Euclides Gutiérrez Félix: “Lo que tengo lo heredé de mi padre y me lo he ganado con mi profesión”

Las cualidades más sobresalientes de su personalidad son su carácter fuerte, su porte de caballero y su firmeza al hablar. Sin embargo, aclara que contrario a como lo perciben, él se considera un hombre respetado, no temido como quieren hacerlo…

Las cualidades más sobresalientes de su personalidad son su carácter fuerte, su porte de caballero y su firmeza al hablar. Sin embargo, aclara que contrario a como lo perciben, él se considera un hombre respetado, no temido como quieren hacerlo ver sus opositores. En esta conversación con elCaribe, Euclides Gutiérrez Félix, el hombre que por 22 años fue asistente personal del profesor Juan Bosch, evocó sus días de infancia, explicó las razones por las cuales sus detractores lo acusan de trujillista, defiendió la honradez con que ha levantado su patrimonio, valoró la importancia de la experiencia en el ejercicio político y aseguró que su maestro y guía, Juan Bosch, estaría orgulloso del PLD y sus gobiernos, porque “los tiempos cambian”, aunque reconoce que no todos sus compañeros de partido han actuado apegados a las enseñanzas de su líder. Lo que no dijo, pero vimos, es que es un hombre que, ante el dolor y la tristeza, no esconde sus lágrimas.

1. Capitaleño
Nací el 21 de mayo de 1936 en el Hospital Internacional, que le regaló la iglesia evangélica de los Estados Unidos al pueblo dominicano, cuando el ciclón de San Zenón y que estaba donde hoy se encuentra el Colegio Evangélico Central, que está ubicado en la avenida México esquina Rosa Duarte. Yo fui el primer muchacho que trajo a la vida el doctor Tato Cohén, el fundador de la clínica San Rafael. Hijo de Euclides Gutiérrez Abreu, que era primer teniente e instructor del Ejército Dominicano y de Clemencia Félix de Gutiérrez. La gente cree que soy montecristeño porque me crié allí desde los nueve años de edad.

2. Respetado, no temido
Soy una persona respetada, no puedo ser temido. Lo que pasa es que yo soy un hombre frontal, que he estado preso, exiliado y he participado en guerras. ¿Tú crees que esta oficina donde estamos se consigue en 10 años? Cuando vine a estudiar Derecho aquí, vine con un carro en 1954, con 18 años de edad y combatí por el pueblo dominicano. Esos que me critican estaban en edad para hacerlo y no hicieron nada. Todos esos que tú ves que escriben contra mí es porque tienen resentimiento y envidia. Nosotros somos víctima de una campaña de descrédito y de agresión y yo he dicho públicamente que me lleven a los tribunales, que lo que yo tengo lo heredé de mi padre y me lo he ganado en el ejercicio de mi profesión.

3. Mi padre
Mi papá fue militar desde los 16 años, se enganchó en el año 1924, cuando Trujillo era capitán. Después que Trujillo asumió el poder, lo envió a los Estados Unidos a hacer un curso de infantería y de caballería para que fuera instructor del Ejército Dominicano. A los 20 años era uno de los 21 tenientes que tenía el Ejército en 1930, era el oficial más joven de la institución armada. Viví en diferentes pueblos porque mi papá era un oficial con mucha autoridad y con mucho prestigio, después cayó en desgracia por un chisme de uno de los hermanos de Trujillo que se llamaba Aníbal Trujillo y que no tenía simpatías por mi padre, contrario a su otro hermano, Negro. Negro y mi papá tenían la misma edad, fueron sargentos los dos en el 1928. Mi padre fue quien enseñó a Negro a utilizar el uniforme y a ser un militar, cuando ellos tenían 18 años, pero papá ya era sargento. Por ese chisme, Trujillo trasladó a mi papá a la frontera, a Loma de Cabrera, y allá lo sacó del Ejército y estuvo arrestado un mes. Siempre he tenido la convicción de que Trujillo no mató a mi padre, por su hermano Negro, que era mi padrino y siempre nos protegió.

4. Profesor
Fui maestro desde los 15 años. Ese es el emblema que más me llena de orgullo. Participé en la campaña de alfabetización de 1951. Cuando tenía 15 años alfabeticé a adultos y niños de los bateyes de la Grenada Company. Después fui profesor universitario de Periodismo y de Historia Social Dominicana. Todos esos muchachos que hoy son directores de medios de comunicación, Osvaldo Santana, Bienvenido Álvarez Vega, Aníbal de Castro, fueron alumnos míos. También Víctor Grimaldi, Orlando Martínez, Melton Pineda, entre otros. Algunos de ellos han peleado conmigo por razones políticas, porque ellos eran del MPD y eran enemigos de Juan Bosch.

5. Mi primer caballo
Tuve todos los juguetes que quise, ahora, lo que nunca olvido es mi primer caballo, que se llamaba Huracán, me lo regalaron en El Seibo cuando yo tenía siete años. Ese fue mi regalo de cumpleaños. Me lo regaló don Pedro Julio Goico, que era el colono más rico del Este, el abuelo de Pepe Goico Guerrero. La silla de montar la hicieron en Higüey, las botas de montar me las regaló el coronel Luis Beras Fernández y las espuelas de plata, que yo aún las tengo, me las regaló mi padrino Negro Trujillo. Cuando yo tenía 11 años, Alejandro Grullón me regaló unas botas plateadas y una correa. Aún tengo la hebilla.

6. Mecanógrafo a los 13 años
Mi madre me hizo taquígrafo mecanógrafo, en mi casa, porque mi mamá fue de las primeras taquígrafas- mecanógrafas dominicanas, se graduó a los 15 años y se casó a los 17 con mi papá y dejó su trabajo. Yo tenía fama entre los periodistas, los secretarios de oficina y los abogados por mi extraordinaria rapidez. Vine a la capital a estudiar, no iba a estudiar Derecho, quería estudiar Agronomía.

7. Primer encuentro con El Jefe
Ese primer encuentro fue cuando él me mando a llamar por un programa de radio que yo tenía. Esa vez, habló conmigo, me preguntó que si hablaba inglés y le dije que no; pero lo leía y del francés, le dije que lo entendía perfectamente, pero no tenía facilidad para hablarlo. En eso me dijo: ‘bueno, el programa es muy corto y a las ocho de la mañana no puedo oírlo’, y le dije: ‘el deseo de usted es una orden, ¿qué usted desea?’, me dijo: ‘bueno, que lo pongan a las 11: 30 de la mañana’. Cuando me despidió me entregó un sobre y me dijo: ‘compre libros y estudie, que usted es un hombre inteligente y el país necesita gente preparada’. Cuando me monté en el carro y abrí el sobre, había dos papeletas de 500 pesos, que en ese tiempo era una fortuna. Al mes y pico me volvió a llamar y me hizo senador de la República. Yo no tenía edad constitucional para ser senador porque yo tenía que tener 25 años, así se lo dije. Y me dijo que a mí nadie me iba a preguntar mi edad.

8. Dos tesoros
Me gradué de doctor en Derecho en 1960, (levanta su mano derecha y nos muestra su anillo de graduación, se quita el reloj y nos invita a leer las iniciales CFG y la fecha 28-10-1960 que se encuentran grabadas en el Rolex plateado) Este anillo tiene 52 años en mis manos y este reloj también, la fecha es la de mi graduación y las iniciales corresponden al nombre de mi madre, Clemencia Félix Gutiérrez. Ese fue su regalo el día de mi graduación. Ella fue mi madrina de graduación y esos fueron sus regalos.

9. Trujillista
Mis enemigos, todos, son los que me acusan de trujillista ¿Cómo podía ser trujillista el asistente personal de Juan Bosch? En la oficina donde trabajé y me formé como profesional del Derecho eran opositores al régimen y mi amistad íntima con Manolo Tavárez y con los fundadores del 14 de Junio. Blanco Fernández fue mi compañero de oficina y José Daniel Ariza, el único sobreviviente de Manaclas. Ellos dicen eso porque Trujillo me hizo senador a los 24 años.

