Durante el encuentro, conocimos más a fondo la colección, la cual posee cerca de 2,000 piezas y ofrece una visión completa de la evolución estilística de las artes plásticas dominicanas. Inicia su recorrido con pinturas de la década de 1890 y abarca todos los estilos y corrientes artísticas del siglo XX hasta el presente, en cuatro ejes cronológicos, incluyendo pinturas, esculturas, grabados y dibujos. Es la única institución del país que posee la colección de obras más importante del maestro de la pintura dominicana Jaime Colson; artista de trascendencia nacional e internacional, avalada por la presentación de sus obras en importantes museos y galerías del mundo.
¿En qué tipo de proyectos están inmersos actualmente? Desde enero de 2012, fecha en que inicio mis labores como directora, me preocupó la poca afluencia de público. Fue una gran sorpresa, me preguntaba cómo una colección de esta calidad no era visitada del modo deseado. Por igual, el que muchas personas aún no conocen el museo. En este sentido, nuestro principal propósito a corto plazo, es el trabajo con los públicos. Que los dominicanos sepan que en Santo Domingo existe un museo de artes visuales, que de hecho es el primero de carácter privado del país, abierto de lunes a sábados, y que ofrece todos sus servicios gratuitamente. Pero sobre todo, con un contenido que permite a cualquier profesor, no importa la asignatura, utilizar la visita como una herramienta didáctica distinta.
¿Cómo piensan lograr más afluencia? Como todo museo seguimos cumpliendo los objetivos fundamentales de toda institución museística: exhibición, investigación y conservación. Sin embargo, hemos creado una serie de programas permanentes, con la finalidad de llegar a diversos públicos. Por el momento lo hemos dividido sólo por edades, diseñando actividades dirigidas a niños, adolescentes-adultos y personas mayores.
¿Qué le ofrecen a cada uno? Para los más pequeños tenemos los talleres infantiles, donde ya hay niños que asisten fielmente a cada entrega. Allí realizan una visita guiada y a raíz de su experiencia en la sala y un tema facilitado (la mujer, paisaje, expresionismo, etc.) pasan al taller, donde tienen una experiencia mucho más lúdica y creativa; demuestran lo aprendido. Para los adolescentes y adultos tenemos las tertulias, cuyo propósito es revivir, recuperar la memoria de artistas visuales de la modernidad dominicana. De aquí que cada mes trabajamos con la obra de un artista de nuestra colección permanente. Si el artista está vivo tratamos de traerlo. En caso de que haya fallecido invitamos a algún familiar, colega, estudiantes de éste, ya que parte de esta actividad es conocer al artista-ser humano.
¿Imaginamos que para los más adultos han preparado algo muy especial? Así es, este proyecto es nuestro nuevo hijo. Estamos llevando a cabo un programa que busca integrar personas mayores con limitaciones físico-motoras (bastón, andador, silla de ruedas) al museo, a través de visitas guiadas. La experiencia de las dos primeras entregas ha sido extraordinaria, pues sienten que son tomados en cuenta; disfrutan bastante el encuentro. Además, en la mayoría de los casos vienen acompañados de quienes los cuidan; éstos también se integran, logrando que el intercambio de ideas se vuelva mucho más enriquecedor, algo que no teníamos contemplado.
¿Cuál es su mayor legado? Cualquier persona que desee estudiar los orígenes del arte dominicano tiene aquí las herramientas necesarias.
Cinco joyas del Museo Bellapart son… “Desnudo”, de Abelardo Rodríguez Urdaneta; “Merengue” y “Fiesta en Guachupita”, de Jaime Colson; “Baquiní”, de Gaspar Mario Cruz y “Ellos”, de Silvano Lora.
Su accionar no se limita exclusivamente al mercado local… Efectivamente. Desde 1996, el Museo Bellapart ha desarrollado una política de promoción permanente del arte dominicano en ciudades de Europa, Japón, Suramérica y Estados Unidos. No sólo nos preocupamos por que la gente venga a visitar nuestras salas, sino también de llevar a otros escenarios la producción artística nacional. Por ejemplo, el año pasado prestamos cuatro piezas de Colson al Museo del Barrio de Nueva York. Este año, dos visitarán el Museo de Georgia, Estados Unidos.
¿A modo general, cómo valora la escena artística actual del país? Pienso que hay un gran dinamismo; continuamente se tiene la oportunidad de asistir actividades. Sin embargo, a pesar de algunos esfuerzos, Santo Domingo sigue siendo el centro. De alguna manera hay que romper esta centralización. Aquí están concentradas todas las facilidades museísticas, las galerías. Si sales de Santo Domingo, quizás en La Romana encuentras una. Esto es muy triste. Mientras estas desigualdades no se superen es muy difícil avanzar en este sentido. Me da mucha pena el panorama. En los años 40, cuando se creó la Dirección General de Bellas Artes, Díaz Niese, llevaba exposiciones itinerantes por todo el país. Ahora ni siquiera eso. No se busca la manera. Por ejemplo, en Barahona, Montecristi, Dajabón, qué podemos hablar de artes visuales. Tenemos que trabajar mucho.
¿Qué tipo de acción considera necesaria en el sector? Que no sólo se piense que el Estado es el responsable del engranaje cultural del país. Es también deber del empresariado dominicano asumir un rol importante, que incluyan dentro de sus programas de responsabilidad social, actividades artísticas, sea artes visuales, música, cine y demás. Pensar que el Estado debe hacerlo todo es un mito.
