Jatnna: “No caigo en la trampa del sensacionalismo para ganar rating”

Desde que se atraviesa la puerta del despacho de Jatnna Tavárez, no cabe duda de que su trabajo de más de tres décadas en los medios ha sido bien valorado.

Desde que se atraviesa la puerta del despacho de Jatnna Tavárez, no cabe duda de que su trabajo de más de tres décadas en los medios ha sido bien valorado. Placas y medallas de reconocimiento y estatuillas de distintos premios arropan las cuatro paredes de la oficina de esta dama de la comunicación dominicana.

Con su toque tan personal de adornar sus conversaciones, dice que su trayectoria en el terreno de la comunicación ha sido “chulísima”. “Como todo lo que se recorre en la vida… con momentos buenos, con altibajos, pero con una base tan grandiosa. Hay que agradecer a papá Dios”, expresó al momento de agregar una segunda cucharada de azúcar a su taza de café.

Su pasión por el trabajo diario no desmaya. Incluso, es insistente cuando sostiene que aún disfruta lo que hace. “Aunque hay momentos que me canso, porque yo soy un ser humano, pero he conocido tanta gente interesante, ha sido tan aleccionador para mí, en el sentido de ser un aprendiz y mejor ser humano, me ha hecho retarme a mí misma. Ahora, existen carreras de comunicación; yo solo era estudiante de Derecho e hice un año de Ciencias Políticas y lo he podido aplicar aquí”, recuerda.

Para Jatnna, el camino ha sido “fantástico”, pero lo mejor, su mayor galardón, es la relación que mantiene hasta hoy con el público. “No sé si es quizás porque la pasión me sorprendió, enamoró y cautivó en el acto. Nunca me he creído que soy una figura pública, siempre estoy aterrizadita, con pie de plomo, y si voy a despegarme pongo piedras. Para esto hay que tener pasión y renovarla a diario, porque si no, no se aguanta”, sostiene la presentadora de televisión y maestra de ceremonias, quien se define como organizada, disciplinada, respetuosa del trabajo que realiza y el de los demás. “Porque pienso que para tú ser y ganarte tu espacio no tienes que apoyarte en la sombra de nadie… Creo que la envidia, que está en todos los medios, es como el tributo que la mediocridad le hace al éxito”, afirmó Tavárez.

Sostiene que siempre ha estado muy de cara al sol en estos 31 años de carrera, y que su mayor éxito en la comunicación ha sido irse a la cama a sabiendas de que Dios le dio la oportunidad de tocar la vida de alguien. “No es nada más luces, ropita nueva, notoriedad… para mí es un trabajo muy serio, y según han pasando los años me ha generado más responsabilidad”, dijo en una entrevista que concedió al periódico elCaribe.

La TV de hoy

Considera que es mucha la diferencia de la televisión que se produce hoy en día con la que le tocó crecer a finales de la década del 80 y en los 90.

“No me gusta que me circunscriban en que los tiempos pasados fueron mejores, cada tiempo tiene su encanto, lo que pasa es que uno está condenado a evolucionar”, puntualizó. Aunque entiende que los tiempos han cambiado, siente que se han hecho grandes esfuerzos para que la pantalla chica dominicana avance. “A nivel de comunicación, este es un país muy avanzado. Ha habido una importante apertura, pienso que los productores locales nos hemos puesto en esa onda”, valoró.

Sin embargo, recordó que cuando inició en la televisión la preparación era vital y que se competía en visión a la capacidad. “Se hacía el gran esfuerzo por tratar de ser más capacitado y mejor como comunicador; hasta el léxico florido era parte de tú querer desarrollarte, de cada día ser mejor como comunicador. Quizás hoy día los parámetros son diferentes, a pesar de que también están los recursos para prepararte”.

Dijo que lo que se ha ido perdiendo, quizás en términos generales, es el compromiso, que es fundamento en la comunicación. Sostiene que un comunicador es aquel que maneja una plataforma que tiene que ser eminentemente social y educativa por encima de todas las cosas.

Afirmó que no ha caído en la trampa del sensacionalismo que prima en muchos contenidos por la puja de la audiencia. “No puedo valerme del dolor de la gente para tener unos puntitos de rating, y hay programas que son especializados en eso. Estoy viendo que se está llegando a muchas cosas, y si yo tengo que caer en esa trampa mejor lo dejo. He tratado de ser sumamente coherente”, criticó.

Sin embargo, consideró que existen profesionales de la nueva generación comprometidos. “De hecho, los veo que están asentados, porque se nota la diferencia cuando te propones hacer este trabajo para siempre, y se sabe también quién está para aprovecharse. Hay que ejercer esto con responsabilidad”.

Sugirió aprovechar las buenas historias para producir televisión con sentido social. “Todo hombre o mujer de éxito tiene como común denominador historias de vidas tremendas, de superación, dolor, tenacidad, perseverancia… sin excepción y eso te hace crecer”, dijo.

