Los escándalos éticos de nuestro tiempo

1. La pobreza mata El mundo está recorrido por olas de cambios científico y tecnológico. Se suceden las rupturas epistemológicas y los cambios paradigmáticos en numerosas disciplinas. Crecen a diario nuevas áreas del…

1. La pobreza mata

El mundo está recorrido por olas de cambios científico y tecnológico. Se suceden las rupturas epistemológicas y los cambios paradigmáticos en numerosas disciplinas. Crecen a diario nuevas áreas del conocimiento como la genética, la microelectrónica, la informática, la robótica, la ciencia de los materiales, la biotecnología, las ciencias de las comunicaciones y muchas otras.

El stock tecnológico básico está siendo totalmente renovado, y la humanidad tiene una excepcional capacidad para producir bienes y servicios de nuevo cuño.
Es posible ampliar fuertemente la esperanza de vida, tener cosechas plurianuales fuera de estación, contar con bibliotecas cuasi universales en internet, interconectar la computadora, el televisor y el teléfono, fabricar autos movidos por electricidad, y muchos otros desarrollos casi no soñables poco tiempo atrás.

Sin embargo, los beneficios del progreso tecnológico están llegando sólo a un sector del género humano. Grupos masivos están excluidos, y luchando por asegurar las necesidades más básicas de sus familias.

Todos los días perecen cerca de 18.000 niños por causas totalmente enfrentables, ligadas a la pobreza. Casi la mitad de la población de un planeta con enormes capacidades de producción se halla por debajo del nivel de la pobreza, y la sexta parte, en indigencia o pobreza extrema. Si utilizaran todo lo que ganan solo en comprar alimentos, igual no les alcanzaría para adquirir el mínimo de calorías y proteínas necesarias.

Cada año mueren 18 millones de personas por causas vinculadas a la pobreza. La mayor parte, niños. Son muertes evitables.

La convivencia de posibilidades inéditas de producción y sectores minoritarios en opulencia, y riesgos severos de supervivencia de niños y madres, es un “escándalo ético” de grandes proporciones. Forma parte de una extensa nómina de Escándalos Éticos de nuestro tiempo.

Entre los principales se hallan los que se describen sintéticamente a continuación.

II. Algunos Escándalos Éticos

1) El hambre inexplicable
Con la revolución verde, y las nuevas tecnologías disponibles, los niveles de productividad en las actividades generadoras de alimentos han ascendido fuertemente.

Las evaluaciones técnicas indican que se pueden producir alimentos suficientes para una población significativamente superior a la actual.

Contradictoriamente, el número de hambrientos supera los 800 millones. Casi uno de cada ocho habitantes del planeta padece de ese problema inadmisible.

Los más afectados son los más vulnerables, los niños. Los déficits de desnutrición en las edades tempranas se pagan con daños para toda la vida.

La Unicef ha establecido que si un niño no se alimenta adecuadamente en sus primeros años, no se establecen las conexiones interneuronales en su cerebro, y quedará con retrasos y disminuciones severas.

En el 2008 uno de los efectos de la crisis fue el fuerte aumento de los precios de alimentos. Ese año el planeta tuvo la mayor cosecha de su historia. Sin embargo, murieron 5 millones de niños por hambre.

El gasto en alimentos consume del 50 al 80% del presupuesto de los casi 3000 millones de personas, que viven por debajo del umbral de pobreza. Por ende, los aumentos los afectan gravemente.

La situación generó revueltas sociales en diversos países, y fue un detonante de las que se produjeron en el mundo árabe.

En el 2011, se registró una subida de consideración en los valores de los alimentos. El índice global de precios de los alimentos de la FAO creció un 32% entre junio y diciembre del 2010, y siguió subiendo.

Ante el aumento, los pobres tratan de enfrentarlo salteando comidas y reduciendo la calidad de los alimentos que ingieren. Ello aumenta el déficit de micronutrientes de los niños.

