El intento fallido de una encuesta amañada

Por definición conceptual, las encuestas electorales son técnicas de investigación social que permiten conocer las opiniones y actitudes de los votantes frente a las diferentes ofertas de los candidatos a cargos de elección popular.

El intento fallido de una encuesta amañada

Por definición conceptual, las encuestas electorales son técnicas de investigación social que permiten conocer las opiniones y actitudes de los votantes frente a las diferentes ofertas de los candidatos a cargos de elección popular.

Por definición conceptual, las encuestas electorales son técnicas de investigación social que permiten conocer las opiniones y actitudes de los votantes frente a las diferentes ofertas de los candidatos a cargos de elección popular.Es decir, las encuestas persiguen obtener informaciones puntuales para conocer el grado de apoyo con el que cuentan los candidatos o fuerzas políticas que participan en una contienda electoral. Sin embargo, las encuestas son igualmente utilizadas como instrumento de manipulación, donde se alteran o se inventan resultados con la intención de favorecer la imagen de un candidato equis frente a los electores. República Dominicana no es la excepción de los países donde cada proceso electoral es “bombardeado” con encuestas amañadas, carentes del rigor científico que caracterizan los sondeos electorales con resultados verdaderamente confiables. En cada jornada electoral, los votantes son testigos del trabajo que realizan firmas encuestadoras, muchas de ellas pagadas por el propio candidato o partido que sustenta sus aspiraciones, y en el que obviamente siempre salen favorecidos frente a sus rivales.

Pero igual hemos visto resultados de mediciones políticas que han acertado con el puntaje final derivado de procesos electorales. En uno y otro caso, la costumbre es que los dirigentes políticos traten de desacreditar el producto final de las encuestadoras, cuando no favorecen al candidato de su partido. Mi reflexión tiene que ver con los resultados de una firma encuestadora desconocida, presentados por el PRM, donde su candidato, Luis Abinader, aparece a pocos puntos de Danilo Medina, presidente-candidato del PLD. El primer ejercicio que deberían hacer los votantes es indagar en torno al origen de la firma que avala esta medición, llamada Laboratorios de Investigaciones Sociales Aplicadas (LISA), de la que solo se sabe es colombiana.

Esta firma, no independiente, sino contratada por el propio Abinader, asegura que a la pregunta de “si las elecciones fueran hoy”, Danilo obtendría un 45.73% y el aspirante que financió el estudio un 41.96%. Nada más absurdo y hasta cierto punto risible. ¿Por qué? Esta extraña firma encuestadora explica que el estudio de campo se desarrolló entre el 18 y el 23 de diciembre pasado, justo al final de un año en el que la popularidad del Presidente se mantuvo por encima del tope del 80%. Por suerte, los electores tienen la capacidad para saber cuando un estudio de opinión política intenta meterle “gato por liebre”, con unos resultados que distan de la realidad que envuelve a los candidatos contendientes en el presente torneo electoral. Es esta la razón de mayor peso para dudar de unos resultados que sugieren una segunda vuelta electoral, ante la indiscutible aceptación mayoritaria que posee Medina. La mejor forma de desmentir la falsa situación electoral presentada por esta firma, es citando el reporte realizado por The Economist, que asegura que gran parte de la alta popularidad de Danilo es precisamente ayudada por “una débil y rebelde oposición”. Sí, una oposición que insiste en retorcer la visión de poco convincente propuesta electoral, frente al vigor de una candidatura como la de Danilo respaldada por esa gran mayoría que reconoce una gestión de gobierno puesta al servicio de todos los dominicanos, sin exclusión ni privilegios.

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Por definición conceptual, las encuestas electorales son técnicas de investigación social que permiten conocer las opiniones y actitudes de los votantes frente a las diferentes ofertas de los candidatos a cargos de elección popular.Es decir, las encuestas persiguen obtener informaciones puntuales para conocer el grado de apoyo con el que cuentan los candidatos o fuerzas políticas que participan en una contienda electoral.

Sin embargo, las encuestas son igualmente utilizadas como instrumento de manipulación, donde se alteran o se inventan resultados con la intención de favorecer la imagen de un candidato equis frente a los electores.
República Dominicana no es la excepción de los países donde cada proceso electoral es “bombardeado” con encuestas amañadas, carentes del rigor científico que caracterizan los sondeos electorales con resultados verdaderamente confiables.

En cada jornada electoral, los votantes son testigos del trabajo que realizan diversas firmas encuestadoras, muchas de ellas pagadas por el propio candidato o partido que sustenta sus aspiraciones, y en el que obviamente siempre salen favorecidos frente a sus rivales políticos.
Pero igual hemos visto resultados de mediciones políticas que han acertado con el puntaje final derivado de procesos electorales. En uno y otro caso, la costumbre es que los dirigentes políticos traten de desacreditar el producto final de las firmasencuestadoras, cuando no favorecen al candidato de su partido.

Mi reflexión tiene que ver con los resultados de una firma encuestadora desconocida, presentados por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), donde su candidato, Luís Abinader, aparece a pocos puntos de Danilo Medina, presidente-candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

El primer ejercicio que deberían hacer los votantes es indagar en torno al origen de la firma que avala esta medición, llamada Laboratorios de Investigaciones Sociales Aplicadas (LISA), de la que solo se sabe es colombiana.

Esta firma, no independiente sino contratada por el propio candidato Luís Abinader, asegura que a la pregunta de “si las elecciones fueran hoy”, Danilo obtendría un 45.73% y el aspirante que financió el estudio un 41.96%.

Nada más absurdo y hasta cierto punto risible. ¿Por qué? Esta extraña firma encuestadora explica que el estudio de campo se desarrolló entre el 18 y el 23 de diciembre pasado, justo al final de un año en el que la popularidad del Presidente se mantuvo por encima del tope del 80 por ciento.

Por suerte, los electores dominicanos tienen la capacidad para saber cuando un estudio de opinión política intenta meterle “gato por liebre”, con unos resultados que distan de la realidad que envuelve a los candidatos contendientes en elpresente torneo electoral.
Es esta la razón de mayor peso para dudar de unos resultados que sugieren una segunda vuelta electoral, ante la indiscutible aceptación mayoritaria que posee el presidente Medina.

La mejor forma de desmentir la falsa situación electoral presentada por esta firma, es citando el reporte realizado por la prestigiosa revista británica The Economist, que asegura que gran parte de la alta popularidad del presidente Danilo es precisamente ayudada por “una débil y rebelde oposición”.

Sí, una oposición que insiste en retorcer la visión de su incierta y poco convincente propuesta electoral, frente al vigor de una candidatura como la de Danilo Medina, respaldada por esa gran mayoría que reconoce una gestión degobierno puesta al servicio de todos los dominicanos, sin exclusión ni privilegios.

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