Para el experto en seguridad informática Per Thorsheim, la única razón para que se mantenga el viejo sistema: nombre de usuario más contraseña, es la economía.El robo de identidad es uno de los delitos de mayor crecimiento, y es que aprovechando debilidades tecnológicas y la poca precaución de algunos usuarios, delincuentes profesionales han prosperado en este tipo de hurto. Los principales tipos de ataque para vulnerar nuestras contraseñas son:
“La fuerza bruta”, consiste en un diccionario que introduce palabras, números y signos o sus combinaciones hasta dar con la contraseña. Una prueba realizada en 2012, en la ciudad de Oslo, demostró que se pueden descifrar contraseñas de 6 caracteres en apenas 5 segundos.
Los malware, son códigos maliciosos que se introducen en nuestros equipos y roban información entre otros posibles daños. Entre 2011 y 2012 el gusano informático Dorkbot afectó más de 80 mil equipos, sólo en América Latina.
Phishing, es un método muy usado, en el cual el usuario recibe un correo falso de una entidad, casi siempre bancaria, en el que se nos pide validar información a través de un enlace fraudulento.
Los ataques a servidores es otra forma de robar nuestros datos, cuando la empresa responsable de mantener nuestra privacidad no ha tomado las precauciones necesarias. Twitter, Facebook, Microsoft, Apple y Sony han sufrido estos ataques.
Las contraseñas son la llave de entrada a nuestros dispositivos personales y laborales, pero puede ser molesto recordar diferentes contraseñas o digitar complejas combinaciones. Según las encuestas la gente recurre a usar contraseñas simplonas; 1234, abc123, password y otras fácilmente obtenibles.
De acuerdo a McAfee sólo el 30% de los usuarios de smartphones los protege con una contraseña y otros estudios apuntan que el 50% de los usuarios en redes sociales comparte sus claves.
La apuesta biométrica
La solución planteada por las nuevas tecnologías implican el uso de datos biométricos como huellas digitales, el iris del ojo o el rostro. Más radical se ponen Google y Motorolla, la primera propone una pastilla que reacciona con los jugos gástricos y emite una señal de 18bit como contraseña. La segunda empresa diseñó un tatuaje electrónico que esconde sensores y antenas que se comunican con nuestro equipo.