Cuanto más alimentos se produzcan mejor será, pero como anota el Nobel Amartya Sen en sus trabajos pioneros sobre el hambre (1981), no es sólo un tema de producción, sino también de acceso a los alimentos.

Las pronunciadas desigualdades limitan el acceso, y factores como, entre otros, la especulación en los mercados alimentarios y la indefensión de los pobres, en esta área, contribuyen a agravarlo.

América Latina expresa nítidamente la paradoja de potencialidades alimentarias versus realidades. Según estimados de Cepal-OPS, por sus condiciones naturales favorables, la región, una de las mayores productoras de alimentos del planeta, puede generar alimentos para una población tres veces mayor que la que tiene. Sin embargo, con avances, tiene un significativo número de desnutridos.

2) El déficit de agua potable e instalaciones sanitarias

Asegurar agua potable e instalaciones sanitarias a todos es crucial en salud. Las brechas son muy importantes. 900 millones de personas carecen de agua potable y utilizan agua contaminada. 2600 millones de personas no tienen una instalación sanitaria.

La mitad de las camas de hospitales del mundo están ocupadas por pacientes que tienen enfermedades ligadas a la ingesta de agua en mal estado.
Muere más gente por esta carencia que por todas las otras formas de violencia, incluidas las guerras.

La falta de instalaciones sanitarias crea riesgos de gran consideración para la salud en general, y particularmente para los niños.

Se estima que mueren 1.800.000 niños al año por estas causas inaceptables.
En América Latina, a pesar de ser poseedora de la tercera parte de las aguas limpias del orbe, hay 50 millones de personas sin agua potable, y 119 millones sin instalaciones sanitarias apropiadas.

3) Las elevadas tasas de mortalidad infantil y mortalidad materna

En la Asamblea General de las Naciones Unidas todas las naciones se comprometieron a alcanzar en el 2015 nuevas metas que garanticen los derechos fundamentales a todos los habitantes del orbe. Son las metas del milenio.

En mortalidad infantil todavía falta. El número de niños que perecen antes de cumplir 5 años de edad debía bajar en 2/3 en el 2015 respecto a 1990. Se debía llegar a que fueran 3 de cada 100, en lugar de 10 de cada 100.

En el 2012, murieron por causas evitables vinculadas a la pobreza 6.2 millones de niños menores de 5 años. También hubo adelantos, pero hay retraso en la meta de reducir en partes la muerte de madres durante el embarazo o el parto.
En el 2010 se calculó en 350.000 las madres que perecieron por esta causa. El 98% de las muertes se produjeron en países en desarrollo.

América Latina, con avances, tiene serios problemas causados por la inequidad en salud.

Más de 20 de cada 1000 niños perecen antes de cumplir un año de edad, frente a 3 en Noruega o Suecia.

La mortalidad materna es más de 10 veces mayor que la de Canadá.
Cuando se desagregan las cifras respectivas en poblaciones indígenas, superan las 400 madres cada 100.000 nacidos vivos, frente a tres en los países nórdicos.

4) Los déficits en educación

La educación es la base del progreso en el siglo XXI. Tanto para las personas, las familias, como para los países.

Las naciones que encabezan las tablas de progreso tecnológico, competitividad, y avance económico, como las escandinavas, han hecho inversiones sistemáticas y de largo plazo en educación, y la han jerarquizado al máximo.

En el mundo en desarrollo, más de 100 millones de niños no van a la escuela del todo, la cobertura preescolar es limitada, los porcentajes de deserción en primaria son significativos, y en secundaria muy altos. Incluso, sigue habiendo un sesgo de género. Sólo el 43% de las niñas van a la escuela secundaria, y dos tercios de los analfabetos son mujeres.

