¿Cuál es el proceso? El planteado harán 41 años por Juan Bosch cuando en el Congreso Constitutivo del PLD del 15 de diciembre de 1973 afirmó que los dos grandes objetivos fundacionales del PLD son completar la obra de Duarte para crear un Estado Moderno y el de garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales superando desigualdades.
A esos fines, el PLD en el poder gestó un contrato social, con la promulgación de la Constitución el 26 de enero del 2010, natalicio de Duarte, donde se crean las instituciones y definen marcos jurídicos para la modernización del Estado dominicano; se enumeran y conceptualiza los derechos fundamentales a ser garantizados por esas instituciones para superar la desigualdad. Parejo a esa Constitución se ha ejercido el poder creando un ambiente de gobernanza, estabilidad y crecimiento macroeconómico, propicios para fortalecer las instituciones y facilitar la guerra a la desigualdad.
Los intrusos a ese proceso son los que con hojas y palos verdes hacen humareda para perturbar el ambiente creando el pábulo de que se trata de un gran fuego, para interrumpir el proceso.
La Constitución es un pacto o contrato social y el PLD no debe ni puede modificarla para introducir la reelección consecutiva, bajo el argumento de retener el poder. La regla de juego debe ser mantenida y así como Leonel no podía buscar una segunda reelección para el 2012 y pasó a apoyar a Danilo, ahora éste, respetando la norma Constitucional a pesar de la presión que se ejerce, dará paso y apoyará a Leonel para el 2016.
Romper ese contrato o pacto social es interrumpir el proceso y eso sí saca al PLD del poder.
¿Y cuáles son esos intrusos? Los adversarios, los cuales saben que el PLD tiene dos figuras con posicionamientos envidiables, Danilo que es el Presidente de la República y que no puede reelegirse porque rompería el pacto social de no reelección, lo que trae dolorosas consecuencias; o Leonel, que no tiene impedimentos y contra él se ha lanzado una fuerte campaña mediática con ciclos sucesivos para desposicionarlo, sin poder lograrlo.
De esos intrusos hay uno que otro dentro del Partido, los cuales no miden consecuencias por no ver el proceso, como se debe ver el bosque para orientarse, por encima de los árboles.
Intrusos maliciosos son los que pretenden que el Comité Político conozca los casos de corrupción, cuando la competencia es de los tribunales. Si los tribunales pronuncian condenaciones, entonces procede apoderar al Comité Político para aplicar sanciones partidarias. El Ministerio Público no ha ayudado al no respetar el debido proceso e incurrir en irregularidades que han provocado que los jueces ordenen el archivo de los expedientes.
Los intrusos son también aquellos que buscan sacar al PLD del poder o reducir su fortaleza, porque les molesta que como fuerza progresista tenga tanto apoyo popular dentro de un sistema democrático; lo mismo reclaman para Bolivia porque Evo Morales ganó con más de un 60%, o, por el contrario, cuando buscan obligar a Dilma a negociar por haber ganado con 3% por encima de su adversario, alegando que el pueblo está dividido.
Los intrusos no detendrán el proceso y se sorprenderán cuando vean a Leonel, Danilo y el PLD, con sentido de cuerpo, actuar juntos para retener el poder.
