Parientes de Rosalina Ynoa: “Mi familia quiere verla para creer que está muerta”

En el ensanche Kennedy la gente se resiste a creer que Rosalina Ynoa está muerta. La veían tan llena de vida y jovial que por eso no asimilan aún la noticia de la tragedia.

En el ensanche Kennedy la gente se resiste a creer que Rosalina Ynoa está muerta. La veían tan llena de vida y jovial que por eso no asimilan aún la noticia de la tragedia. “Hasta que mi familia no vea su cuerpo, no van a creer que Rosalina está muerta”, expresó Richard Ynoa González, hermano de la funcionaria del Gobierno dominicano. Rosalina murió en el tren que descarriló la semana pasada en España, donde fallecieron 79 pasajeros.

Lo que dice Richard se percibe en la cara de tristeza que muestran amigos y parientes de esta familia oriunda de Constanza y Salcedo.
 
“Rosalina tenía un trato igual para todos”, comenta Richard, entrevistado en la casa materna de la víctima, a quien la muerte sorprendió en un tren que cubría la ruta Madrid-Santiago de Compostela.

Uno que dijo estar bastante impactado con esta muerte es Diego Velásquez, cuñado de Rosalina. Este hombre es el esposo de Genodi Ynoa, la hermana que Rosalina iba a visitar el día en que el tren descarriló y chocó contra un muro y con el impacto destrozó varios vagones.

Velásquez cuenta que su esposa no sabía que Rosalina estaba en España. “Ella quería darle una sorpresa”, comenta.

Dijo que fue un hermano suyo quien llevó a Rosalina a tomar el metro para visitar a su hermana en Santiago de Compostela. Richard confirmó este dato y habló también de la sorpresa que Rosalina pensaba darle a su hermana Genodi.

Cuenta que el hermano de Velásquez, quien vive en Madrid, intentó convencer a Rosalina para que amaneciera en su casa ese día y viajara a Santiago de Compostela al día siguiente. Ella no quiso.

“Mi hermana le decía, es ahora que quiero irme. Pero ese era su momento (para morir)”, interpreta Richard Ynoa.

Ayer, mientras este hombre hablaba con reporteros de elCaribe, varias personas se presentaron a la casa de la madre de Rosalía. Algunos familiares entraban y salían de la residencia. Su dolor era evidente. Era como si estuvieran en un estado de shock. Richard asegura que solo la fortaleza por su creencia en Dios los mantiene unidos en torno a este hecho inesperado. Trágico.

Una vida que se apaga

Desde su llegada a la capital, Rosalina vivió siempre en el ensanche Kennedy. Primero, en una casa  ubicada en la calle Juan Alejandro Ibarra, y luego en un apartamento, en el residencial Laura Marielle, donde tenía tres años viviendo. 

Los vecinos de este residencial tienen los mejores recuerdos de esta dirigente media del gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

“Ella tenía una hermosa familia. Era una mujer muy alegre y trabajadora”, expresó Cándida Bueno, propietaria del salón Sugey, donde se arreglaba Rosalina.

“Era muy buena vecina. Era mujer muy ocupada. Solamente venía a arreglarse”, agrega Bueno. Esta mujer piensa igual que otros vecinos: que la tragedia ocurrida a Rosalía tiene a todos consternados.

Doña Nilvia Cruz, también vecina de Rosalina. Dice que la conocía desde hace más de 30 años. Cuenta que desde muchacha fue siempre inquieta y solidaria.
“Era una persona muy humilde. Muy buena y servicial”, comenta. Nilvia es profesora. Le satisface decir que dio clases  a dos de los cuatro hijos de Rosalina.

Aunque nació en Constanza, Rosalina se crio en la capital. Era la antepenúltima de 15 hermanos nacido en el seno de una misma familia. Sus padres fueron de las primeras familias que llegaron al ensanche Kennedy. Pues allí tienen más de 50 años viviendo y es donde residen actualmente gran parte de sus hijos.

El padre de Rosalina falleció. Pero Aura González, su madre, está destrozada. Ni siquiera tiene valor para hablar del infausto final de su hija.

Ahora, esta madre espera que traigan mañana el cadáver de una de sus hijas,  quien fuera empleada del Ministerio de Economía, para poder creer que la perdió para siempre.

Resaltan humanismo y solidaridad de Rosalina

Rosalina nunca se mudó del ensanche Kennedy, donde vivió toda su vida. Además, este sector representaba para ella su radio de acción para su trabajo político dentro del PLD. Los residentes de este sector aseguran que ella nunca miró a sus vecinos como contrarios políticos, sino como la gente que la vio crecer y desarrollarse en lo personal, profesional y político. Algunos aseguran que si llegaba una ayuda del Gobierno ella la distribuía sin tomar en cuenta sus preferencias políticas. Este gesto humanitario y de desprendimiento que le atribuyen a Rosalía es reciprocado con el comportamiento solidario de su sector, donde ayer no se escuchaba música subida de volumen y la gente lucía acongojada.

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