica su director. “Nosotros eliminamos el copago, incluso cinco meses antes de que el presidente Danilo Medina emitiera ese decreto”, dice con orgullo.

Ingresos superan los RD$2 millones

Los ingresos del hospital rondan por los RD$2 millones mensuales por concepto de facturación con las ARS más los RD$300 mil pesos de subvención que recibe del Estado.

Eso les permite subsidiar a los que no tienen ningún seguro, comprar los equipos, mobiliarios, material gastable, dar mantenimiento a las áreas, comprar una planta eléctrica, construir la morgue, área de lavandería, computarizar el centro y ampliar el área de parqueos.

De estos fondos, el personal médico también recibe unos incentivos que se entregan cada cuatro a seis meses que rondan por los RD$35 mil.

“Entendimos que la única manera de salir a flote era haciendo que las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) pudieran contratar con nosotros. Eso nos ha permitido poder avanzar”.

Trato digno

Asegura que el trato al paciente es “1A desde el camillero, el portero, enfermeras, médicos”, lo que es testimoniado por un paciente que le aborda durante el recorrido por el centro. “El día que perdamos al doctor, perdemos la mitad de la vida. Desde que usted llegó aquí esto cambió, que a nadie se le ocurra quitarlo”, advierte Freddy Antonio Cruceta. El doctor se sonroja.

Mejía ha sido reconocido por el propio presidente Danilo Medina, quien le entregó la medalla por Excelencia por Prácticas Promisorias, que otorga el Ministerio de Administración Pública (MAP).

En este hospital ya es realidad la promesa de campaña del presidente Medina de dos camas por habitación con aire acondicionado. “Aquí eliminamos los pabellones, aquí nos enfocamos en eso, brindar salud pero con dignidad”.

Prevención

Otro componente importante es el preventivo. El doctor Mejía implementa una mesa de salud con las siete unidades de atención primaria del municipio y junto a las juntas de vecinos y alcaldes ha contribuido a que la incidencia de dengue, zika y chikungunya, sea mínima. Para demostrarlo, muestra las estadísticas en su teléfono celular, donde mantiene constante comunicación con su equipo las 24 horas a través de varios grupos de Whatsapp y una flota con todos los encargados de área.

Recuerda que cuando por disposiciones oficiales, el Ministerio de Salud movilizó a cientos de empleados de distintas instituciones públicas, se negó a recibirles alegando que era una vergüenza que gente de otro sitio fuera a “limpiar en casa ajena”. Por ello convocó a las autoridades locales y juntas de vecinos para realizar esas labores.

“Aquí los médicos y enfermeras cumplen”

El doctor Mejía dice que logró que su personal se comprometiera con brindar un servicio de salud digno y de calidad a sus pacientes, y que cumplieran las cuatro horas de consultas y “hasta un poquito más” junto a las guardias presenciales. Dice que ha creado las condiciones para que galenos y enfermeras se sientan a gusto con su trabajo, tanto que allí no se cumplen las huelgas porque se ofrecen condiciones dignas. “Aquí cuando se comenzaron las guardias presenciales, nadie creía en eso, era un relajo, nadie cumplía eso, tú veías aquí el médico que llegaba a las 10:00 de la mañana y ya a las 11:00 yo te pagaba si encontrabas uno”, dice.

Comunicación
Tengo un sistema de flota con todos los encargados de área, y si es necesario, en una emergencia, en cinco minutos yo tengo el hospital entero aquí”

Resistencia
Llegar aquí no ha sido fácil, pero ya hoy todos hablamos el mismo idioma. Aquí ya todo se mide con evidencias. Es así.”

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