“Principios rectores del desarrollo comunitario” (3 de 3)

Tras dejar clarificados los conceptos de “comunidad” y de “potenciación comunitaria” en las pasadas entregas, finalizamos estas reflexiones profundizando en cuáles son los “principios rectores del desarrollo comunitario”. Nos…

Tras dejar clarificados los conceptos de “comunidad” y de “potenciación comunitaria” en las pasadas entregas, finalizamos estas reflexiones profundizando en cuáles son los “principios rectores del desarrollo comunitario”.

Nos mueve el deseo de ver el desarrollo de iniciativas encaminadas en esta dirección por parte de nuestras instancias políticas y educativas. Según ha planteado Cieza en sus trabajos sobre educación comunitaria, los principios rectores del desarrollo comunitario son los siguientes:

1) Intentar un desarrollo de la comunidad coordinado y globalizado. La intervención comunitaria supone una actuación coherente con el modelo de ecología social.

2) Encontrar un marco pluridimensional en el que coordinar las iniciativas públicas, privadas y sociales, apostando más a la cooperación, al reconocimiento mutuo y a la negociación permanente.

3) Lograr un proyecto contextualizado que responda a la realidad, que sea dinámico y flexible, que aprovecha y optimice los recursos existentes en la comunidad, que fomente la participación y la auto-organización de la comunidad de forma que se convierta en el principal agente activador del proceso de cambio social. Esto requiere de la integración, cooperación, solidaridad y cohesión social de los miembros de la comunidad. 

4) Incorporar el conocimiento y la investigación social. Debe ser un proceso de cambio planificado.

5) Requiere de la presencia de un agente de desarrollo externo, que estimule, guíe, impulse y capacite a la población para iniciar el proceso de desarrollo.

6) Requiere de estructuración de un grupo de acción local que vaya dando cabida a actores comunitarios con alto nivel de implicación y compromiso.

7) La necesidad de lograr una educación comunitaria que fomente la participación, el compromiso y la responsabilidad en función del bien común.

En conclusión, el desarrollo comunitario se realiza desde la comunidad, para la comunidad y con la comunidad, y nunca podrá lograrse al margen de una educación fundamentada en valores. Se trata de un verdadero proyecto ético, una tarea aún pendiente en nuestro país.l

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