“¡Ese monstruo mató a mi hermana, no tiene corazón!”

Entre llanto, rabia e impotencia fueron sepultados ayer los cuerpos de Felícita Pérez, Wellington Guzmán Pérez y Bangelio Guzmán, en el  cementerio Cristo Salvador, en Santo Domingo Este.

Entre llanto, rabia e impotencia fueron sepultados ayer los cuerpos de Felícita Pérez, Wellington Guzmán Pérez y Bangelio Guzmán, en el  cementerio Cristo Salvador, en Santo Domingo Este. “¡Ese monstruo mató a mi hermana, no tiene corazón!”, dijo Ramona Pérez, cuando pasó por el frente del ataúd de Bangelio (Gelo), y recordó que el pasado martes, esté le quitó la vida a su hermana, a su sobrino y luego se suicidó.

Los tres cuerpos fueron velados juntos en la funeraria Corazón de Jesús, en Herrera, pero al momento en que los trasladaron al cementerio, la distancia entre ambas familias era notoria. Los parientes de las víctimas y el victimario iban unos delante y otros detrás, mientras se dirigían a dar cristiana sepultura a los restos de sus parientes. Tradicionalmente se acostumbra sepultar los cuerpos de los esposos juntos, pero en esta ocasión y por la naturaleza de los hechos, los parientes de Felícita procuraron enterrar a su familiar y su hijo Wellington, uno debajo del otro, y en la misma bóveda, pero  al lado, fue sepultado Gelo.

Antes de perder el conocimiento por unos segundos, Tony, hijo de la pareja, dijo: “Él no fue que lo hizo, fue Satanás, fue Satanás que se los llevó”.

Los gritos aumentaron al ver que se acercaba el final. Entraron las urnas en sus respectivos nichos y sellaron la bóveda con cemento. Las familias dieron el último adiós a sus parientes, quedando llenas de dolor.

Detonante fue embarazo

Al finalizar la sepultura y con los ánimos más calmados, los parientes de las víctimas vuelven a recordar los años de tragedia que vivió Felicita y reiteran que su muerte se veía venir. “Él vino a matarla, porque después que la sordomuda salió embarazada, ella (Felícita) dijo que no quería estar más con él” refirió Ramona Pérez, una de sus hermanas.

La señora agregó que en principio Gelo aceptó que el hijo de Elizabeth (Elsa) Pérez (hijastra) era de él y hasta le ofreció un apartamento y un carro para que todo se calmara, pero al parecer, cuando se fue del país hacia Saint Thomas, donde residía, cambió de opinión y vino con el firme propósito de que esa criatura no naciera, para estar bien con sus amigos.

Ramona Pérez narró ayer a elCaribe que a pesar de que su hermana había soportado muchos años de maltrato, no estaba dispuesta a resistir más.

A pesar de que el victimario le disparó dos veces, Elsa pudo sobrevivir y dio a luz a una niña, la cual hasta el momento se encuentra en un delicado estado de salud, en el hospital doctor Marcelino Vélez, en Herrera.

Los parientes reiteran que la pareja había hecho un convenio en donde el agresor se comprometía a no volver a molestar a la dama, y que cada vez que retornará al país viviría con su hijo.

“Yo sabía que él no se iba adaptar, y algún día volvería a su casa”, dijo Tomás Guzmán, amigo de la familia.

El crimen ocurrió alrededor de las 2:00 de la mañana del martes en el sector El Libertador de Herrera.

La tragedia no fue una sorpresa

Que Gelo accionará su pistola en contra de su familia no fue sorpresa, era un hombre violento e incontrolable. Cada vez que llegaba al país Wellington partía a la casa de su madre para dormir con ella y así poderla cuidar de su verdugo.  El día de la tragedia los familiares de Felícita, conocida como Fela, llamaron a una patrulla antes del hecho para que se llevaran al señor.

Al llegar los oficiales, uno de sus hijos y la hoy occisa le dijeron que eso eran cosas de familia y que para entrar a su residencia necesitaban la orden de un fiscal, y optaron por irse.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas