Los productores del sector agropecuario deben unir esfuerzos lo más pronto posible y crear una verdadera cultura exportadora para que el comercio de rubros agrícolas tenga futuro en un marco de tratados internacionales. Esta es la ponderada posición de Frank Tejada Cabrera, economista y empresario agrícola de larga trayectoria Según el experto, la actividad agropecuaria ha estado tradicionalmente dispersa en la República Dominicana, con cada productor manejando su porción de forma aislada y particular. Entiende que esta situación con el paso del tiempo se tornará insostenible dado el enorme peso que cobrará con el paso de los años la importación de productos de otras partes del mundo, sobre todo de los Estados Unidos y la Unión Europea.
En conversación con el equipo de la sección “Dinero” de elCaribe durante el Desayuno Económico, Tejada Cabrera compartió sus impresiones sobre la situación actual de la agropecuaria, sus debilidades y fortalezas, y cuál debe ser el camino a seguir si los productores quieren que el negocio siga siendo rentable en el largo plazo, y con la vista puesta en crear una producción para la exportación.
“Necesitamos organizar y comenzar a dar a conocer lo que es el DR-CAFTA, el tratado de libre comercio con los Estados Unidos; segundo, lo que es la EPA, la asociación de libre comercio con la Unión Europea”, señaló Tejada. “Entonces nosotros lo que tenemos es que volver a pensar, y dentro de ese pensamiento volver a aprender lo que tenemos. Porque si nosotros no logramos eso, va a llegar un momento en que se vencen los plazos de esos tratados y estamos en el mismo sitio que cuando se iniciaron los tratados, entonces viene la preocupación. Y por eso invito al ministro de Industria y Comercio, que es un industrial, a que en enero del 2012 comencemos a reunirnos”.
La comprensión de los aspectos contenidos en las cláusulas del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos son parte vital de la supervivencia del sector agroindustrial: “Lo primero que hay que hacer es dar a conocer el DR -CAFTA y el EPA, porque la mayoría de los productores agrícolas y agroindustriales no conocemos el detalle, por dónde es que nos podemos defender”.
Pese al desconocimiento de los tratados, Tejada cree que el sector agroindustrial tiene esperanzas bien cifradas. “Yo creo que estamos en un buen momento, hay una gran ventaja: el agricultor es de la gente que tiene más esperanza. Es muy difícil que un agricultor pierda la esperanza. Entonces a mí me parece que los agricultores, los ganaderos, deben pensar de nuevo para que se organicen”.
Con todo y la buena disposición de ánimo del productor, los retos nacionales residen en la integración, que es la única opción, según el economista, para que los pequeños productores puedan sobrevivir.
“No pueden seguir dispersos, porque la productividad para bajar costos solamente se logra con alta tecnología. Y si eres un pequeño productor es muy difícil que puedas comprar alta tecnología. La mayoría de los países pequeños como nosotros estamos en una situación muy difícil para poder competir, y la única forma que yo veo es uniéndonos, ya sea en cooperativas, asociaciones o una organización empresarial pequeña”.
Tejada Cabrera entiende que los industriales deben participar en este empeño e ir en auxilio de los agricultores: “Yo le hago un llamado a la Asociación de Industrias, ellos tienen más posibilidades, ellos deberían ser un aliado de nosotros los agricultores, para poder lograr todas estas cosas.
Precio justo
Desde otro ángulo, el economista piensa que no hay una relación justa entre ambos lados del acuerdo del DR -CAFTA, y que la política de precios debe revisarse, pues no se corresponde con lo que debería ser.
“Quiero hacerle un llamado a Pro Consumidor, a Altagracia Paulino, de que revise todos los productos que vienen de Estados Unidos y que se venden en nuestros mercados. Porque si se va al supermercado se ve que los productos han ido subiendo, los que vienen de Estados Unidos. Sin embargo, desde que entró en vigencia el DR-CAFTA, la mayoría de esos productos no pagan aranceles. Y si no pagan aranceles deberían estar más baratos.
Explicó que el consumidor, sobre todo las amas de casa, deben exigir una explicación de por qué esta situación ha continuado. La ciudadanía debe empoderarse, opina Tejada, y exigir que se le dé un precio justo por los productos que entran al país por la vía del acuerdo de libre comercio”.
La educación y la preparación de los agricultores es otra de las trabas que entorpecen el despegue del sector, combinado por el uso de mano de obra haitiana no calificada para el trabajo con tecnología avanzada.
“Otra cosa es la falta de preparación de los agricultores, de los técnicos nuestros y de los obreros. La mayoría de los obreros nuestros son haitianos que no hablan español, mucho menos interpretar como aplicar una tecnología. Sin embargo, se están utilizando. La industria fuera del país está mecanizada, aquí no con los haitianos”, agregó.
Todo esto, combinado con el reducido tamaño de los predios que normalmente se utilizan para el cultivo, hacen que la mayoría de los productores, de forma independiente, no den abasto para crear una producción exportadora.
“El mínimo de tierras que hay que tener para exportar son unas 700 tareas; la agricultura fraccionada, como nosotros la tenemos, no tiene futuro”.
De fondo, según Tejada, todavía existe una tendencia marcada a producir exclusivamente para el mercado interno, no con la mira puesta en una economía exportadora presta a insertarse en un marco internacional de acuerdos bilaterales de importación y exportación.
“Falta cultura de exportadores, incluso entre los industriales”, subrayó el economista.
La economía nacional, y sobre todo el sector agrícola, está en una transición importante. La economía mundial se está integrando progresivamente.
