Lío entre hoteles y boteros de Bávaro

Mientras hoteleros denuncian la presencia de embarcaciones “piratas” que estafan a los turistas y no les garantizan su integridad física en los tours por el mar, hay boteros que aseguran que cumplen con todos los requisitos legales para

Mientras hoteleros denuncian la presencia de embarcaciones “piratas” que estafan a los turistas y no les garantizan su integridad física en los tours por el mar, hay boteros que aseguran que cumplen con todos los requisitos legales para operar en los 60 metros de playa considerados de uso público. Esos capitanes sustentan sus afirmaciones con documentos que las avalan.Legales o no legales, las decenas de botes anclados de manera desordenada a lo largo del litoral Punta Cana restan belleza a la costa. Al caer la tarde, unos 40 yates, catamaranes y barcos de todos los tamaños parecen pelearse un espacio muy próximo a la playa Yelifí, que colinda con los hoteles Barceló, IFA Villas Bávaro, Meliá, NH y Los Corales.

Esas embarcaciones son independientes y de propiedad de las operadoras acuáticas, que trabajan en coordinación con los hoteles. Desde tempranas horas del día ofrecen los servicios de pesca de altura, paseos mar adentro, snorkeling, buceo y otras actividades.

Hoteleros que prefirieron mantener su identidad en discreción denunciaron que reciben quejas de los turistas porque los boteros independientes navegan a alta velocidad muy cerca del área de bañistas. Además, los capitanes manipulan gasoil y gasolina dentro del mar, lo que contamina la playa y daña el medio ambiente. En el radio de acción de los boteros se encuentra una línea de corales, a unos 150 metros de la orilla de la playa; un delfinario y una piscina natural visitada por tortugas, carey y gran variedad de peces.

Algunos hoteleros rehusaron hablar públicamente del tema por temor a represalias por parte de los boteros que ellos denominan “piratas”. Sostuvieron que en distintos momentos comisiones de los ministerios de Medio Ambiente y Turismo y la Marina de Guerra inspeccionaron el área, pero no logran establecer el orden.

Las autoridades tienen registrados varios accidentes ocasionados por botes rápidos (speed boats). El más reciente ocurrió hace un par de meses cuando una turista española se fracturó una pierna por esa causa. Había escogido Bávaro para disfrutar de su luna de miel. El caso no llegó a la Justicia porque las partes llegaron a un acuerdo económico.

El jefe de seguridad de IFA Villas Bávaro, Edward Cortés Féliz, explicó que para proteger a los turistas han reforzado la vigilancia y les advierten de ofertas que pudieran recibir de “piratas”. También colocaron una boya que delimita el área de bañistas. “Un 30% de los turistas vienen no para coger sol, sino para conocer la fauna marina, hacer buceo. Lamentablemente, si las autoridades no lo regulan vamos a perder todo eso”, dijo.

Producto del desorden es posible escribir una lista de turistas estafados y accidentados, pero los capitanes independientes aseguran que la responsabilidad no es toda de ellos. Amable Frías, preside la Asociación de Boteros Punta Cana Macao, una sociedad de responsabilidad limitada reconocida por decreto desde 1998, asegura que “los que no están legales en el negocio no llegan a diez. Estamos procurando integrarlos a la asociación, porque las autoridades ayudan muy poco. Aquí lo que hay es un conflicto de intereses, porque los hoteles quieren dominar el negocio”.

El supervisor de la subzona naval Este, capitán de fragata Méndez Terrero, indicó que el organismo cumple con su responsabilidad de inspeccionar las embarcaciones para verificar que cuenten con matrícula al día, salvavidas y botiquín. “Periódicamente hacemos reuniones con ellos y estamos dispuestos a apoyar cualquier medida que se tome, pero es al Ministerio de Turismo que le corresponde regular esa situación”. El viceministro de Turismo de Bávaro, Pedro Rojas Morillo, indicó que desde 2007 enfrentan esa situación y que desde esa época intima a los boteros que no están registrados a que se legalicen.

“Esto es como el gato y el ratón, se regularizan ahora, se controlan, y vuelven”.
Rojas conoce de los daños que el vertido de combustibles causa en la playa, por lo que se ha reunido con la Marina y Medio Ambiente para actuar.

“Retomamos el tema porque hace unos días se nos quejaron. Volvemos a los operativos. Y el que está fuera de la ley será detenido. Varias veces los hemos sometido a la justicia”. Ahora quiere definir con los hoteleros una ruta que evitaría que las embarcaciones naveguen cerca de los bañistas.

El comandante de la Policía Turística de Bávaro, coronel Rafael Alfonso Sosa, aseguró que se reúne con frecuencia con los boteros para lograr organizarlos y concienciarlos: “Estamos trabajando de cerca con ellos. Tenemos muy buena comunicación. No vamos a permitir a nadie ilegal en la playa”, sostuvo. 

Los independientes cobran tarifas más bajas

Operadores independientes explicaron que el precio de sus servicios varía de acuerdo al tipo de embarcación.

Dijeron que en la mayoría de los casos, las operadoras acuáticas de los hoteles casi doblan su precio porque deben pagar comisión al hotel.

Si el turista escoge ir de pesca en un bote sencillo con un capitán independiente, la salida puede costarle entre 40 y 50 dólares.

Un paseo de cuatro horas por alta mar, con un máximo de cinco personas, puede costar 380 dólares.

Eduardo García González, botero de la asociación, indicó que los hoteleros contratan sus servicios cuando no dan abasto para suplir la demanda de sus huéspedes.

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