En el caso de América Latina, a pesar de que sus países son considerados por sus ingresos per cápita de renta media, los indicadores educativos dejan muchos interrogantes. Según datos de Unesco:

• Con crecimiento el preescolar sólo abarca sectores de la población. En algunos países sólo llega al 30% del alumnado posible.
• Casi todos los niños ingresan a la escuela primaria, pero en el 20% más pobre la deserción es de casi un 15%.
La situación es peor en la secundaria. Sólo la completa el 49% de los hombres, y el 55% de las mujeres.
• Las desigualdades influyen poderosamente. En el 20% más rico termina la secundaria el 81% de los hombres, y el 86% de las mujeres. En el 20% más pobre, sólo el 23% de los hombres y el 26% de las mujeres.
• En el 20% más rico completan un grado universitario 27 de cada 100 jóvenes, en el 20% más pobre sólo 1 de cada 100.
A pesar de un discurso que ensalza la educación como prioridad, las asignaciones de recursos son, en buena parte de la región, proporcionalmente bajas.

Finlandia gasta en educación primaria 5373 dólares por alumno, España 4800, México 1604, y Colombia 1257.

Costa Rica, modelo en este campo, puso en su Constitución invertir no menos del 6% del Producto Bruto Anual. El Congreso argentino aprobó una ley que obliga al Estado con un monto similar, y países como Brasil y Uruguay han mejorado considerablemente sus inversiones.

La solución no pasa -como presionaron algunos organismos financieros internacionales– en restar asignaciones a las universidades, en general subfinanciadas, para pasarlas a la escuela primaria. Ambas son imprescindibles. Lo que se necesita es ampliar la inversión educativa frente a otros rubros menos prioritarios, y mejorar su calidad.

Un eje estratégico es la jerarquización del maestro. Un estudio de McKinsey sobre países exitosos muestra que “aseguran la estructura de remuneración y reconocimiento adecuado para los profesores”. Asimismo, crean incentivos para atraer a los mejores talentos a la docencia. En Corea llaman a los maestros los “constructores de la nación”. En Canadá están primeros en las encuestas de credibilidad.

En América Latina la profesión se ha desjerarquizado, las condiciones económicas son precarias y las posibilidades de perfeccionamiento y desarrollo limitadas. La mayoría de los maestros tienen otro empleo para subsistir.

* ¿Quién es Bernardo Kliksberg?

Kliksberg ha escrito 61 obras que han renovado el pensamiento sobre áreas críticas para el desarrollo, y fundó nuevas disciplinas como la gerencia social y la ética para el desarrollo. Asesor especial de la ONU, Unesco, Unicef, OPS,OIT, y de numerosas organizaciones internacionales. Ha asesorado a más de 30 países al más alto nivel.  Entre otras responsabilidades, integra el Comité Directivo del Alto Panel Mundial de Seguridad Alimentaria, y preside la Red Latinoamericana de Universidades por el Emprendedurismo Social. Recibió decenas de doctorados honoris causa, entre ellos el de la UASD, y entre otros premios, la Orden al Mérito Civil de España, el máximo lauro de la Chinese Association of Soft Sciences, el Premio Domingo Faustino Sarmiento del Senado argentino, y la Ciudad de Buenos Aires lo nombró por unanimidad Ciudadano Ilustre. La serie de TV sobre su pensamiento el informe Kliksberg, proyectada entre otros países en Uruguay, fue nominada para el Premio Emmy Internacional 2014 (categoría Arts programing) por la Academia Internacional de Ciencias y Artes de la Television.Está encabezando la MISIÓN KLIKSBERG, organizada por la FAO y la AECID de España, para asistir a la Presidencia de República Dominicana en la reducción de la pobreza.

5) La generación perdida

La OIT califica de ese modo a los jóvenes que a consecuencia de la crisis económica actual no han podido siquiera ingresar al mercado de trabajo.

La crisis destruyó millones de puestos de trabajo, llevando la desocupación europea al 11.5 (Agosto, 2014).
Las tasas de desocupación juvenil casi duplican las generales. En muchos países europeos es superior al 25%.

Se da asimismo un mecanismo regresivo. Los jóvenes graduados aceptan puestos que antes estaban destinados a los que sólo tenían secundario, y éstos últimos van a posiciones aun inferiores.

