Sin dudas existe mucha preocupación y temor colectivo por la cantidad de temblores de tierra de considerable magnitud que está ocurriendo en República Dominicana en el mes de enero, registrados en varias de las más de 10 fallas geológicas que atraviesan la isla y que, por la cercanía entre ellas, cuando una se mueve puede provocar que se muevan otras.
Movimientos frecuentes de entre 4.2 y 5.4 en la escala de Ritcher han sacudido literalmente a una población con escasa experiencia en situaciones de este tipo, poco conocimiento de planes oficiales de evacuación y en general mucha confusión sobre el manejo adecuado en caso de sismos.
Este legítimo estado de alerta y tensión que se vive en estos momentos en el país no ha detenido, sin embargo, las constantes manifestaciones jocosas de un pueblo pintoresco y muy peculiar, sobre todo en las redes sociales como facebook y twitter, donde mucha gente vierte sus chistes y comentarios sobre el tema incluso antes de salir de la casa o tomar alguna medida respecto a la ocurrencia de un temblor.
El tema más común en estos medios es, por supuesto, el de los mayas, las oscuras profecías de Nostradamus y el supuesto fin del mundo esperado en diciembre de 2012. De allí de que no han faltado expresiones como “oh, estos son los finales”, “esto es sólo un ensayo para diciembre” o “los mayas van ganando 4 a 0”.
Pero también hay quienes utilizan la coyuntura para hacer propagando política y anunciar que la tierra tembló por el venidero triunfo de tal o cual candidato. Y por supuesto, los siempre activos fanáticos deportivos aprovechan la ocasión para atribuir el temblor a “la pela” que tal equipo de pelota le dará a su contrincante.
Ante un fenómeno natural prácticamente imposible de predecir y que usualmente trae consigo consecuencias devastadoras, es normal que las personas con riesgos potenciales sientan miedo, y tampoco es algo inusual que como forma de manejar el miedo se recurra al liberador desahogo que ofrecen los chistes y las chanzas. Por lo que, quizás, esta muestra de expresión popular tan particular que se produce en las redes sociales cada vez que la tierra tiembla en República Dominicana sea una forma de evadir el profundo temor que causa pensar el tema en serio.
De lo que sí estoy segura es que, cada vez que en estos días he sentido que “me están moviendo el piso”, para descartar los habituales mareos del embarazo y averiguar si se trata de un temblor, sólo tengo que entrar al twitter y en cuestión de segundos ya hay decenas de personas que me lo confirman.
