Huelga y comercio

No sabemos si los comerciantes tienen medida la dimensión de su plan de huelga, que resultó muy efectiva el pasado jueves en San Francisco de Macorís.

No sabemos si los comerciantes tienen medida la dimensión de su plan de huelga, que resultó muy efectiva el pasado jueves en San Francisco de Macorís. Pero la acción tiene implicaciones que a la postre pueden revertirse contra ellos mismos. Imaginamos que en forma alguna va más allá de una reivindicación muy específica y en tal virtud no parece que ese sea el mejor medio para el objeto perseguido.

De acuerdo a lo expuesto, los comerciantes rechazan instalar aparatos que servirían para transparentar las operaciones que realizan. La idea es que las llamadas “impresoras fiscales” tienen un costo elevado que les resultaría gravoso. Si de eso se trata, la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) podría considerar alternativas para no afectar las operaciones del comercio.

Como ha dicho el director de la DGII, Guarocuya Féliz,  lo único que mueve sus acciones es el propósito de cumplir con las leyes impositivas y en tal virtud estaría en la obligación de hacer lo necesario para aplicar la norma.

¿Qué faltaría? Es probable que Impuestos Internos diga que no tiene posibilidad alguna de rediscutir una norma, pero quizás puede encontrar mecanismos que faciliten la instalación de los aparatos y que los comerciantes cumplan con sus obligaciones.

Pero los comerciantes insisten en desarrollar un programa de huelgas. Por más pequeños que sean sus establecimientos, son gente de negocio, y la huelga puede resultar contraproducente a sus fines. La huelga lo paraliza todo. No hay ventas y se convierte en un escenario auspicioso para el desorden. En la paralización de San Francisco de Macorís los comercios cerraron, pero ciertos elementos aprovecharon para lanzar basura a las calles.

¿Hacia dónde pueden conducir esos paros? La experiencia muestra que podrían incitar a otros sectores. En el país ninguna huelga “popular” se materializa si el comercio y el transporte no la acompañan. Cuando la violencia también surge como un  componente activo de la huelga, todos corren riesgos.

Estas reflexiones sólo pretenden sugerirles a los comerciantes que piensen en otras maneras de comunicar sus demandas a la autoridad. El camino de la huelga es peligroso.

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