En América Latina, uno de los efectos de las altas tasas de deserción en secundaria es la creación de un enorme sector de jóvenes que dejaron la escuela y no pueden ingresar en un mercado de trabajo que exige como mínimo, incluso para tareas de líneas, diploma de secundaria.
Se estima que el 20% de los jóvenes latinoamericanos está fuera de la escuela y del mercado de trabajo.

La ortodoxia económica ha logrado generalizar que se los llame “los ni, ni”, los que “ni estudian, ni trabajan”. Es un calificativo “coartada”. Pareciera que ellos decidieron no estudiar, ni trabajar. Nada más lejano a los datos. Dos de cada tres jóvenes del 20% más pobre desertan antes de finalizar la secundaria. Los estudios indican que lo hacen por desnutrición, porque trabajan, porque viven en viviendas precarias hacinadas, porque no tienen los medios básicos. Sin secundaria no consiguen trabajo alguno en la economía formal. No son “ni, ni”, es un lenguaje que oculta el problema. Son excluidos del sistema, expulsados por el mismo.

En México, por ejemplo, acorde a las cifras oficiales, un alto porcentaje de los menores de 18 años está en pobreza. Hay una “bomba de tiempo” de jóvenes excluidos. Están desesperados. Si la sociedad no trata de incluirlos, las bandas criminales pueden tentar algunos de ellos. Está probado que cuanto más educación, y más oportunidades de trabajo para jóvenes excluidos, menor delincuencia juvenil, y más seguridad ciudadana.

6) Discriminación de género
Ha habido avances muy importantes en este campo. La gran mayoría de las mujeres se integró a la fuerza de trabajo, y aumentó la participación pública de la mujer.

Sin embargo, las barreras siguen siendo difíciles de sobrepasar.
Así, en América Latina la mujer gana un 30% menos que el hombre a igual responsabilidad laboral. Menos del 10% de los altos ejecutivos son mujeres.

Las mujeres trabajan y al mismo tiempo tienen que llevar adelante el hogar, la educación y cuidado de los niños, el cuidado de los mayores. La “economía del cuidado” está a su cargo. Los hombres realizan en la mayoría de los países menos del 5% de las tareas del hogar.

Ello obliga a las mujeres trabajadoras, que tienen además que hacer méritos especiales en el trabajo por la discriminación, a una doble y muy esforzada jornada diaria.

Subsiste el tema de la violencia. El 30% de las mujeres latinoamericanas ha sido objeto de alguna forma de violencia doméstica. Continúan asimismo los feminicidios como en Ciudad Juárez, o Guatemala, sin descubrimiento ni sanción de los culpables.

Persiste en la región una cultura machista cuyos estereotipos están presentes desde la escuela hasta los medios masivos.

A nivel mundial, aun en lo político solo 8% de los altos cargos de Gobierno están ocupados por mujeres, y ninguno de los 27 presidentes de los bancos centrales de la Unión Europea que están tomando decisiones fundamentales son mujeres.

7) El cambio climático

Continúan la intoxicación de la atmósfera, la desaparición de especies, la desforestación, la ruptura de equilibrios ecológicos básicos.

Se estima que los efectos del cambio climático a través del aumento de huracanes, inundaciones, la desertificación, las epidemias y otros, están causando 300.000 muertes anuales.

Más de 50 millones de personas se vieron obligadas a emigrar de sus comunidades, y conformaron un nuevo grupo de migrantes que no está contemplado por ninguna legislación, “los refugiados climáticos”.

La inequidad es muy alta. Por cada habitante del mundo desarrollado que es víctima personal de efectos del cambio climático, son 80 las víctimas en el mundo en desarrollo.

Los agricultores pobres, los pobres urbanos, los 118 millones de personas que viven en tugurios en América Latina, por ejemplo, tienen muchas posibilidades de ser afectados, y carecen de posibilidades de defensa.

Los últimos datos son inquietantes. En el 2010 se produjeron varios récords climáticos. Fue el año de más calor desde 1880, cuando comenzaron las mediciones. En la última década se dieron 9 de los 10 años más calientes. El 2014 está en camino de superar el récord de calor producido en el 2010. El trimestre junio-agosto ha sido el más elevado desde cuando se llevan registros.
Los niveles de temperatura en el Ártico llevaron a que la extensión de hielo en diciembre 2010 fue la menor en ese mes, desde que ello se empezó a medir en los ´70.

