En los últimos años, las entidades emisoras de tarjetas de crédito, por establecer políticas para la protección del medio ambiente y para fomentar la cultura de cero papel, con lo cual estamos de acuerdo en principio, han decidido dejar de enviar a los clientes los estados de cuentas de las tarjetas de crédito, los cuales llegaban en físico a las residencias, oficinas o negocios para ahora ser remitidos vía internet. Pero lo cierto es que a través de dichos estados los clientes pueden cotejar todos los movimientos de las tarjetas, ya que hay cargos que hacen los bancos que sólo se ven reflejados en éstos. En ese sentido, es mediante estos estados que los clientes ejercen su derecho a la información.
Este derecho se ve diezmado, cuando el cliente tampoco recibe los estados vía web, lo que impide que se entere de los cargos que hacen en su tarjeta de crédito. Sobre los estados de cuentas, en la Resolución que aprobó la Junta Monetaria en fecha 7 de febrero del año 2013, en el artículo No. 9 se establece lo siguiente: “Las entidades emisoras de tarjetas de crédito deberán publicar las tasas de interés de cada tipo, plazo y producto de tarjeta, en los tarifarios de dichas entidades, en pizarras, en los estados de cuenta y cualquier otro medio, en términos anuales”.
En lo atinente a los estados de cuentas, la mayoría de los bancos escudados en el tema de la protección del medio ambiente y para economizar papel en la actualidad han utilizado la técnica de enviar los estados de cuentas por correo electrónico o expedirlos en las oficinas de las sucursales.
En síntesis, hay que destacar que esta situación causa muchos problemas a los usuarios, quienes al no recibir los estados de cuentas, porque no tienen correo electrónico, internet, servicio eléctrico o computadora, tienen que ir a las sucursales para solicitar que les impriman el estado, constituyendo un dolor de cabeza, ya que asistir a un banco en fecha de pago de las instituciones públicas o las instituciones privadas es una verdadera odisea.
