50 años es mucho tiempo, la mitad de un siglo, y ese período se recrece más en términos numéricos cuando durante un lapso así, dos generaciones, se ha estado construyendo, realizando una obra de bien. Más aún, cuando se trata del crecimiento de la gente, de las personas, y no hay vía más expedita en ese propósito que cuando el esfuerzo se fundamenta en la clave de la liberación humana, social y económica que es la educación.
Hablamos de los 50 años de la Acción Pro Educación y Cultura (Apec) y su aporte a los dominicanos, que es como decir a la República. Durante ese tiempo han pasado por sus aulas 478,021 personas que han culminado sus sueños como profesionales y técnicos.
Apec es Universidad, Apec es educación en lenguas, Apec es educación a distancia en formación intermedia. Apec es desarrollo humano. Solamente la Universidad Apec ha forjado 26,745 profesionales, la mayoría en el área de negocios y 40,069 en idiomas; los Centros Apec de Educación a Distancia han hecho 254,447 bachilleres, y Promoción Apec ha capacitado a 53,805 mujeres y 351 bachilleres técnicos.
Actualmente Apec tiene incidencia en 49,600 personas que hacen vida en las cinco instituciones que componen el grupo.
Hay que decir que todos esos logros han estado vinculados al acompañamiento de los jóvenes, no sólo en la formación en sí, sino en propiciarles medios económicos para alcanzar sus metas, a través precisamente de la Fundación.
Más que una simple e impresionante cifra, el aporte de Apec se multiplica si se toma en cuenta el valor agregado que significa la formación en valores como la ética, la familia, la honestidad y el amor patrio que adquieren sus egresados y los que allí laboran. Valores que no se tocan, pero que motorizan el cambio hacia el bien.
Apec bien puede afirmar que se están cristalizando los sueños de sus visionarios: Don Juan Tomás Tavares Julia, monseñor Juan Félix Pepén y el doctor Donald J. Reid Cabral.
Al cumplir sus primeros 50 años, elCaribe se une a esta alegría y a través de su presidente, el doctor Franklyn Holguín Haché, hacemos llegar sinceras felicitaciones.