Moscú tuvo la temperatura más alta de su historia en el 2010, durante 33 días seguidos. La ola de calor causó 11.000 muertos. El 2011 fue en Estados Unidos el año más caliente de los últimos 75 años.

El calentamiento que causa a su vez todo orden de distorsiones en la naturaleza, está impulsado por las emisiones de dióxido de carbono y de gases invernaderos de las industrias contaminantes. Según el Panel de Expertos Premio Nobel de la Paz entre 1970 y el 2000 las emisiones de gases contaminantes crecieron un 1.3% por año. Pero del 2000 al 2010 el ritmo aumento a 2.2% por año.

Según dicho panel (2014), siguen aumentando las emisiones, y “hay riesgos de extinción masiva de ciertas plantas y animales, escaseces en la producción de alimentos, inundaciones en las áreas costales y muchos otros problemas”.

Uno de los peligros mayores que provoca el calentamiento global es el de las sequías y la desertificación. Se estima (Hertsgaard, 2011) que en 20 años el número de personas en “países en situación de stress de agua” puede pasar de 800 millones a 3000 millones.

En un mundo opulento en tecnologías, y activos, una parte muy importante de su población no siente los efectos del progreso tecnológico.

Está encerrada en trampas que comprometen su vida, o aspectos básicos de la misma, como las sumariamente revisadas y otras agregables.

Llevan al sufrimiento diario de niños, madres y jóvenes, y vulneran los derechos fundamentales de gruesos sectores del género humano.

La paradoja de la pobreza en medio de la riqueza potencial tiene una de sus explicaciones principales en el aumento sustancial de las desigualdades.

III. La Disparada De Las Desigualdades

Multitud de investigaciones han verificado que las desigualdades pronunciadas obstaculizan de múltiples maneras el desarrollo, y son causa central de la pobreza.

Entre otros efectos, crean “el accidente de nacimiento”. Según en qué estrato social se nazca, serán las oportunidades, desde las más básicas, como estar bien nutrido, hasta las más exigentes como la posibilidad de finalizar posgrados.

Además, en sociedades asimétricas, el nacimiento en un marco familiar, con mayor o menor capital socioeducativo, incide fuertemente sobre la performance en la escuela, y determina también el capital social y la red de relaciones con que se contará.

Por otra parte, las desigualdades agudas permean el sistema educativo, y llevan a que el mismo esté abierto para los “que tienen”, y con muchas dificultades de tránsito para los que “no tienen”, produciendo circuitos educativos totalmente diferenciados para unos y otros, que a su vez refuerzan las desigualdades iniciales.

Junto a ello, reducen el tamaño de los mercados internos, la capacidad de ahorro nacional, fracturan la cohesión social, influyen en la tasa de delincuencia, y muchos otros efectos no deseables.

Algunas opiniones sobre el autor:

“He tenido una profunda emoción al leer su obra Kliksberg. Sus libros son un llamado a convertir las cifras indiferentes de la economía en un llamado que ayuda a sanar el hambre en el mundo”.
Ernesto Sábato
Premio Cervantes de Literatura

La idea de una economía con rostro humano ha sido desarrollada plenamente por Bernardo Kliksberg”.
Edgar Morin
Director Emérito del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia

Capital social, valores, ética, hasta hace pocos años esos términos eran casi desconocidos en los tratados sobre desarrollo de nuestras sociedades. La obra de Bernardo Kliksberg ha generado una “vuelta de campana”…Pienso que los latinoamericanos debemos estar muy agradecidos por su contribución al verdadero crecimiento de nuestros países”.
Jorge Cassareto
Obispo Emérito de San Isidro

A través de sus contribuciones el Dr. Kliksberg ha influenciado positivamente las vidas de millones de personas desfavorecidas en América Latina en particular y el mundo en general. Sus libros son muy leídos y sus puntos de vista han ganado gran aceptación…Es uno de los más prominentes pensadores contemporáneos”.
Amartya Sen
Premio Nobel de Economía

Investigaciones de la Universidad de Harvard demostraron que hay una correlación econométrica robusta entre niveles de desigualdad y grados de corrupción. You Jong-Sung y Sanjeev Khagram (2004) encontraron esa correlación en estudios en más de 100 países.

