La experiencia del espectador ante cada una de las obras que presenta Leonardo Sanz implica su entrada a un mundo saturado de signos, espacios, personajes, colores e imágenes, capaces de revelar el poder del pensamiento, la rebeldía creativa y la espiritualidad en acción. El artista, nacido en Santo Domingo, inició sus estudios de arte en 1983 con Rosa Del Carmen Pellerano Lamarche (Abuela), y luego continuó con Leonardo Sanz Delgado, ingeniero y arquitecto, ambos egresados en Bellas Artes. Luego, Leonardo Sanz se especializó en dibujo arquitectónico, y posteriormente en Altos de Chavón, en Artes Plásticas. Para 1992 se trasladó a Japón, a la ciudad de Aomori, donde estudió ilustración en tinta con el profesor Oushija. Durante su trayectoria profesional, las obras de Sanz son adquiridas por coleccionistas de Italia Francia, Holanda, Dinamarca, Rusia, España, Estados Unidos, entre otros países.
¿Cuál ha sido su mayor satisfacción en su carrera?
Poder hacerle un homenaje a este universo y a nuestra madre Tierra, a través de una comunicación y concienciación por medio de mis creaciones y de mi identidad como una manera de ver nuestro mundo en paz y amor.
¿Qué temas le preocupan en la actualidad?
Me preocupa, en nuestra actualidad, la carencia de amor a nuestro semejantes; y que no valoramos nuestro mundo en el cual compartimos y coexistimos, ya que sólo lo destruimos.
¿Cuáles técnicas gozan de su interés a la hora de realizar sus obras, y por qué?
Utilizo técnicas mixtas con diferentes pigmentos y productos de buena calidad, para así lograr la creación deseada. Mis técnicas son simples, pero muy sustanciosas, porque en ellas hay muchas energías enigmáticas.
¿Qué busca como artista?
Busco como artista visual dominicano consolidar un lenguaje que pueda ser luz de vibraciones de amor y paz para nuestro universo, nuestra madre Tierra y el Altísimo.
¿Cómo entiende que ha evolucionado en su obra?
He evolucionado por medio a la constancia y una ardua disciplina en conexión con mi propio ser, que se trasforma en un yo soy. Mis obras evolucionan y revolucionan por medio a mi estado emocional y espiritual. Por eso siempre trato de estar en armonía con la felicidad universal, y ellas hablan ante el espectador.
¿En RD se puede vivir del arte?
Claro que sí, se puede, pues sólo tienes que respetar tu arte y creer en ti. En estos momentos se están haciendo muchas cosas interesantes a favor del arte, como las convocatorias y la Feria de Proyectos Culturales y la Ley de Mecenazgo, de gran valor, no solo para los artistas, sino para nuestro país. Sí, se puede vivir del arte en nuestro país.
¿Cree que el arte en República Dominicana recibe suficiente apoyo?
Aún le falta, pero están surgiendo proyectos privados y gubernamentales muy importantes para el arte de la República Dominicana. Un ejemplo muy significativo son las exposiciones de coleccionistas como Fernando Báez Guerrero, Mario Martínez Fernández y Juan Manuel Portela Bisonó, quienes de manera desinteresadas aportan su granito de arena para incentivar el conocimiento y disfrute del arte dominicano, al mismo tiempo que sirven para educar a las nuevas generaciones. Cabe destacar las amplias programaciones de museos y galerías que dejan diamantes en nuestro interior cada vez que podemos compartir en estos escenarios.
¿Cómo fue su formación? ¿Dónde estudió? ¿Qué recuerdos tiene?
Me recuerdo siendo artista desde muy pequeño, creo que desde que nací, por lo que soy en parte autodidacta. Aunque luego decido estudiar en Altos de Chavón y en Japón siendo muy sobresaliente como artista universal. De regreso al país, me integré al Centro de Restauración de Bienes y Muebles de la Oficina de Patrimonio Cultural, donde tenía grandes maestros, y de ellos aprendí mucho. Recuerdo tantos caminos recorridos con mucho valor, de luchar para ser sin perder mi esencia y lo que amo hacer.
¿Cuáles son sus mejores experiencias en el mundo del arte? ¿Qué recuerdos positivos tiene? ¿Cuáles experiencias negativas?
Mis mejores experiencias son mis logros como artista dominicano tanto aquí, en mi país, como en el extranjero. No tengo malas experiencias en mi carrera, porque lo negativo lo transformo en oportunidades y aprendizaje para crecer como ser humano y profesional.
¿Qué quiere transmitir a través de sus exposiciones?
Todos los temas hablan de un mensaje del universo a la Tierra. Utilizo técnicas mixtas y que enriquezcan mi mundo con mi creatividad, directa a un mensaje de amor y paz para nuestro existir en el cosmos.
Acaba de realizar su más reciente exposición, ¿de qué trata, sobre qué va su discurso en esta oportunidad?
Mi discurso en esta novena individual que se tituló “Cazadores de Energías” es parte de una serie, donde pretendo resaltar la energía que cazadores y guardianes del universo le insertan al hombre como un destello en su interior para que amen, por lo menos, una simple flor aquí en la tierra. Esto con el fin de crear nuestra unión, paz interna y valorar más la vida de todos y del planeta. Esta muestra la presenté en El Punto del Arte, Jarabacoa, la cual contó con el auspicio del coleccionista Mario Martínez Fernández. Esta exposición estuvo integrada por unas 25 pinturas y dibujos, en diferentes formatos y técnica mixta, entre ellas “El coleccionista”, “Barry Gold”, “Un mensaje del universo a la Tierra”, “Entre la naturaleza” y la serie titulada “Tres caras”, entre otras.
Inquietud
Me preocupa, en nuestra actualidad, la carencia de amor a nuestros semejantes; y que no valoramos nuestro mundo en el cual compartimos y coexistimos, ya que sólo lo destruimos”.
Esperanza
Busco como artista visual dominicano consolidar un lenguaje que pueda ser luz de vibraciones de amor y paz para nuestro universo, nuestra madre Tierra y el Altísimo”.
