Dibujante, pintor, escultor, instalador y arquitecto. Este es el perfil del artista visual Raúl Morilla, quien de todas las expresiones en las cuales navega no logra decidirse por una sola, para él todas son importantes. “Cada una de las manifestaciones artísticas tiene su encanto y propósito definido”. Pero si se viera en la necesidad de elegir una, a como dé lugar, nos cuenta que sería la video-instalación. “Esto por la satisfacción que me produce cuando puedes crear una pieza donde el observador muchas veces se convierte en observado, esa interacción creo que hace de esta manifestación mi preferida”, explica. Oriundo de La Vega, Raúl ha llevado su arte por diversas naciones, entre ellas Cuba, Colombia, Alemania, Estados Unidos, y más reciente en Portugal.
Háblanos de tus primeros pasos en el mundo del arte…
No podría precisar cuando empecé en estos menesteres del arte porque desde que tengo uso de razón he estado envuelto en un ambiente artístico: mi padre y mi hermano, amantes de la música, y mi hermana, arquitecta. Era costumbre en mi casa asistir a la Escuela de Bellas Artes y a la Academia de Música. Siendo el menor de cuatro hermanos fue una actividad muy normal para mí desde pequeño.
¿Quién o quiénes fueron personas importantes en tu desarrollo artístico?
Muchas van marcando tu desarrollo en las artes, incluso aquellas que no necesariamente tienen que ser del medio. En mi caso tengo que destacar, cronológicamente, a tres personas que influenciaron enormemente mi vida artística: el maestro José Lantigua (Bule), quién me inculcó la pasión por la escultura; mi profesor, el Arq. Virgilio Veras, se encargó de que entendiera la esencia de las artes visuales, y mi papá, el poeta Pastor de Moya, me hizo entender el compromiso que debemos asumir como artistas.
¿Cómo defines tu estilo?
Creo que éste no se define con facilidad, es como tu caligrafía, tu forma de expresión. En estos tiempos donde los límites entre las disciplinas son tan delgados es muy difícil calificar o encasillar dentro de un estilo las expresiones visuales contemporáneas.
¿Tiene tu obra algún sello que te identifique?
Siempre he trabajado con el cuerpo humano y sus posibilidades. Es un elemento común en mis manifestaciones, desde la escultura hasta la video-instalación. Mi obra muestra preocupación sobre las relaciones humanas de la actualidad, causantes de todos los males que aquejan al mundo actual, de las cuales dependen las crisis, los abusos, las guerras y el racismo, entre otras.
Actualmente expones en la ciudad de Lisboa, Portugal, ¿cómo se da la oportunidad?
Surge por una invitación que me hace la Embajada de la República Dominicana en Portugal, en la persona de su embajador el Ing. Jaime Durán para que hiciera una muestra allá. Como deben imaginarse, todo el proceso tomó un año y medio.
El título del conjunto es “Comiendo ansias”, ¿por qué el nombre, de qué trata?
Es una expresión que se adapta perfectamente a este tiempo, donde la ansiedad de ser, de estar, de poder, ha ido consumiendo los valores básicos de la vida en convivencia. De eso se trata la muestra, que consta de doce dibujos de mediano formato y dos polípticos de gran tamaño. Busco retratar la deshumanización de una sociedad en todos los ámbitos, del laboral al familiar.
Así como los tiempos cambian, los artistas también. ¿Cuál debe ser la visión de un artista del siglo XXI?
Tiene que tener una visión amplia de sus circunstancias para poder expresarlas en sus obras. Es un artista con un universo de posibilidades expresivas, pues la tecnología, gran protagonista de las últimas décadas, debe ser vista como una herramienta útil para el artista de este siglo. Debe ser un ente que no debe conocer barreras ni limitaciones expresivas. En este mundo donde el continuo bombardeo visual es el pan nuestro de cada día, el artista ha de formular discursos que puedan diferenciar sus piezas de la simple complacencia visual que puede caracterizar las propagandas publicitarias contemporáneas. Veo a un artista más comprometido socialmente, porque realmente los acontecimientos que han ido sucediendo en los últimos años afectan a los seres sensibles, y quién más sensible que un artista.
¿Cómo vamos en materia de arte?
República Dominicana está viviendo un despegue hacia la internacionalización de sus artes visuales. Hemos visto como un grupo de colegas, en las diferentes vertientes, se abren espacio en importantes circuitos internacionales, lo que en un futuro contribuirá enormemente al reconocimiento de la riqueza de nuestra expresión visual. Claro, todo esto debe ir acompañado de una política pública que avale todo este esfuerzo, que actualmente no está sucediendo.
La arquitectura
Es la culminación de todas las artes porque además de su expresión plástica debe ser funcional”.
El dibujo
Es el esperma. Es la semilla germinadora de todas las manifestaciones creadoras”.
