Los de antes y los de ahora

En el programa de televisión “Debate en Acción”, que conducen los colegas Alberto Rodríguez, Romeo González, Ricardo Rodríguez y ahora el e baloncestista Manuel Julio Flores,  se entabló una conversación interesante tras comparar al jugador&#8

En el programa de televisión “Debate en Acción”, que conducen los colegas Alberto Rodríguez, Romeo González, Ricardo Rodríguez y ahora el e baloncestista Manuel Julio Flores,  se entabló una conversación interesante tras comparar al jugador de baloncesto de ayer (70’, 80’ y 90’) con el de hoy.

No vayan a creer que la comparación versaba sobre desempeño y calidad en cancha, que es lo habitual. No. Se hablaba de cómo los jugadores de antes se convertían en piezas útiles para la sociedad después de que acababan sus carreras, mientras que los de ahora, lamentablemente, han dejado a un lado lo académico solo para dedicarse a jugar y ganar mucho dinero.

Me enganchó el tema, en el entendido de que siempre he dicho que los jugadores son los grandes ganadores en momentos en que el baloncesto vive una marcada crisis. Es un negocio donde sólo ellos ganan.

Es mi deber dejar claro que no todos los jugadores de antes siguieron ese patrón positivo y que no todos los de ahora transitan por el camino errado.

En esta época hay quienes todavía tienen lo académico en una dulce comunión con lo deportivo, pero, claro, son excepciones.

El jugador de hoy solo piensa en ganar dinero y punto. No invierte ni se preocupa por su formación profesional ni cuida su imagen y aún así, lejos de ser ejemplo, son venerados como dioses por su entorno.  Ninguna de las franquicias dominicanas que invierten su dinero tiene manera de conseguirlo de regreso usando la figura de un determinado jugador.

Puedo contar fácilmente a los basquetbolistas de hoy que tienen la capacidad para impartir una charla en una escuela sobre cualquier tema de dominio común. Créanme que lo haría con los dedos de una sola mano.

Esa es una de las tantas razones por la cual nuestro baloncesto está en crisis, porque el matrimonio deporte-amor-individuo hace rato que se fue a pique.
Ahora nadie juega por pasión al deporte, sí por el dinero que hay en juego.
Es probable que antes fuese así, pero estoy muy seguro que aquellos jugadores supieron que en la vida todo acaba y que no siempre el baloncesto iba a ser panacea, que el divorcio iba a llegar.  l

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