Mayores obstáculos para hacer TV

Los altos costos de producir televisión es uno de los grandes retos de estos tiempos. Ante esa situación, Tavárez entiende que hay que ser realista y no lanzarse al suicidio. “Si no se puede, no se puede, a veces es mejor ir por paso. A mí me tomó 15 años tener un proyecto propio, porque no se puede correr si no se sabe caminar”, expresó.

No obstante, cree que la inversión de grandes recursos no necesariamente garantiza que un producto sea bueno. “Hay que invertir para que salga un producto con dignidad, pero si pones a funcionar la cabeza puedes mantener bien tu propuesta. Quizás no dejarnos estereotipar de renglones”.

Esa filosofía de trabajo le ha valido para consolidar su exitoso programa semanal “Con Jatnna”, el cual se transmite los domingos por Color Visión, a las 9:00 de la noche. “Ahora me siento muy bien, porque una de las cosas que más me gusta haciendo televisión son las entrevistas, no doctrinar”, confiesa.

Su producción está basada, en gran medida, en la dominicanidad, que resalta su amor por el país. La parte social para ella tambien es vital. “Ese programa tiene que servir para algo, sino no sirve. Yo tengo que hablar para favorecer y ayudar a millones de personas que no tienen este chance de poder hablar que yo tengo”, agregó entusiasmada.

Además de la producción televisiva, gran parte de su tiempo laboral se distribuye en maestrías de ceremonias, continúa con sus oficios como Embajadora de la Unicef, pertenece a varios patronatos, es imagen de algunas compañías locales y extranjeras, y junto a su hermana ahora organiza eventos.

“Me visualizo siempre trabajando, me gusta la televisión porque es como un programa nuevo cada vez, y por otra parte para hacer una maestría de ceremonias a veces tengo que leerme un libro completo, y eso me fascina”, puntualizó.

“¡Qué viva el merengue!”

Una de las propuestas que le encantaría repetir es “Que viva el merengue”, un reallity que se menciona entre las más importantes producciones en la historia de la televisión nacional. Es un proyecto muy costoso y por eso quiere que los talentos que emerjan puedan continuar sus carreras. “No me gusta dar saltos al vacío. Lo vuelvo a hacer siempre y cuando alguien se encargue de las carreras de los muchachos, que alguien los apadrine o amadrine y nos ayude a colocarlos en el mercado discográfico”, resaltó en la entrevista con este diario.

Trabajo responsable

Afirmó que su mayor orgullo dentro de la comunicación ha sido persistir en un trabajo de muchísima responsabilidad. “El estar aquí y nunca haber cedido, mantener esa pasión que me ha dado el deseo de reinventarme cada día. Y en esa persistencia me da mucho orgullo decir que nunca cedí mi compromiso con la verdad, con la integridad, la honestidad, la coherencia… Me lo enseñaron desde pequeñita. Decidí ser honesta, íntegra, vertical, yo lo decidí y mantenerlo es un orgullo y eso si es un logro”, insistió.

Ante la vorágine de las redes sociales, entiende que estas pueden ser ser un espejo hasta que no se transgredan los límites del respeto del ser humano. “Tú le puedes decir a cualquiera lo que piensas, pero no tienes que denigrar, ni recurrir a un lenguaje abusivo”, puntualizó.

Sus primeros años en la pantalla chica

En su primer año en la televisión hizo de todo, cuando Miledys de Cabral, a quien considera su madrina en la comunicación, le dio una oportunidad para iniciarse en los medios.

Empezó como reportera y a los dos meses ya estaba haciendo entrevistas. Luego, del departamento de prensa le pidieron dar las dos tandas de las noticias, y más tarde la eligieron como enviada especial para los eventos internacionales. “Para los eventos de traducción simultánea me mandaban a hacerlo, pero después Cuquín (Victoria) le pide a doña Miledys que me permita presentar con él en un programa dominical… Yo vivía en Rahintel, luego con Milton los sábados con un programa kilométrico… En ese año y medio hice de todo, ya luego de ahí doña Miledys me invitaba a participar en los desayunos con políticos y figuras, y después me fui al proyecto Diario Vivir, en Teleantillas, creo que empezó en 1986, pero solo duro meses. Entiendo que era un proyecto muy adelantado para su época”, recordó. Al terminar la propuesta de Color Visión, a raíz de que María Elena finalizó su participación en el programa Hoy Mismo, le solicitaron sustituirla. Más tarde, en 1990 entró a formar parte de Punto Final y en el 2000 se independiza como productora.

Jatnna Tavárez tiene su opinión personal para resumir esos primeros años: Freddy Beras fue mi escuela y doña Miledys mi hada madrina.

Apoyo familiar
“Si no hubiese tenido el amor de mi familia tampoco hubiese llegado hasta aquí y ser quien soy, porque ellos saben que esto me hace muy feliz”.

Responsable
“Mi responsabilidad es con millones de personas, pero, sobre todo con mi hija. Mi mayor lucha es que mi hija pueda entrar a cualquier sitio con la cabeza en alto”.

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