Las jóvenes adolescentes que más salen embarazadas provienen de los hogares con más pobreza del país, mientras las que menos se embarazan son las más ricas.Las madres adolescentes, además de no tener una conciencia real de su papel como madres en sí y de su potencial de empoderamiento social, se encuentran desprotegidas por el Estado y los sistemas educativos y de salud.
La observación está contenida en el estudio “Costo del embarazo y la maternidad en la adolescencia en la República Dominicana”, del economista y sociólogo Jefrey Lizardo, presentado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, que señala, además, que la caracterización del embarazo en adolescente muestra la complejidad de la realidad que viven las adolescentes en los barrios marginados de Santo Domingo.
De acuerdo con el estudio, los hogares dominicanos gastan unos RD$728.7 millones al año en atenciones de embarazos en adolescentes, lo que significa que el gasto de bolsillo es una enorme carga para los hogares, sobre todo para los más pobres.
Esto, porque el 34% de los embarazos en adolescentes provienen de los hogares más pobres del país y solo el 7% de los más ricos. El 21% de las adolescentes que se embarazan pertenecen a los hogares de clase media baja, el 26% a la clase media y el 11% a la clase media alta.
En cuanto a los servicios, el 86% de las más pobres va a los hospitales públicos y el 14% a clínicas, mientras que el 72% de las más ricas acuden a clínicas privadas y el 28% a algún hospital, sobre todo de autogestión.
