Las redes en campaña electoral

No quisiera pecar de osado, pero pienso que la campaña sucia en el presente proceso electoral es más acentuada entre los simpatizantes…

No quisiera pecar de osado, pero pienso que la campaña sucia en el presente proceso electoral es más acentuada entre los simpatizantes de los partidos políticos que entre sus dirigentes. El facebook y el twitter son los medios por excelencia utilizados por los primeros.

Los simpatizantes actúan por su propia cuenta, como si cada uno fuera jefe de propaganda del candidato presidencial de su agrado, con un master o doctorado en la materia, donde los expertos brasileños, españoles y chilenos no le dan ni por los tobillos. A través de ellos nos llegan a nuestra computadora o al celular frases, vídeos, caricaturas e historias. Algunas son jocosas, otras marcadamente ofensivas.

En esos mensajes hay verdaderas genialidades, donde la imaginación se eleva hasta el cielo. Somos un pueblo creativo. Por ejemplo, acabo de leer lo siguiente: “Señora, advierte el caballero, noto que usted está embarazada, ¿es hembra o varón? Es niña, contesta la dama. ¿Y cómo la llamarán?, pregunta el señor. Depende, dice la futura madre. Si triunfa fulanito tendrá por nombre Esperanza, si gana sutanito, le pondré ¡Socooorroooo!”.

Es innegable que con relación a pasadas contiendas electorales, la actual es pacífica, incluso más o menos decente. Hasta este momento no existen los famosos “muertos de campaña”, ni pleitos entre contrarios, ni acusaciones fuera de lo común en estas contiendas. Los candidatos presidenciales se han manejado con prudencia cuando se refieren a los demás, que no necesariamente ocurre igual cuando de responder preguntas se trata, pues siempre aparece uno que otro al que se le escapa un disparo.

Por ello, cuando los simpatizantes lanzan sus dardos envenenados o perfumados, no lo hacen  incentivados por los malos ejemplos de sus líderes o por remuneración, pues su trabajo es gratuito. El motivo es que anhelan ser los protagonistas de la campaña, inventar, promoverse, y quieren aportar a su modo, sin limitaciones. Lo malo es cuando se extralimitan, pues en las redes es difícil controlar a los desbocados, a los que promueven el odio, a los que gozan destruyendo, a los envidiosos consuetudinarios. Quien anda difamando se denigra a sí mismo, su crítica se le revierte como bumerán, queda mal frente a los sensatos, la gente sana le huye, su amistad azara.

En esta etapa electoral necesitamos resaltar el respeto. Valoremos lo positivo de los que aspiran a dirigir el gobierno, que todos tienen virtudes. En consecuencia, propongo iniciar una cruzada para que no envíen por el facebook y por el twitter palabras o imágenes ofensivas contra ninguno de nuestros candidatos presidenciales. Y que si alguien lo hace, que lo denunciemos y borremos inmediatamente, que ese no merece nuestra atención y menos nuestra amistad.

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