COLIN FIRTH: Su triunfo en los Globos de Oro y el premio del sindicato de actores lo colocan como claro favorito a llevarse el Oscar, que estuvo a punto de acariciar el año pasado cuando fue nominado por «A Single Man». Para muchos, su interpretación del tartamudo Jorge VI en «El discurso del rey» (Tom Hooper) es el papel de su vida. Firth encarna a la perfección a ese tímido príncipe que hubiera preferido mantenerse en un tranquilo segundo plano, pero la muerte de su padre y la apasionada relación de su hermano, el rey Eduardo VIII, con la divorciada Wallis Simpson, lo alzaron al trono británico. En los convulsos tiempos de la Segunda Guerra Mundial y el auge de la radio como medio de masas, un monarca no podía permitirse tener miedo escénico, y mucho menos tartamudear. Jorge VI intenta ponerle remedio acudiendo a un particular logopeda (Geoffrey Rush), con quien entablará una amistad muy especial.
A sus 50 años, Firth está en lo más alto de su carrera, al menos de momento. Hijo de dos catedráticos, comenzó a despuntar con su papel de Darcy en la miniserie de la BBC «Orgullo y Prejuicio», basada en la novela homónima de Jane Austen. Después, encarnó al perfecto «english gentleman» que es en la comedia «El diario de Bridget Jones», a la que siguieron títulos como «Love Actually», «La joven de la perla» o «Mamma Mia!», e incluso dio vida al ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha en la adaptación televisiva «Donovan Quick». Entre sus hobbys figura la escritura: su colección de relatos «The Department of Nothing» fue editada por el aclamado autor británico Nick Hornby.
JAMES FRANCO: Es el gran rival de Firth. El chico de moda en Hollywood recibe su primera nominación por su papel de Aron Ralston en el thriller contrarreloj «127 horas», basado en la historia real de este escalador que quedó atrapado durante cinco días en el cañón de Robbers Roost (Utah). El final es de sobra conocido: Ralston tendrá que decidir entre amputarse el brazo que le mantiene inmovilizado o morir. Esas 127 horas en que aparentemente no sucede nada se transforman en un claustrofóbico filme de acción al estilo «Buried». ¿Cómo? Gracias a un imponente Franco que asume todo el peso del filme y al peculiar giro hacia el «buen rollo» que muchos achacan al director de «Slumdog Millionaire», Danny Boyle, que también firmó la cruda «Trainspotting».
Los focos del Teatro Kodak de Los Angeles no sólo se fijarán en Franco antes del «And the Oscar goes to…», sino que lo perseguirán toda la noche: acompañado de Anne Hathaway, será el encargado de conducir la ceremonia e intentar batir las buenas críticas que recibió hace dos ediciones el «Lobezno» Hugh Jackman. Franco saltó a la fama interpretando a James Dean en la miniserie televisiva homónima (2001), que le valió un Golden Globe. Después, su carrera sufrió algunos altibajos, hasta que despuntó nuevamente dando vida al novio del activista gay Harvey Milk en «Milk». Volvió a hacer de homosexual en «Howl», donde encarnaba al poeta «beat» Allen Ginsberg, e incluso ganó un premio Teddy en la pasada Berlinale por su corto de temática gay «The Feast of Stephen». Mientras, él se ríe de los comentarios que desata su ambigüedad sexual y emplea su tiempo libre en terminar el doctorado en la prestigiosa universidad de Yale.
JEFF BRIDGES: Era uno de los eternos candidatos al Oscar, para el que fue nominado por primera vez como actor de reparto en «The Last Picture Show» (1971). Pero al final, la Academia de Hollywood le entregó la estatuilla el año pasado por su conmovedora interpretación en «Crazy Heart», donde daba vida a un cantante de country en horas bajas. Por eso sorprendería que Bridges repitiera con su sexta nominación, aunque nunca se sabe. El actor de 61 años se mete esta vez en la piel del rudo alguacil Rooster Cogburn, tan adicto al gatillo como a la petaca de whisky, para atrapar al forajido Tom Chaney en la versión de los hermanos Coen «True Grit». De alzarse con el Oscar, pasaría a la historia de anécdotas hollywoodienses, pues ese mismo papel le dio al legendario John Wayne la única estatuilla de su carrera en 1970.
Hijo de la actriz Dorothy Bridges, el versátil Jeff fue Jack Prescott junto a Jessica Lange en el primer remake de «King Kong», el programador de videojuegos Kevin Flynn en los clásicos de ciencia ficción «Tron» y «Tron: Legacy», el alien de «Starman» y «El Nota» de «El gran Lebowski», también con los Coen. Amante de la fotografía, suele llevarse su cámara a los rodajes y ha expuesto sus trabajos en numerosas ocasiones. En 2004, el Festival de Cine de San Sebastián le concedió el Premio Donosita a su trayectoria profesional.
JESSE EISENBERG: Este joven actor de 27 años recibe su primera nominación por encarnar al creador de Facebook, Mark Zuckerberg, en el biopic «La red social», que firma David Fincher. Arrogante, solitario y un auténtico cerebro para la informática, Zuckerberg se hizo millonario de la noche a la mañana con la creación de esta popular web que conecta a usuarios de todo el mundo y les permite compartir archivos. Eisenberg retrata los primeros años de su alter ego en Harvard, sus fracasos sentimentales y su ambición de poder, a la que también contribuyó el creador de Napster, Sean Parker. Curiosamente, Zuckerberg y Eisenberg no se conocieron hasta meses después de estrenada la película, cuando el actor presentó en enero el «Saturday Night Live» de NBC.
Jesse Eisenberg proviene de una familia judía que emigró de Polonia y Ucrania para instalarse en Queens, Nueva York. Debutó en Broadway en 1996 con «Summer and Smoke». Su estreno en la gran pantalla fue con el filme indie «Roger Dodger», que le valió su primer galardón en el Festival de San Diego. Posteriormente trabajó en la película de terror de Wes Craven «Cursed» y en varias cintas indies, entre ellas «The Squid and the Wale», «Adventureland» o «Holy Rollers». «La red social», por la que también fue nominada a los Goleen Globe, supone su gran salto internacional.