10. Recuerdos dolorosos
Los recuerdos más tristes que registro son los de la muerte de mi padre y mi madre, la de mi hermano más joven y la de mi nieto de 15 años, que era excepcionalmente brillante. Pero también la muerte de mis compañeros de batalla. (su voz se quiebra y se humedecen sus ojos al recordarlos). Cada vez que veo la foto de Lora Fernández en la batalla del Matún, me recuerdo que Caamaño me dijo: ‘encárgate de los civiles y de las mujeres, que esto está lleno de civiles’. En eso, vi a Lora Fernández con el primo de Francis y Peñita el ayudante de él y le dije: ‘Lora, esos tanques que están ahí, van a disparar’, y me dijo: ‘Peña Taveras está allá al fondo, y parece que no los ve’. Entonces fui hasta al fondo y se lo dije a Peña Taveras, él salió y le dije a Lora: ‘sal de ahí’ y cuando entré a la habitación de enfrente, que era donde estaban mi hermano y el grupo de jóvenes, solo oímos el cañonazo. La bala a Lora le entró por el costado derecho y se la sacó Gladys Borrero (La China) y en la entrada estaba Peñita muerto y César, el primo de Caamaño, estaba herido. Todas esas cosas te dejan recuerdos tristes. Como cuando fui a ver a Euclides Morillo al hospital Padre Billini, no podía ni moverse porque la bala le entró por la parte delantera del cuello. Apenas podía hablar. Cuando llegué, le dije: ‘que es compadre’ y me respondió: ‘no puedo hablar’. Me preguntó por Juan Miguel y le contesté que estaba muerto y me dijo: ‘yo me voy a morir también’. Lo acostaron y se murió. He vivido todas esas cosas, que ninguno de esos que emborronan cuartillas, mintiéndole al país, han vivido.

Cara a cara con el Generalísimo

“Yo hacía un programa que se llamaba ‘La revista de la Prensa Nacional e Internacional…El mundo desde Radio Caribe’ y un día Trujillo venía de San Cristóbal y escuchó que yo hablaba de Argelia y de Vietnam. Preguntó que quién era yo, le dijeron mi nombre y me llamaron. Yo estaba en el tribunal y ahí me llamó mi cuñado preguntando que qué yo había escrito y le dije que yo no escribía nada de aquí. Me dijo: ‘ven seguido que están llamando del Palacio’.

Cuando llegué, él llamó a los ayudantes de Trujillo y les dijo: ‘el Dr. Gutiérrez está aquí conmigo’ y vinieron unos militares a buscarme. Cuando llegué que me paré en la puerta, Trujillo se paró y me dijo: ‘pero usted es igualito a su abuelo’. Le dije: ‘bueno, yo no conocí a mis abuelos’. Dice: ‘no, a Emilio’, le digo: ‘pero tengo entendido que mi abuelo materno era jabao con el pelo castaño’. Me responde: ‘sí pero es en el porte que usted tiene, caminan igual. Venga acérquese’. Me dio la mano y me pidió que me sentara. Me preguntó que de dónde yo sacaba esas informaciones y le dije que leyendo los periódicos”.

Convicción
Siempre he tenido la convicción de que Trujillo no mató a mi padre por su hermano Negro Trujillo, que era mi padrino y nos protegió”.

Mentira
Mis enemigos son los que me acusan de Trujillista. ¿Cómo podía ser yo trujillista, si era el asistente personal, por 22 años, de Juan Bosch”.

Padrino
Nunca hablé con Ramfis ni Angelita. Con Radhamés hablé una vez. Con el único que tenía una relación cercana era con Negro, que era mi padrino”.

Seguridad
Juan Bosch estaría orgulloso de su partido, aunque en nuestro partido hay compañeros que han actuado mal y hay que tomarles cuenta”.

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