La Conferencia del Episcopado Dominicano atribuye una gran crisis en el país a la violencia contra la mujer y la mediocridad que exhiben muchos políticos.En su Carta Pastoral con motivo del Día de Nuestra Señora de La Altagracia y a propósito del 50 aniversario de la Conferencia del Episcopado Dominicano, los obispos señalan que hoy día la humanidad se siente muy preocupada por la gran crisis económica y financiera, alimentaria y política.
Al respecto, señala que “nosotros en cambio, sin negar lo anterior, proclamamos que la gran crisis moderna es humana y moral, el verdadero origen y causa de las crisis que se señalan y que tanto inquietan hoy”.
Y a seguidas subraya: “Nos preocupa en estos momentos que esa crisis moral haya ido enquistándose en el alma nacional. Aquí hay que situar la causa de la violencia en general que nos envuelve, de la creciente violencia contra la mujer y la familia, de la precariedad de los salarios y de los servicios básicos para todos, la dimisión de su deber educativo por parte de las familias, de la escuela y de los medios de comunicación social, la mediocridad de muchos políticos, la corrupción rampante”.
Tras mostrar su preocupación por el deterioro que observan en el alma del pueblo dominicano, los obispos se comprometieron a mantener su voz de crítica, así como de aliento al comportamiento correcto.
Los obispos señalaron que sus cartas pastorales están motivadas por la universalidad de la Iglesia, cuyas diócesis son un reflejo de las comunidades que le dan vida.
Recordaron el impacto que éstas han tenido, como la del 25 de enero de 1960, en la que denunciaron los horrores de la dictadura trujillista.
Ratifican el compromiso de la Iglesia con el pueblo
La Carta Pastoral emitida por la Conferencia del Episcopado Dominicano recuerda que “Quien haya leído o lea todos los Mensajes anuales del día de la Independencia dominicana se convencerá de que la Conferencia del Episcopado Dominicano se ha sentido siempre obligada y comprometida a contribuir desde su misión con una nación más sana moralmente, más fraterna, justa y equitativa”.
