Uno de los objetivos principales del Profesor Juan Bosch fue el impulso de una práctica política correcta, la cual partía, fundamentalmente, de la aplicación de métodos de trabajo definidos a partir del estudio y conocimiento a profundidad de las ciencias sociales aplicadas a la realidad dominicana; de ahí su éxito como organizador de partidos y sus grandes aportes al realismo social en la literatura.
El maestro integró al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) a personas comunes, a gente sencilla del pueblo y les enseñó a tener una conducta y visión de la vida diferente a los demás; sin importar formación académica, clase social y zona geográfica donde residiera. Lo hizo no para hacer una elite dentro de la sociedad como pirámide social, lo cual siempre rechazó, sino como una forma participativa y de dirección colectiva de una organización que pudiera contribuir a la educación política del pueblo dominicano, al desarrollo del país y a la justicia social.
Este hombre visionario estaba consciente de la necesidad de definir estrategias y métodos de trabajo para formar social, política y moralmente a los hombres y las mujeres como gestores de la sociedad, y a esa tarea se dedicó la mayor parte de su vida.
Peter Drucker, abogado, filósofo, tratadista y escritor austriaco, en su obra Gerencia de Empresas escribió: “El fin de una organización es hacer que hombres comunes hagan cosas no comunes”.
Tal como señala Drucker, Bosch procuraba fortalecer la organización partiendo de sus debilidades, incentivando en sus militantes y simpatizantes a autoevaluarse y autocriticarse continuamente, mientras prestaban atención en la fortaleza de los demás.
Ponía como ejemplo organizaciones como los ejércitos, las grandes empresas emblemáticas y las iglesias cristianas y católicas, salvando las diferencias entre estas y el partido que construyó. Dicha forma de organización fue criticada por sus opositores, quienes llegaron al extremo de manipular el término método, sustrayéndolo de su propio significado dialéctico, haciendo creer a amplios sectores de la nación que Juan Bosch intentaba formar idiotas, autómatas.
Los opositores a Bosch invirtieron recursos humanos y económicos millonarios para convencer a la población de que el método era sinónimo de tiranía e imposición. Hicieron ingentes esfuerzos por cambiar el concepto por el epíteto.
Lo cierto es que al utilizar métodos de trabajo correctos y exitosos en el proceso de creación del PLD y la formación política de sus militantes, enseñó el proceso de pensar; por tal razón un obrero, un campesino o un estudioso del campo o la ciudad y un estudiante o profesor universitario, miembro de la organización, articulaba un discurso coherente, similar y apegado a la visión del partido sobre los problemas que afectaban a la sociedad y el rol que ellos debían jugar en la solución de los mismos.
Con el crecimiento del PLD, se había creado una subcultura política peligrosa y amenazante para la cultura política dominante, por eso, y ante las debilidades de los opositores al Maestro Juan Bosch, diversos sectores poderosos financiaron y promovieron una campaña en su contra que impidió su retorno al poder después del derrocamiento de 1963. Sin embargo, no pudieron destruir sus ideales ni las fortalezas de “sus métodos de trabajo”, por eso hoy el PLD es la fuerza política más grande con que cuenta la República Dominicana.
Los seguidores y seguidoras de Juan Bosch debemos retomar la formación política como el medio más idóneo para honrar su memoria y estar en capacidad de seguir haciendo realidad sus ideales de trabajar sin descanso, utilizando métodos correctos, hasta lograr una sociedad dominicana cada vez más inclusiva, justa, desarrollada y moderna. Esto demuestra que los métodos de trabajo que introdujo cambiaron el accionar en la política dominicana.
