La visita de Jovenel

Jovenel Moïse, que en febrero próximo asumirá la presidencia de Haití, acaba de finalizar una visita de tres días a la República Dominicana.

Jovenel Moïse, que en febrero próximo asumirá la presidencia de Haití, acaba de finalizar una visita de tres días a la República Dominicana.Durante su estadía el mandatario electo del vecino país se entrevistó con el presidente Danilo Medina y con los ministros Gustavo Montalvo, de la Presidencia; José Ramón Peralta, administrativo de la Presidencia; Miguel Vargas, de Relaciones Exteriores, y Andrés Navarro, de Educación.

La agenda de Moïse también incluyó encuentros con funcionarios de las áreas sociales del Gobierno, quienes le explicaron los programas que en esa materia ejecuta el Poder Ejecutivo.

Fue una visita en la cual el presidente electo haitiano mostró interés en conocer iniciativas y programas que al parecer tiene previsto aplicar en su país. Fue, en ese aspecto, una observación al modelo social del Gobierno dominicano, compuesto por los programas Quisqueya Aprende Contigo, Quisqueya Empieza Contigo, Tanda Extendida, Banca Solidaria, el programa Pymes, Progresando con Solidaridad y las Visitas Sorpresa.

También recibió la promesa del presidente dominicano de colaborar en todo lo relativo con un programa de reforestación que el mandatario electo haitiano tiene proyectado ejecutar en su país. Donde la visita de Jovenel Moïse proyecta un efecto envolvente y de mucha trascendencia es en su pronunciamiento de despedida, cuando dijo que está enviando un mensaje al mundo de que juntos, República Dominicana y Haití, pueden lograr que se mejoren las condiciones de ambos países.

Y esa actitud, que parece una de las mayores demostraciones de sinceridad que un gobernante haitiano haya expuesto en torno a su relación con República Dominicana, debe estar llamada a producir un necesario espíritu de colaboración entre los dos países que ocupan los 72 mil kilómetros cuadrados de la isla.

El Gobierno dominicano debe tomarle la palabra al entrante mandatario haitiano y buscar acuerdos bilaterales que beneficien a ambos países. Un punto de partida sería la búsqueda de un acuerdo de libre comercio, pues Haití es el segundo mayor receptor de las exportaciones dominicanas, pero es un destino sujeto a la actitud y temperamento del momento de las autoridades aduanales haitianas. Vedas y restricciones se establecen con frecuencia, creando incertidumbre entre los exportadores dominicanos. Es tiempo de que un intercambio comercial de alrededor de mil millones de dólares anuales sea desarrollado en un esquema definido por un tratado. Aprovechar la apertura de Moïse para negociarlo, es buena idea.

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