La ley de partidos políticos

Los luctuosos incidentes ocurridos durante las primarias del Partido de la Liberación Dominicana para escoger sus candidatos a alcaldías y otras posiciones a disputarse en las elecciones del 15 de mayo, resaltan la inaplazable necesidad de que el…

Ley de Partidos Políticos

Hace unos días, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) emitió un comunicado en el cual reclama la aprobación de la ley de partidos y la modificación de la ley de la Junta Central Electoral (JCE) para normar la vida interna de los partidos&#

Los luctuosos incidentes ocurridos durante las primarias del Partido de la Liberación Dominicana para escoger sus candidatos a alcaldías y otras posiciones a disputarse en las elecciones del 15 de mayo, resaltan la inaplazable necesidad de que el Congreso apruebe, sin más pérdida de tiempo, la ley de partidos políticos. Una ley lo suficientemente estricta para regular los procesos electorales y la vida partidaria y sanear así la actividad que norma la vida de la nación.

El proyecto ha estado congelado en las cámaras desde hace varios años y aunque todos los partidos dicen estar convencidos de su importancia, no han podido ponerse de acuerdo en el Congreso para convertirlo en una ley de la República. Su aprobación no sólo es de la mayor prioridad para sepultar los vicios que contaminan el quehacer político nacional, sino que debe ser sancionada en la próxima legislatura, a iniciarse el próximo 27 de febrero, y puesta en vigencia de inmediato, pues es improbable que el nuevo Congreso resultante de las elecciones de mayo lo haga, a pesar de que la mayoría de los miembros actuales preservarán allí sus puestos.

Hay algunas propuestas del proyecto innegociables. Por ejemplo, la que haría obligatoria la celebración de las primarias de los partidos el mismo día, a fin de evitar la compra de cédulas y otras prácticas indecorosas, que hacen de la actividad política un mal endémico contaminante de toda la vida pública. Esos vicios terribles del sistema afectan la institucionalidad democrática y, por ende, los cimientos del estado de derecho y las libertades públicas.

El archivo de ese proyecto le ha quitado al país una gran oportunidad de adecentar la vida de los partidos, víctimas hoy del transfuguismo, la corrupción y la falta de respeto a las leyes y la Constitución. Su aprobación permitiría el salto de calidad que devolvería la confianza y el respeto de los ciudadanos a la actividad política.

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Hace unos días, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) emitió un comunicado en el cual reclama la aprobación de la ley de partidos y la modificación de la ley de la Junta Central Electoral (JCE) para normar la vida interna de los partidos políticos en República Dominicana y contribuir a la democracia y el fortalecimiento institucional.

Sin dudas se trata de una pieza imprescindible, especialmente para modernizar los partidos y garantizar mecanismos de fiscalización y transparencia en materia electoral, pero además obligatoria, pues su elaboración y aprobación está contenida en un mandato de la Constitución vigente desde hace 4 años.

No se puede esperar confianza de la población ni hablar de un sistema limpio y justo si el manejo de los fondos que reciben los partidos sigue siendo turbio, confirmado esto por numerosas auditorías de la Cámara de Cuentas y entre otras cosas por los datos del Observatorio del Financiamiento de los Partidos Políticos de Participación Ciudadana, que establecen que ninguno de los partidos dominicanos cumple los mandatos de la ley de libre acceso a la información pública.

Y a pesar de que se han hecho acuerdos y largos debates que han llevado a interesantes consensos sobre los aspectos esenciales de una nueva legislación de partidos en el país para dotar de más calidad y credibilidad al ejercicio político, el boicot para su aprobación ha sido más que evidente. Al menos 5 proyectos de ley de partidos políticos han estado por años pasando de comisión en comisión y de un lado a otro en el Congreso Nacional, sin resultado que demuestre alguna voluntad política para corregir con una ley las graves distorsiones del sistema.

No obstante varios legisladores apoyaron la posición del Conep y hasta prometieron la ley para la próxima legislatura, parece que los actores de este escenario llamados a tomar decisiones en verdad se sienten más cómodos con la posibilidad del abuso de recursos, el clientelismo, el transfuguismo, el irrespeto a las cuotas, el uso indiscriminado de la propaganda y la falta de monitoreo.

En estos momentos, por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tener el privilegio de la mayoría congresual, tiene también la gran responsabilidad de motorizar la aprobación de la ley de partidos políticos antes de que se acerquen las elecciones del 2016. Ojala entiendan sus dirigentes que las elecciones se ganan con votos y que para lograr la fe de los votantes deberían someterse a los controles de una ley.

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