El torneo de 2013 de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB) arrancó ayer y todo luce que será un evento muy competitivo, tomando en cuenta algunas medidas que se tomaron en el curso de la temporada muerta.Tengo la impresión de que durante el actual certamen el aporte de los jugadores nativos tendrá un valor más preciado que nunca.
Es que la LNB permitirá que las franquicias sólo tengan tres cambios de refuerzos después de los primeros tres en cancha, algo que busca acabar con el festín que se había dado en ese sentido y obviamente abaratar el costo de los conjuntos. Ya en la postemporada, los clasificados tienen derecho a un cambio extra.
Los Indios de San Francisco de Macorís, los Metros de Santiago y los Cañeros de La Romana tienen un talento envidiable en esa parte, pero también es obvio que estos últimos dos serán afectados por la preselección nacional, que probablemente sustraerá figuras claves como Sean O’Girri, Víctor Liz y Adris de León, en Santiago, y Edward Santana y Eloy Vargas en La Romana.
Ese es un fenómeno que también se dará en otros equipos como Leones de Santo Domingo, Titanes del Distrito y Cocolos de San Pedro de Macorís. En el caso de los Leones y los Cocolos tienen a sus dos mejores jugadores nativos reforzando en el extranjero, situación que también afectará a esas dos franquicias.
Habrá que ver qué traerán los refuerzos y si se adaptarán al baloncesto físico y seguido que se juega en República Dominicana y a la particular cultura nacional que también ofrece sus bemoles.
“Tope no es pelea”, reza una vieja frase deportiva, así que la verdadera prueba para saber si tal o cual importado trajo lo suyo se comenzó a dar a partir de anoche.
El equipo que más rápido agote sus cambios de refuerzos sencillamente será el que peor trabajo hizo en el escauteo.
Por supuesto, las justificaciones estarán a la orden del día y me adelanto en vaticinar que la mayoría de los refuerzos que abandonen el país lo harán “lesionados”, al menos para quienes le contrataron.