Una hipótesis usual en los estudios sobre corrupción señala que esta es función de la motivación y la oportunidad. Cuando las sociedades son muy desiguales, los grupos más poderosos tienen más oportunidades e incentivos para prácticas corruptas y amplias posibilidades de impunidad.

Los grupos pobres no tienen información, no pesan, están poco articulados, y no tienen cómo monitorear.

Se crea un círculo perverso. La corrupción, a su vez, aumenta la desigualdad, que luego la incentiva. Gupta (1998) estimó que un incremento de un punto en el índice de corrupción hace aumentar el coeficiente Gini, que da cuenta de la desigualdad en la distribución de los ingresos, en nada menos que 5,4 puntos.
¿Cuál es la situación del mundo en términos de desigualdad? La Encíclica Caritas in Veritate (2009) la describe vívidamente:

“La riqueza mundial crece en términos absolutos pero aumentan también las desigualdades. En los países ricos nuevas categorías sociales se empobrecen y nacen nuevas pobrezas. En las zonas más pobres algunos grupos gozan de un tipo de superdesarrollo derrochador y consumista que contrasta de modo inaceptable con situaciones persistentes de miseria deshumanizadora”. Llama a estas desigualdades “Las disparidades hirientes”.

Los datos recientes son muy expresivos. El 1% de la población mundial es poseedor actualmente del 43% de los activos del mundo. El 10% más rico tiene el 83% de dichos activos.

En cambio, el 50% de menores ingresos sólo tiene el 2% de los activos.
Crecen y se afirman las grandes fortunas en un proceso de concentración de los ingresos. Aumenta el número de billonarios, personas que son dueñas de más de 1000 millones de dólares.

El coeficiente Gini ha empeorado en los países que lideran hoy la economía mundial. En Estados Unidos pasó de 0,34 en los 80, a 0,38 a mediados de los 2000. En Alemania de 0,26 a 0,30, y en China de 0,28 a 0,40. Han aumentado las distancias entre los países, y en el interior mismo de muchos de ellos.

En la economía más poderosa del planeta, la de Estados Unidos, que produce el 28% del producto bruto mundial, un estudio del Economic Policy Institute midió la distancia entre el 1% más rico y el 90% de la población, entre 1980 y el 2006. El 1% tenía 10 veces más que el 90% al comienzo del período y 20% más a su término. Si se toma el 0,1% más rico, sus ganancias fueron aún mucho mayores. Pasó de tener 20 veces más que el 90% en 1980, a 80 veces en el 2006.

Entre los sectores más beneficiados, los servicios financieros en EE.UU. doblaron su participación en el producto bruto, entre 1980 y el 2000, pasando al 8%. Sus ganancias aumentaron del 10 al 35% del total de las ganancias corporativas en ese período.

El New York Times indica que en los últimos 30 años el 1% más rico pasó de tener el 9% del ingreso nacional en 1979, al 23,5% en el 2007.

Una investigación de la OCDE y la Universidad de Utrecht (2014) informa que la situación de desigualdad en el mundo es peor que en 1820 la época del Zar Nicolas, y la Compañía Británica de las Indias Orientales. En 1820 el país más rico Gran Bretaña era cinco veces más rico que la nación promedio pobre. Ahora es 25 veces más rico.

El 53% de la riqueza generada en el mundo en los últimos 20 años, ha ido al 1% más rico de la población mundial.

Según el Informe de Desarrollo Humano del PNUD, 86 personas tienen actualmente un patrimonio superior al de la mitad de la población del mundo de menores recursos. El coeficiente Gini es actualmente el más alto de los últimos 30 años.

