Cuando se hace un sondeo entre adeptos y opositores al presidente Leonel Fernández todos coinciden en que, sin dudas, su mayor logro de gestión fue el haber enfrentado con eficacia la crisis que afectaba al país en 2004 y logrado la estabilidad macroeconómica.
Sin embargo, a esa hazaña se agrega la crítica de que en estos siete años de gobierno, el mandatario no ha logrado traspasar la prosperidad del crecimiento económico hacia los sectores más pobres, además de que se ha sustentado en un creciente endeudamiento cuyas consecuencias negativas se verían en el futuro no lejano, mientras las desigualdades sociales son latentes.
Esa situación ha caracterizado la gestión de Fernández, pues exhibe logros visibles en áreas donde no se han logrado soluciones efectivas. Son los casos del transporte, que aún carece de un programa efectivo para su organización, a pesar de que este es el gobierno que más avances ha logrado en la construcción de una moderna infraestructura vial con elevados, pasos a desnivel, puentes y hasta dos líneas del metro.
En tanto, el transporte público es crítico, pues desde 2004, cuando Fernández regresó al poder por segunda vez, dispuso la creación de la Oficina Para el Reordenamiento del Transporte Terrestre (Opret), que entre sus funciones tenía la de crear un anteproyecto de ley de unificación y articulación de los organismos relacionados. Han pasado siete años y esa legislación aún no existe.
En materia de seguridad social, este gobierno ha insertado a más de dos millones de familias, pero persisten los altos costos y difícil acceso a los servicios básicos de salud dentro de ese esquema. Incluso, es ahora cuando se está discutiendo la conveniencia de la instalación de las unidades de atención primaria como primer paso para los servicios de salud. A eso se agregan las desigualdades en educación, con centros de cómputos en escuelas por un lado y los peores indicadores de resultados académicos de otro.
En situaciones difíciles Fernández ha convocado a la sociedad para diálogos participativos y promovió la elaboración de una Estrategia Nacional de Desarrollo (END) a 20 años, pero su aprobación legal aún está pendiente en el Congreso Nacional mientras tocará a otro gobernante ponerla en ejecución, a pesar de que al término de este tercer mandato, Fernández habrá cumplido 12 años de gobierno en tres períodos.
Con la seguridad ciudadana, el presidente Fernández promovió un ingenioso programa denominado Barrio Seguro, que venía a buscar soluciones en los sectores pobres para el control de la delincuencia. Fernández asumió el poder en 2004 en medio de una crisis económica profunda que agudizó la ocurrencia de actos delictivos. Con Barrio Seguro se tenía previsto paliar la criminalidad, pero los resultados hasta ahora no muestran una mejora satisfactoria.
Economistas consultados sobre la gestión de Leonel Fernández en dos períodos consecutivos y a un año de concluir, coinciden en que cuenta con un equipo económico efectivo. Critican el endeudamiento externo, cuyos niveles no terminan de bajar del 40% del producto interno bruto (PIB), el tope más alto permitido por organismos internacionales.
El en año 2010, cuando se realizaron elecciones congresuales y municipales, el presidente Fernández tuvo la suerte coyuntural de que previamente se había producido una crisis financiera mundial que motivó a los organismos internacionales como el FMI a aplicar la receta de endeudamiento para usar capitales en inversión y así activar las economías.
En esa circunstancia, el presidente Fernández atendió el llamado de los sectores productivos para que el país firmara con el FMI y así aplicó una receta de endeudamiento e inversión de capital que le permitió exhibir prosperidad durante el 2010, sustentada en créditos externos, pero favorable para una población que agradeció con su voto ese bienestar y permitió que el partido oficial obtuviera 31 de las 32 senadurías, mayoría en la Cámara de Diputados y una participación importante en los gobiernos municipales. Ahora la receta está invertida y el mandato del FMI es de restricción monetaria y contención del endeudamiento.
La sobra del sector eléctrico
El presidente Leonel Fernández llegó al poder por primera vez en 1996, gobernó cuatro años con crecimiento económico en un período en el que intentó solucionar el problema eléctrico mediante la privatización y capitalización del sector. No lo logró.
Fernández volvió a ganar las elecciones en 2004, colocó al país nuevamente en una situación económica favorable, fortaleció su posicionamiento congresuales las elecciones de medio término de 2006 y obtuvo su reelección presidencial en 2008. Pero a pesar de los esfuerzos y de los extraordinarios gastos en subsidio, el presidente Fernández está por terminar tres períodos de gobierno sin haber logrado la solución al problema energético.
Los proyectos de construcción de grandes plantas generadoras se han quedado en anuncios y no parece que en un año logren concretarse.
Constitución de Leonel
En el período 1996-2000 el presidente Leonel Fernández promovió la conformación del Consejo Nacional de la Magistratura y puso énfasis en la designación de la entonces nueva Suprema Corte de Justicia. Ese crédito le ha sido reconocido siempre como aporte al Poder Judicial.
En estas dos últimas gestiones, Fernández se lleva el crédito de haber promovido y logrado una reforma profunda de la Constitución de la República, la cual es considerada como un documento de visión moderna y de fortalecimiento institucional. Quedan pendientes diversas legislaciones que deben ser aprobadas para su efectiva puesta en ejecución.
