Inseguridad “resta brillo” a las prendas de oro en la RD

El clima de inseguridad que se vive en República Dominicana está llevando a muchos dueños de prendas de oro a las puertas de las compraventas y negocios de comercialización de joyas.

El clima de inseguridad que se vive en República Dominicana está llevando a muchos dueños de prendas de oro a las puertas de las compraventas y negocios de comercialización de joyas.Algunos informes recogidos entre compradores de oro en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo sugieren que una importante cantidad de personas están vendiendo las joyas que tienen, no solo por los buenos precios que se registran a nivel internacional, sino porque en definitiva usarlas implica muchos riesgos en estos momentos. “Te puedo asegurar que aproximadamente el 90 por ciento  de las personas que vienen a vendernos cosas de oro nos dicen que es porque en República Dominicana hay inseguridad ciudadana y temen usarlas públicamente por los asaltantes”, dijo Yeudi Mateo, de la empresa GolDblue, de la avenida Winston Churchill.

Frente a esos planteamientos de Mateo surgen varias interrogantes. ¿Hacia dónde van entonces las prendas que la gente vende por temor a usarlas en el país y quién las exporta?

La presidenta de la Asociación Dominicana de Joyerías y Artesanos, Norma Vargas, sostiene que en República Dominicana se han instalado muchos negocios de origen extranjero, que compran en pesos las prendas de oro, las cortan y las sacan en pedazos de este territorio, luego las arman en otros países donde posteriormente las comercializan en dólares. Es un nuevo ingrediente que afecta a quienes formalmente ejercen la actividad desde hace mucho tiempo, según indica.

“Es una situación que las autoridades, quizás la Dirección General de Aduanas, deben enfrentar, porque sin duda fomenta el robo de prendas. Estamos hablando de negocios a los cuales tú le llevas una prenda, te la compran y no te exigen ningún tipo de documento. Así no es posible que continúe este país”, sostiene Vargas.

La cantidad de establecimientos que compran oro que refiere Vargas pueden observarse en distintos puntos del país. “Aduanas debe enfocarse en trabajar para evitar que ese oro, que en muchos casos es robado, salga del país”, sugiere Vargas. Muchos negocios, que antes empleaban el término “empeño”, han dejado atrás esa palabra porque, hacía alusión a las compraventas. Actualmente, se habla de “préstamos a cambio de oro”, como una estrategia para atraer clientes. “Ha habido un cambio en el concepto  en muchas compraventas, pero en esencia es lo mismo”, argumenta, de otro lado, Corina Capriles, gerente de Joyería Capriles.

De acuerdo al peso de la prenda, en oro, es que se otorga el préstamo. El gramo de oro de 18 quilates se paga a razón de RD$1,440, el de 14 se paga a RD$1,100 y el de 10 quilates se paga a RD$790. La modernidad de estos tiempos permite que en algunos establecimientos los precios se asignen acorde con las fluctuaciones de la Bolsa de Valores de Nueva York, minuto a minuto. Es decir, que el precio puede variar, en función de eso, varias veces al día.
Cuando el cliente no puede retirar la prenda del negocio que le facilitó el crédito o que le empeñó, el dueño de ese establecimiento obtiene más ganancias porque puede vender posteriormente a un precio mucho más elevado el gramo de cada prenda empeñada. En la Bolsa de Nueva York la onza troy de oro se cotizaba ayer a US$1,633, de acuerdo al reporte de Bomberg. La onza troy (usada únicamente en orfebrería y numismática para pesar metales preciosos) es la doceava parte de una libra troy, y equivale a 31.10 gramos.

Cuando un dueño de una compraventa le paga al cliente RD$1,440 por un gramo de oro, o su equivalente en dólares, posteriormente se gana RD$607 si vende el mismo gramo en el mercado internacional. Allí ese volumen de metal cuesta RD$2,047 o su equivalente en dólares. Mientras, que la onza, en sentido general cuesta RD$63,683 (equivalente a US$1,633).

Los anuncios sobre compra y venta de oro públicamente son tan diversos como la gente que dice que dejará de usar las prendas de ese metal por temor a los delincuentes. “Yo, particularmente, no me involucro mucho con asuntos de prendas ya. Si puedo ponerme un día una prenda me la pongo. Nunca estoy pensando en cosas negativas que puedan ocurrir si las uso, pero no soy tan amante de cargarlas encima”, sostiene Paula Tejada, entrevistada en una joyería del Centro Comercial Plaza Central, de la capital.

Las casas de empeño cobran normalmente un 10% de interés mensual (aplicado en dos cuotas quincenales).

El tiempo para retirar el efecto oscila entre 120 y 150 días (tres meses). De lo contrario la prenda pasa a ser propiedad del negocio donde está empeñada. l

A otros países han salido todo tipo de prendas

En el año 2011 República Dominicana   exportó 175,846.11 kilogramos de prendas de oro, que generaron US$143. 2 millones, según cifras preliminares de la Dirección General de Aduanas y del Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD).

Esas exportaciones fueron de cadenas de oro, aretes, partes, medallas, anillos de oro y diamante, anillos de oro, oro procesado, desperdicios y desechos de oro, aleación de oro y plata, aretes de oro y plata,  brazaletes de oro y plata, cadenas de plata y oro, relojes, pulsas, argollas, broches y pendientes.

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