Santiago. La cantidad de indigentes que deambulan por las calles de Santiago o que utilizan como refugio los parques comienza a convertirse en una preocupación.Camas construidas con retazos de cartón y fundas plásticas son comunes en horas de la madrugada, improvisadas frente a los grandes establecimientos comerciales, edificios de apartamentos o parques recreativos.
Tan solo en la esquina formada por la avenida Juan Pablo Duarte con Carreras, duermen tres jóvenes, con edades entre 18 y 20 años. Esa misma escena se repite con normalidad con niños dominicanos y haitianos que se dedican a vender flores, limpiar cristales o simples pedigüeños en las avenidas 27 de Febrero, Estrella Sadhalá y Mirador Yaque y en el Parque Imbert.
Tras el agotamiento de la faena diaria, estos niños hasta de diez años duermen donde les tome la noche.
William Rafael Martínez es un adicto a las drogas que hace un año decidió dejar su casa en Cienfuegos para refugiarse en un contenedor de basura.
Rubén García apenas puede hablar de las vicisitudes de tener que pasar la noche entre cartones en la parte baja del parque Imbert.
“El vicio me hizo salir de mi casa y ya no sé que hacer. Todos mis hermanos son gente de bien, aunque yo no robo ni atraco. Estoy viviendo una vida muy difícil y complicada, pasando todo el trabajo del mundo”, apunta Martínez.
Durante el día, William recoge los desperdicios de basura que luego vende para poder comprar alimentos y la droga que consume.
Santiago es atractivo
La expansión demográfica de Santiago que se vuelve atractiva para las comunidades vecinas del Cibao es uno de los graves problemas que deben enfrentar las autoridades municipales y del Gobierno Central.
Una gran parte proviene de comunidades de Mao, Santiago Rodríguez y Dajabón y de poblaciones de la región sur del país, que se mudan debajo de puente, invaden terrenos o los de menos suerte deben sobrevivir entre el sereno, la lluvia o el sol.
José Moronta lleva ya tres años como limpiavidrios en la avendia 27 de Febrero. Cuando termina su faena, el frío piso de la acera sirve como cama donde pasa la noche.
La mayor preocupación de las autoridades es la gran cantidad de niños que junto a sus padres, de nacionalidad haitiana, ocupan las esquinas pidiendo limosnas. Se estima en cien mil personas la comunidad haitiana que residen en barriadas de Santiago y a orilla de cañadas en Santiago.
Enfermos mentales son otro problema
A los problemas de indigentes y pedigüeños se suma la cantidad de enfermos mentales, que muchas veces circulan desnudos por las principales vías comerciales.
Desde personas violentas con problemas de locura hasta mujeres desnudas, es uno de los panoramas más comunes que a diario se ven por las calles de Santiago. Aunque las denuncias se repiten día tras día, no existen autoridades que se encarguen de enfrentar la problemática.
Pobreza arropa la ciudad corazón
Un estudio del Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago indica que el número de hogares pobres aumentó un 14.0% con relación al 2000 y los hogares por debajo de la línea de pobreza se sitúan en un 13.0%.
Esto es atribuido a que el 70.4% de la población de la provincia se concentra en el municipio, y del total de éste, el 88.4% reside en la ciudad de Santiago.
Y agrega que el 10.0% está compuesto por un conjunto de sectores poblacionales que no se registran de forma sistemática en las bases de datos del país. Este conjunto está formado por la población migrante, los mayores de edad no cedulados, los extranjeros residentes no registrados y otros.
Tras el cierre de varias empresas del sector zona franca, al menos 50 mil empleos informales se han creado.
