El próximo viernes, en la Florida (Estados Unidos), Joan Guzmán tiene un serio compromiso.
Digo que es un serio compromiso porque es prácticamente su real regreso a los cuadriláteros.
Enfrentará, en una pelea pactada a diez rounds y en la división welter junior, al puertorriqueño Jesús Pabón. Será su segunda pelea en la categoría welter junior. El pasado 18 de noviembre debutó en las 140 libras. Ganó por nocaut en el primer asalto ante el colombiano Arturo Castellano.
Lo más importante es que Guzmán, en su retorno a los ensogados, tuvo una positiva presentación.
Tras su triunfo prometió que “ya no tendrá más problemas con el peso”. Que su cuerpo está en otro “tono”. Cree que volverá a ser el Joan Guzmán de antes, el Joan Guzmán devastador en el cuadrilátero.
Agrego a su advertencia: Puede volver a ser, si se lo propone, el Joan Guzmán que la gente dominicana admira y hasta idolatra.
La victoria es una necesidad
Joan tiene nuevos promotores a quienes les ha prometido que no los defraudará.
Como tampoco defraudará, ha declarado en forma categórica, a sus fieles fanáticos.
Su combate de este viernes con Jesús Pabón marca el inicio de una nueva era del carismático pugilista nacido en el populoso barrio deGuachupita.
El ex doble campeón mundial (conquistó los cinturones súper gallo y ligero junior -2002 y 2006, al derrotar a los argentinos Fabio Oliva y Jorge Barrios-), está en la necesidad de salir airoso la noche del viernes. Y ganar sin dejar dudas. Probar que está en un nuevo camino y que busca volver a la gloria.
Me alegré cuando Joan decidió no hacerles caso a sus críticos gratuitos. A quienes han querido sepultarlo y hasta mandarlo al retiro.
Guzmán todavía está en capacidad de regresar a la cima, pero para ver cristalizado tan anhelado propósito, tiene que demostrar que sí puede. Ratifico que Joan, si hace conciencia de su deber de atleta, puede alcanzar el objetivo que persigue.
¡Ya veremos!