Los daños que las altas desigualdades están causando son múltiples. Así, según los estudios de Levine y Dijk (2010), el stress que generan en USA aumenta la tasa de divorcios.

Por otra parte, las familias no encuentran otra alternativa para hacer frente a sus gastos que mudarse a zonas más lejanas de sus trabajos, pero más baratas, aumentando las horas utilizadas en viajar hacia y desde el trabajo, y reduciendo las dedicadas a la familia.

En una obra de gran repercusión El nivel del espíritu: porque la igualdad es beneficiosa para todos, Richard Wilkinson y Kate Picket (2010) muestran con detalladas estadísticas que comparan países más y menos desiguales, que la mayor desigualdad lleva a más criminalidad, mayor mortalidad infantil, más obesidad, más embarazos adolescentes, mayor discriminación de género y menor esperanza de vida.

Además señalan que se convierte en un problema de piel, y empeora la vida de todos. Causa stress crónico. Atenta contra las nociones básicas de “juego limpio”.

Ya la Escuela de Salud de Harvard (1997) demostró que incide en una baja de los niveles de confianza interpersonal, dimensión central del capital central, influyendo a través de ello negativamente sobre la esperanza de vida.

Analizando las tendencias en Estados Unidos Robert Frank (Cornell University, 2010) concluye: “No hay evidencia de que las mayores desigualdades mejoren el crecimiento o la vida de nadie. Sí, los ricos pueden comprar ahora mansiones más grandes y hacer fiestas más costosas. Pero ello no parece hacerlos más felices. Y en nuestra economía un efecto del crecimiento de las desigualdades ha sido robar a los graduados más talentosos hacia el campo de las finanzas en Wall Street”.

La desigualdad lesiva para cualquier economía es un factor fundamental en el caso latinoamericano.

Cuando se hace la pregunta de por qué un continente con condiciones naturales excepcionales para la producción de alimentos, con fuentes de energía barata en cantidad, con reservas cuantiosas de materias primas estratégicas, con un potencial turístico formidable y otros factores favorables tiene una tercera parte de su población en pobreza, y agudos vacíos sociales, hay que tener en cuenta que es la región más desigual de todas.

En un estudio pionero, Birdsall y Londono (1997) simularon econométricamente cuál sería la pobreza si la desigualdad no hubiera crecido en América Latina como lo hizo desde los ´70 a mediados de los ´90, período de las dictaduras militares, y de la experimentación de recetas ortodoxas extremas. Estiman que el aumento de pobreza hubiera sido la mitad del que fue. Ello es llamado “pobreza innecesaria”, creada sólo por el aumento de las desigualdades.

Mientras que la brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre es en Noruega de 6,1 veces, en América Latina es 5 a diez veces mayor. Supera las 30 veces. En el 2009 la brecha era en Colombia de 60,4, en Honduras de 59.4. Los escándalos éticos referidos y el aumento de las desigualdades fueron agudizados por la crisis económica mundial, del 2008/9, la mayor desde la de 1930. En el próximo capítulo haremos un análisis no convencional de sus causas.

Sin palabras
Muchos de los 832 millones de personas hambrientas que hay en el mundo son niños. Con una taza de micronutrientes diaria, los niños no tendrían hambre. Vale 0,25 centavos de dólar. Cada segundo se gastan 1.500.000 dólares en armamentos. Con una reducida fracción de ellos, se podría cambiar la situación de los niños hambrientos.

No hay derecho
Una mujer que nace hoy en un país pobre tiene una esperanza de vida de 45 años. Si nace en uno rico, vive 80 años. 35 años de diferencia.

Sin luz
Es una época de avances tecnológicos sin precedentes en la producción y distribución de energía eléctrica. Pero no llega a todos. 1400 millones de personas no tienen electricidad. El total de energía eléctrica consumida anualmente por los 800 millones de personas que viven en el SubSahara africano es igual a la que consumen los 19 millones que residen en el Estado de Nueva York.

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