Santiago. Yuri Antonia Padilla, la mujer mutilada por su expareja sentimental, comenzó a recibir algunas ayudas para aliviar la pesada carga de mantener a sus dos hijos sin poder trabajar.Recientemente fue incorporada, junto a otras 85 madres, niños y niñas, al programa de apoyo a víctimas de la violencia que desarrolla la Fiscalía de Santiago. Aunque su caso corresponde a Puerto Plata, la fiscal titular de Santiago, Luisa Liranzo, dijo que asumieron su incorporación como un compromiso con las víctimas e informó que trabajan en la obtención de sus prótesis.
El Ministerio Público también consiguió tutoría para sus hijos y asistencia alimenticia para ella, entre otras diligencias que se han coordinado con el Ministerio de la Mujer. Sin embargo, su situación sigue siendo precaria, debido a que vive en un pequeño apartamento prestado por un pariente.
Precariedades
Aún sigue sin servicio eléctrico y sin gas licuado de petróleo para cocinar sus alimentos, pese a que lleva un tiempo habitando el lugar. En medio del dolor que le produce haber sido agredida por su expajera, quien le cortó la mano derecha y tres dedos de la izquierda, la mayor preocupación de Yuri Antonia Padilla es la deuda que dejó en los dos colmados de su comunidad natal, en Altamira, Puerto Plata. Parte de esos compromisos los contrajo en un colmado y un supermercado donde cogió a crédito leche y pampers para sus dos hijos.
“Ahora yo lo que quiero es que se haga justicia, que el causante de dejarme así pague, porque yo no se si es verdad que quedó con traumas como dicen y mucho menos me han hablado de cómo sigue el proceso”, apuntó Padilla al hablar con reporteros de elCaribe. La joven mujer cree que al parecer se trata de una trama de un hermano que decidió llevarlo a vivir a Santiago.
La vida de Yuri fue transformada
El 28 de agosto representó un cambio radical en la vida de Yuri, cuando su expareja, Daniel Cruz, la agredió con un machete y casi le quita la vida. Fue trasladada a un centro asistencial donde estuvo interna, con una mano amputada, heridas en sus piernas, en el cuello y la espalda que la obligaron a pasar 20 días hospitalizada y transformaron su vida.
